
Los primeros incidentes se registraron cuando un grupo de manifestantes ejerció presión para romper el cordón policial dispuesto en torno a la Asamblea Nacional, y la policía replicó de inmediato lanzando gases lacrimógenos, según las imágenes difundidas por el portal Zugla.
Una hora antes del inicio de la concentración, sobre las 18H00 locales (16H0 GMT) la policía contabilizaba ya 25.000 manifestantes en el centro de Atenas, que fue cerrado a la circulación por las autoridades.
En Salónica, segunda ciudad del país, se congregaron otras 15.000 personas.
Su objetivo es expresar su rechazo a la adopción - prevista a medianoche local - de un nuevo plan de ajuste, exigido por la UE y el FMI para mantener la ayuda financiera al país y asegurar su permanencia en la zona euro.
En el interior del Parlamento, custodiado en el exterior por unos 3.000 policías, el debate político se desarrollaba con incidentes frecuentes entre las filas gubernamentales y los de la oposición de izquierdas.
"Antes del domingo por la noche, el Parlamento debe haber adoptado" el nuevo programa de austeridad dictado por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para que el país "pueda recibir el visto bueno del Eurogrupo, eventualmente el miércoles" al desbloqueo del segundo plan de rescate, advirtió el ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, al iniciar la sesión.
"Si esto no se produce (...) antes del 17 de febrero no podremos lanzar oficialmente la operación de cambio de títulos" para borrar 100.000 millones de deuda griega. "Y no podremos proceder al intercambio a tiempo, hasta el 5 de marzo, para solucionar el problema del reembolso de las obligaciones que llegan a término entre el 14 y el 20 de marzo" por un monto de 14.500 millones de euros, insistió.
"Si esto no ocurre, el país quebrará", amenazó. "Esto significará un país sin sistema bancario", comenzó a relatar con voz tensa antes de ser interrumpido por los abucheos de la oposición comunista, a la que el ministro acusó de llevar al país a la "catástrofe".
El debate, que se prevé concluya con un voto poco después de medianoche (22H00 GMT), en virtud de un proceso de urgencia denunciado por la oposición de izquierda, fue abierto a las 14H29 locales (12H29 GMT) por el presidente del Parlamento, Philippos Petsalnikos, quien subrayó que el momento era "crucial".
En un solemne mensaje televisivo a la nación, el primer ministro, Lucas Papademos, advirtió el sábado que el país, al borde de la quiebra, se jugaba con este voto su supervivencia financiera y su mantenimiento en la zona euro, para evitar el "caos".
El Parlamento, donde el ejecutivo de coalición socialista y conservadora dispone en principio de una mayoría de 236 votos sobre 300, deberá asumir una "responsabilidad histórica", añadió.
Sin el aval del plan de austeridad, Grecia no recibirá la ayuda de la UE y el FMI para evitar una suspensión de pagos incontrolada en marzo.
La adopción del proyecto de ley es exigido por la zona euro para desbloquear préstamos públicos de 130.000 millones de euros y la reducción de 100.000 millones de euros de su deuda con los bancos y fondos.
Los diputados deberán votar un texto que prevé la reducción del 22% del salario mínimo, que se queda en 586 euros bruto sobre 14 meses, la supresión en el año de 15.000 empleos públicos y nuevos recortes en algunas jubilaciones.
La votación también atañe a un programa de cambio de obligaciones para reducir su deuda del 160% actual a un 120% del PIB de aquí a 2020 mediante la emisión de nuevos títulos de derecho británico cuyo valor se reducirá a la mitad, así como el esquema de recapitalización de los bancos griegos.
El acuerdo gubernamental anunciado el jueves en torno al plan se quebró rápidamente, con la dimisión al día siguiente de seis miembros del gabinete, dos socialistas y cuatro dirigentes de la formación de extrema derecha Laos, que se unió a la coalición de gobierno en noviembre.
El Laos llamó a sus 16 diputados a votar en contra del texto.
Una hora antes del inicio de la concentración, sobre las 18H00 locales (16H0 GMT) la policía contabilizaba ya 25.000 manifestantes en el centro de Atenas, que fue cerrado a la circulación por las autoridades.
En Salónica, segunda ciudad del país, se congregaron otras 15.000 personas.
Su objetivo es expresar su rechazo a la adopción - prevista a medianoche local - de un nuevo plan de ajuste, exigido por la UE y el FMI para mantener la ayuda financiera al país y asegurar su permanencia en la zona euro.
En el interior del Parlamento, custodiado en el exterior por unos 3.000 policías, el debate político se desarrollaba con incidentes frecuentes entre las filas gubernamentales y los de la oposición de izquierdas.
"Antes del domingo por la noche, el Parlamento debe haber adoptado" el nuevo programa de austeridad dictado por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para que el país "pueda recibir el visto bueno del Eurogrupo, eventualmente el miércoles" al desbloqueo del segundo plan de rescate, advirtió el ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, al iniciar la sesión.
"Si esto no se produce (...) antes del 17 de febrero no podremos lanzar oficialmente la operación de cambio de títulos" para borrar 100.000 millones de deuda griega. "Y no podremos proceder al intercambio a tiempo, hasta el 5 de marzo, para solucionar el problema del reembolso de las obligaciones que llegan a término entre el 14 y el 20 de marzo" por un monto de 14.500 millones de euros, insistió.
"Si esto no ocurre, el país quebrará", amenazó. "Esto significará un país sin sistema bancario", comenzó a relatar con voz tensa antes de ser interrumpido por los abucheos de la oposición comunista, a la que el ministro acusó de llevar al país a la "catástrofe".
El debate, que se prevé concluya con un voto poco después de medianoche (22H00 GMT), en virtud de un proceso de urgencia denunciado por la oposición de izquierda, fue abierto a las 14H29 locales (12H29 GMT) por el presidente del Parlamento, Philippos Petsalnikos, quien subrayó que el momento era "crucial".
En un solemne mensaje televisivo a la nación, el primer ministro, Lucas Papademos, advirtió el sábado que el país, al borde de la quiebra, se jugaba con este voto su supervivencia financiera y su mantenimiento en la zona euro, para evitar el "caos".
El Parlamento, donde el ejecutivo de coalición socialista y conservadora dispone en principio de una mayoría de 236 votos sobre 300, deberá asumir una "responsabilidad histórica", añadió.
Sin el aval del plan de austeridad, Grecia no recibirá la ayuda de la UE y el FMI para evitar una suspensión de pagos incontrolada en marzo.
La adopción del proyecto de ley es exigido por la zona euro para desbloquear préstamos públicos de 130.000 millones de euros y la reducción de 100.000 millones de euros de su deuda con los bancos y fondos.
Los diputados deberán votar un texto que prevé la reducción del 22% del salario mínimo, que se queda en 586 euros bruto sobre 14 meses, la supresión en el año de 15.000 empleos públicos y nuevos recortes en algunas jubilaciones.
La votación también atañe a un programa de cambio de obligaciones para reducir su deuda del 160% actual a un 120% del PIB de aquí a 2020 mediante la emisión de nuevos títulos de derecho británico cuyo valor se reducirá a la mitad, así como el esquema de recapitalización de los bancos griegos.
El acuerdo gubernamental anunciado el jueves en torno al plan se quebró rápidamente, con la dimisión al día siguiente de seis miembros del gabinete, dos socialistas y cuatro dirigentes de la formación de extrema derecha Laos, que se unió a la coalición de gobierno en noviembre.
El Laos llamó a sus 16 diputados a votar en contra del texto.