TEL AVIV, 23 diciembre 2009 (AFP) -
"Este invierno, ni un soldado ni un civil israelí murió en actividades terroristas, algo nunca visto desde hace decenios", se congratuló el jefe de los servicios secretos militares israelíes, el general Amos Yadlin.
Israel, según Yadlin, debe esa calma a su capacidad de disuasión y al hecho de que Hamas, al igual que el movimiento chiita libanés Hezbolá, está ocupado en reconstruir su arsenal con el apoyo de Irán.
El Estado hebreo ha mantenido violentos enfrentamientos con ambas formaciones: la operación "Plomo Endurecido" contra Hamas hace un año en Gaza (1.400 palestinos y 13 israelíes muertos) y el conflicto del verano de 2006 en Líbano contra Hezbolá (1.200 muertos en Líbano y 160 en Israel).
Además, ambas partes se declaran listas ante cualquier eventualidad, lo que es la mejor receta para provocar una nueva explosión.
"Ya que ambas partes se esperan un conflicto, al final éste se producirá", subraya David Hartwell, experto de la revista de temas de defensa Jane's.
Según Hartwell, la actual calma se explica porque "Israel quiere cierta estabilidad política y Hamas necesita reconstruir su capacidad militar".
El general Aviv Kochavi, jefe del departamento de operaciones del ejército israelí, acusa a Hamas y Hezbolá de haber "mejorado considerablemente" -con la ayuda de Irán- "su capacidad para disparar con precisión y durante un período más largo" contra Israel.
Pero pese a "la atmósfera de calma en las frontera, numerosas escaramuzas se producen diariamente", subraya Kochavi, ex responsable militar del sector sur, que engloba Gaza.
El ejército israelí -que ha contabilizado 275 disparos de cohetes y obuses contra Israel desde el final de la ofensiva en Gaza- revisa constantemente su estrategia.
Interrogados por la AFP, los dirigentes de Hamas se niegan a hacer comentarios.
"La batalla aún será larga", se contenta con predecir el portavoz de las brigadas de Ezzedin al-Qassam (el brazo armado de Hamas), Abu Obeida.
El jefe en el exilio de Hamas, Jaled Mechaal, reconoció en septiembre, sin embargo, que "pese al bloqueo y el cierre de los puntos de paso (...), compramos armas, fabricamos armas y lograremos hacer entrar (en el territorio) armas".
Según la revista Jane's, los islamistas palestinos, que reivindican la victoria sobre el Estado hebreo por haber sobrevivido a la ofensiva, han adoptado nuevas técnicas de combate tras la guerra.
Hamas "reconstituye sus fuerzas, recluta más activistas y prueba numerosos equipos para ser más eficaz en la próxima escalada", explica un responsable de los servicios secretos israelíes.
El movimiento islamista sigue rearmándose a través de los túneles de contrabando excavados bajo la frontera con Egipto, regularmente bombardeados por la aviación israelí desde que Gaza está bajo bloqueo desde el verano de 2007.
Israel denunció que Hamas realizó en el otoño boreal un ensayo de un cohete de fabricación iraní de un alcance de 60 km, frente a los 40 km de sus actuales artefactos. Con el nuevo cohete podría alcanzar Tel Aviv.
Para contrarrestar la amenaza, Israel ha desarrollado su sistema de defensa "Cúpula de Acero", capaz de destruir en vuelo los cohetes disparados desde Gaza y Líbano, donde el arsenal de Hezbolá se estima en 40.000 cohetes (frente a los 14.000 que tenía en 2006).
Hezbolá fue calificado recientemente de "auténtico ejército libanés" por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
"Los israelíes piensan que el próximo conflicto será contra Hezbolá y no contra Hamas", vaticina Hartwell.
"Este invierno, ni un soldado ni un civil israelí murió en actividades terroristas, algo nunca visto desde hace decenios", se congratuló el jefe de los servicios secretos militares israelíes, el general Amos Yadlin.
Israel, según Yadlin, debe esa calma a su capacidad de disuasión y al hecho de que Hamas, al igual que el movimiento chiita libanés Hezbolá, está ocupado en reconstruir su arsenal con el apoyo de Irán.
El Estado hebreo ha mantenido violentos enfrentamientos con ambas formaciones: la operación "Plomo Endurecido" contra Hamas hace un año en Gaza (1.400 palestinos y 13 israelíes muertos) y el conflicto del verano de 2006 en Líbano contra Hezbolá (1.200 muertos en Líbano y 160 en Israel).
Además, ambas partes se declaran listas ante cualquier eventualidad, lo que es la mejor receta para provocar una nueva explosión.
"Ya que ambas partes se esperan un conflicto, al final éste se producirá", subraya David Hartwell, experto de la revista de temas de defensa Jane's.
Según Hartwell, la actual calma se explica porque "Israel quiere cierta estabilidad política y Hamas necesita reconstruir su capacidad militar".
El general Aviv Kochavi, jefe del departamento de operaciones del ejército israelí, acusa a Hamas y Hezbolá de haber "mejorado considerablemente" -con la ayuda de Irán- "su capacidad para disparar con precisión y durante un período más largo" contra Israel.
Pero pese a "la atmósfera de calma en las frontera, numerosas escaramuzas se producen diariamente", subraya Kochavi, ex responsable militar del sector sur, que engloba Gaza.
El ejército israelí -que ha contabilizado 275 disparos de cohetes y obuses contra Israel desde el final de la ofensiva en Gaza- revisa constantemente su estrategia.
Interrogados por la AFP, los dirigentes de Hamas se niegan a hacer comentarios.
"La batalla aún será larga", se contenta con predecir el portavoz de las brigadas de Ezzedin al-Qassam (el brazo armado de Hamas), Abu Obeida.
El jefe en el exilio de Hamas, Jaled Mechaal, reconoció en septiembre, sin embargo, que "pese al bloqueo y el cierre de los puntos de paso (...), compramos armas, fabricamos armas y lograremos hacer entrar (en el territorio) armas".
Según la revista Jane's, los islamistas palestinos, que reivindican la victoria sobre el Estado hebreo por haber sobrevivido a la ofensiva, han adoptado nuevas técnicas de combate tras la guerra.
Hamas "reconstituye sus fuerzas, recluta más activistas y prueba numerosos equipos para ser más eficaz en la próxima escalada", explica un responsable de los servicios secretos israelíes.
El movimiento islamista sigue rearmándose a través de los túneles de contrabando excavados bajo la frontera con Egipto, regularmente bombardeados por la aviación israelí desde que Gaza está bajo bloqueo desde el verano de 2007.
Israel denunció que Hamas realizó en el otoño boreal un ensayo de un cohete de fabricación iraní de un alcance de 60 km, frente a los 40 km de sus actuales artefactos. Con el nuevo cohete podría alcanzar Tel Aviv.
Para contrarrestar la amenaza, Israel ha desarrollado su sistema de defensa "Cúpula de Acero", capaz de destruir en vuelo los cohetes disparados desde Gaza y Líbano, donde el arsenal de Hezbolá se estima en 40.000 cohetes (frente a los 14.000 que tenía en 2006).
Hezbolá fue calificado recientemente de "auténtico ejército libanés" por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
"Los israelíes piensan que el próximo conflicto será contra Hezbolá y no contra Hamas", vaticina Hartwell.