Las barras de combustible usado que siguen produciendo mucho calor se encuentran en una piscina situada en la parte superior del reactor detenido para su manutención mucho antes del sismo y del devastador tsunami.
Después de dos incendios en el edificio donde está el reactor, la piscina se encuentra ya "casi al aire libre" y una elevada radiación se escapa, destacó un responsable del Instituto francés de radioprotección y de la seguridad nuclear (IRSN) Thierry Charles.
La temperatura del agua comenzó a aumentar. En lugar de unos treinta grados en tiempo normal habría llegado al menos a 80 grados centígrados. El riesgo, con la evaporación, es que las barras, aún un poco aisladas del exterior por el líquido, dejen de estar sumergidas en el agua.
Por falta de agua para enfriarlas, se puede temer que muy pronto estas barras podrían dañarse y producir emisiones muy importantes de radiactividad directamente a la atmósfera.
Como en un calentador eléctrico de agua cuya resistencia se fundió por falta de agua, las barras de combustible podrían romperse. El forro de zirconium que rodea las pastillas de combustible se oxidaría rápidamente, como un fósforo que se inflama, explicó Thierry Charles.
Con el combustible en pedazos, directamente al aire libre, "tendríamos el mismo tipo de emisiones que Chernobyl", estimó este experto.
Una eventualidad de catástrofe que se definirá en 48 horas. "Una desecación completa del reactor podría ocurrir de aquí a uno o dos días, con emisiones masivas al día siguiente", precisó.
Enfrentados a esta situación inédita, las autoridades japonesas prevén utilizar un camión cisterna con un cañón de agua para irrigar el reactor, después de un fallida tentativa con un helicóptero. Justo sobre la piscina, la dosis de radiactividad sería demasiado elevada para el piloto.
En la peor de las situaciones, si el combustible degradado se encuentra al aire libre, la radiación sería tal que "podría impedir después el acceso al lugar donde hay otros seis reactores", recordó Charles.
Después de dos incendios en el edificio donde está el reactor, la piscina se encuentra ya "casi al aire libre" y una elevada radiación se escapa, destacó un responsable del Instituto francés de radioprotección y de la seguridad nuclear (IRSN) Thierry Charles.
La temperatura del agua comenzó a aumentar. En lugar de unos treinta grados en tiempo normal habría llegado al menos a 80 grados centígrados. El riesgo, con la evaporación, es que las barras, aún un poco aisladas del exterior por el líquido, dejen de estar sumergidas en el agua.
Por falta de agua para enfriarlas, se puede temer que muy pronto estas barras podrían dañarse y producir emisiones muy importantes de radiactividad directamente a la atmósfera.
Como en un calentador eléctrico de agua cuya resistencia se fundió por falta de agua, las barras de combustible podrían romperse. El forro de zirconium que rodea las pastillas de combustible se oxidaría rápidamente, como un fósforo que se inflama, explicó Thierry Charles.
Con el combustible en pedazos, directamente al aire libre, "tendríamos el mismo tipo de emisiones que Chernobyl", estimó este experto.
Una eventualidad de catástrofe que se definirá en 48 horas. "Una desecación completa del reactor podría ocurrir de aquí a uno o dos días, con emisiones masivas al día siguiente", precisó.
Enfrentados a esta situación inédita, las autoridades japonesas prevén utilizar un camión cisterna con un cañón de agua para irrigar el reactor, después de un fallida tentativa con un helicóptero. Justo sobre la piscina, la dosis de radiactividad sería demasiado elevada para el piloto.
En la peor de las situaciones, si el combustible degradado se encuentra al aire libre, la radiación sería tal que "podría impedir después el acceso al lugar donde hay otros seis reactores", recordó Charles.