PARIS, (AFP) - "Hay un clima nauseabundo, islamófobo en este país que se está volviendo insoportable", denunció el jueves el líder de esa formación trotskista, Olivier Besancenot, refiriéndose al debate sobre la identidad nacional lanzado por el gobierno francés meses antes de la cita electoral regional.
Ilham Moussaid, de 22 años, estudiante de administración en Marsella (sur), es cuarta en la lista del departamento de Vaucluse del NPA para las elecciones regionales del 14 y 21 de marzo próximos.
"Sí, se puede ser laica, feminista y usar velo", afirmó a la prensa la joven cuya candidatura se conoció días después de que una misión parlamentaria francesa recomendara la prohibición en administraciones y transportes públicos del uso del velo islámico integral (burqa), que cubre de la cabeza a los pies.
El gobierno se hizo eco de ese consejo y el martes se negó a firmar el decreto de naturalización de un extranjero que obliga a su mujer, francesa, a usar burqa, prenda que según datos oficiales visten en Francia unas 2.000 mujeres.
Las críticas que levantó esta candidatura se producen en un contexto ya crispado en Francia por el debate sobre la identidad nacional que la oposición y buena parte de los franceses consideran una maniobra electoralista gubernamental para restar votos a la ultraderecha.
El debate se escapó de las manos del gobierno francés de derecha y terminó convirtiéndose en una discusión sobre el lugar del islam en Francia, país donde vive la mayor comunidad musulmana de Europa, con seis millones de personas.
Francia, de tradición laica, prohíbe desde 2004 el uso de "signos ostensibles religiosos" en las escuelas secundarias, como el velo islámico.
El NPA afirmó que "la fe es un asunto privado que no será un obstáculo para participar en nuestra lucha".
La primera secretaria del Partido Socialista, Martine Aubry, que rechaza sin embargo prohibir la burqa, afirmó que "no habría aceptado" a una mujer con velo en sus listas pues la religión "no debe entrar en el terreno de la República".
El dirigente ultraderechista Jean Marie Le Pen dijo que "el pañuelo" que usan musulmanas y católicas "no es criticable en sí".
"Me causa gracia porque (...) un revolucionario como Besancenot debería haber presentado en primer lugar de la lista a una mujer con burqa", lanzó irónicamente.
La Liga del Derecho Internacional de las Mujeres (LIDF) expresó su "indignación" y denunció al NPA pues se declara el "partido de los oprimidos" y adhiere a un símbolo de "segregación entre sexos".
Mientras la polémica sigue su curso, las encuestas no auguran precisamente la elección de la candidata del NPA, partido que según un sondeo de TNS Sofres Logica obtendría el 3,5% de los votos.
Ilham Moussaid, de 22 años, estudiante de administración en Marsella (sur), es cuarta en la lista del departamento de Vaucluse del NPA para las elecciones regionales del 14 y 21 de marzo próximos.
"Sí, se puede ser laica, feminista y usar velo", afirmó a la prensa la joven cuya candidatura se conoció días después de que una misión parlamentaria francesa recomendara la prohibición en administraciones y transportes públicos del uso del velo islámico integral (burqa), que cubre de la cabeza a los pies.
El gobierno se hizo eco de ese consejo y el martes se negó a firmar el decreto de naturalización de un extranjero que obliga a su mujer, francesa, a usar burqa, prenda que según datos oficiales visten en Francia unas 2.000 mujeres.
Las críticas que levantó esta candidatura se producen en un contexto ya crispado en Francia por el debate sobre la identidad nacional que la oposición y buena parte de los franceses consideran una maniobra electoralista gubernamental para restar votos a la ultraderecha.
El debate se escapó de las manos del gobierno francés de derecha y terminó convirtiéndose en una discusión sobre el lugar del islam en Francia, país donde vive la mayor comunidad musulmana de Europa, con seis millones de personas.
Francia, de tradición laica, prohíbe desde 2004 el uso de "signos ostensibles religiosos" en las escuelas secundarias, como el velo islámico.
El NPA afirmó que "la fe es un asunto privado que no será un obstáculo para participar en nuestra lucha".
La primera secretaria del Partido Socialista, Martine Aubry, que rechaza sin embargo prohibir la burqa, afirmó que "no habría aceptado" a una mujer con velo en sus listas pues la religión "no debe entrar en el terreno de la República".
El dirigente ultraderechista Jean Marie Le Pen dijo que "el pañuelo" que usan musulmanas y católicas "no es criticable en sí".
"Me causa gracia porque (...) un revolucionario como Besancenot debería haber presentado en primer lugar de la lista a una mujer con burqa", lanzó irónicamente.
La Liga del Derecho Internacional de las Mujeres (LIDF) expresó su "indignación" y denunció al NPA pues se declara el "partido de los oprimidos" y adhiere a un símbolo de "segregación entre sexos".
Mientras la polémica sigue su curso, las encuestas no auguran precisamente la elección de la candidata del NPA, partido que según un sondeo de TNS Sofres Logica obtendría el 3,5% de los votos.