Hillary Rodham Clinton,entre Alain Juppé y William Hague.
Se trata de "un fondo especial, con mecanismos temporales, el cual será trasladado luego al Consejo Nacional de Transición (CNT)", declaró el ministro de Relaciones Exteriores italiano, Franco Frattini.
Veintidós países y seis organizaciones internacionales o regionales, entre ellas la Organización de la Conferencia Islámica, así como observadores de la Unión Africana y el Banco Mundial, participaron en la segunda reunión del Grupo de Contacto.
Frattini anunció que la próxima reunión del Grupo se celebrará en los Emiratos Arabes Unidos.
También anunció que se han recolectado 250 millones de dólares para ayuda humanitaria en Libia "gracias a la generosidad de numerosos países".
Entre las personalidades que asistieron a la reunión figuraban la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton, el ministro británico de Relaciones Exteriores William Hague y su homólogo francés Alain Juppé.
Clinton anunció además que Estados Unidos empleará parte de los fondos embargados al régimen del coronel Muamar Gadafi en su país para "ayudar al pueblo libio".
Los bienes libios bloqueados en Estados Unidos representan más de 30.000 millones de dólares y una suma equivalente de haberes ha sido embargada en varios países de la Unión Europea.
El responsable del sector económico del CNT, Ali Tarhoni, advirtió el martes que la economía libia está a punto de desplomarse y solicitó "líneas de crédito" por dos a tres mil millones de euros a Francia, Italia y Estados Unidos.
Clinton instó a "aumentar el aislamiento diplomático y político de Gadafi" e invitó a los demás países a "cerrar sus representaciones en Libia y "enviar emisarios a Bengasi", bastión de los rebeldes.
Tres países, España, Holanda y Dinamarca, desmintieron oficialmente haber reconocido al CNT.
"No ha habido ningún cambio de postura: el CNT se considera un interlocutor válido y el envío de un embajador especial del gobierno a Bengasi se ha hecho para mantener y reforzar la interlocución con el CNT, pero no implica reconocimiento alguno del CNT", precisó una fuente del gobierno socialista español.
El encuentro en Roma se celebró en un momento particularmente difícil, ya que las operaciones militares iniciadas en marzo no han logrado derrocar a Gadafi y la situación humanitaria se ha agravado.
Para un portavoz del gobierno libio, Musa Ibrahim, es "inmoral, ilegal e ilógico" pedir que Gadafi deje el poder. "Se está diciendo a los libios: 'No saben lo que es bueno para ustedes. Vamos a sacarles las malas opciones y dejarles sólo las buenas para que no corran el riesgo de equivocarse'", dijo a la prensa en Trípoli.
Según Frattini, "hay que pasar de la fase militar a la política", teniendo en cuenta "la acción militar, la protección de los civiles y la ayuda a los rebeldes".
Unas "pocas semanas" para lograr un alto al fuego "es un plazo realista", aseguró Frattini durante un programa de radio realizado al término de la reunión internacional.
Por su parte, Estados Unidos agregó a la emisora estatal libia Jamahiriya Broadcasting Corporation a su lista de sanciones contra el gobierno de Libia, bloqueando sus propiedades y activos en Estados Unidos y prohibiendo a los estadounidenses hacer negocios con ellos.
Veintidós países y seis organizaciones internacionales o regionales, entre ellas la Organización de la Conferencia Islámica, así como observadores de la Unión Africana y el Banco Mundial, participaron en la segunda reunión del Grupo de Contacto.
Frattini anunció que la próxima reunión del Grupo se celebrará en los Emiratos Arabes Unidos.
También anunció que se han recolectado 250 millones de dólares para ayuda humanitaria en Libia "gracias a la generosidad de numerosos países".
Entre las personalidades que asistieron a la reunión figuraban la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton, el ministro británico de Relaciones Exteriores William Hague y su homólogo francés Alain Juppé.
Clinton anunció además que Estados Unidos empleará parte de los fondos embargados al régimen del coronel Muamar Gadafi en su país para "ayudar al pueblo libio".
Los bienes libios bloqueados en Estados Unidos representan más de 30.000 millones de dólares y una suma equivalente de haberes ha sido embargada en varios países de la Unión Europea.
El responsable del sector económico del CNT, Ali Tarhoni, advirtió el martes que la economía libia está a punto de desplomarse y solicitó "líneas de crédito" por dos a tres mil millones de euros a Francia, Italia y Estados Unidos.
Clinton instó a "aumentar el aislamiento diplomático y político de Gadafi" e invitó a los demás países a "cerrar sus representaciones en Libia y "enviar emisarios a Bengasi", bastión de los rebeldes.
Tres países, España, Holanda y Dinamarca, desmintieron oficialmente haber reconocido al CNT.
"No ha habido ningún cambio de postura: el CNT se considera un interlocutor válido y el envío de un embajador especial del gobierno a Bengasi se ha hecho para mantener y reforzar la interlocución con el CNT, pero no implica reconocimiento alguno del CNT", precisó una fuente del gobierno socialista español.
El encuentro en Roma se celebró en un momento particularmente difícil, ya que las operaciones militares iniciadas en marzo no han logrado derrocar a Gadafi y la situación humanitaria se ha agravado.
Para un portavoz del gobierno libio, Musa Ibrahim, es "inmoral, ilegal e ilógico" pedir que Gadafi deje el poder. "Se está diciendo a los libios: 'No saben lo que es bueno para ustedes. Vamos a sacarles las malas opciones y dejarles sólo las buenas para que no corran el riesgo de equivocarse'", dijo a la prensa en Trípoli.
Según Frattini, "hay que pasar de la fase militar a la política", teniendo en cuenta "la acción militar, la protección de los civiles y la ayuda a los rebeldes".
Unas "pocas semanas" para lograr un alto al fuego "es un plazo realista", aseguró Frattini durante un programa de radio realizado al término de la reunión internacional.
Por su parte, Estados Unidos agregó a la emisora estatal libia Jamahiriya Broadcasting Corporation a su lista de sanciones contra el gobierno de Libia, bloqueando sus propiedades y activos en Estados Unidos y prohibiendo a los estadounidenses hacer negocios con ellos.