"No se puede salir de la casa en la noche, porque es muy peligroso", afirmó a la AFP una mujer de 40 años, quien prefirió no identificarse, mientras compraba en una pulpería.
Las colonias del oeste de Tegucigalpa, donde las viviendas de bloques de concreto y barrotes de hierro cuelgan de una ladera al pie del imponente cerro 'El Picacho', se han vuelto escenario de grandes enfrentamientos entre las pandillas MS-13 y "El Combo que no se deja".
Un sargento de la Policía Militar, que junto a siete soldados patrullaba en un vehículo verde olivo, relató que el domingo pasado desde un taxi que subía por la calle principal de El Bosque hacia el vecino barrio El Picachito los de "El Combo" mataron a tiros a un miembro de la MS-13.
"La gente tiene temor. Yo me encierro cuando oigo los tiroteos porque soy nerviosa. Quedo paralizada", cuenta una mujer de 75 años que se identificó como Gloria, hablando tras los barrotes de hierro de la puerta de su casa amurallada.
"Escuché que al que mataron le llamaban 'Chicharrón'", dice la mujer que vive en El Bosque desde 1962. La policía lo identificó como David Elías Carías, de 40 años.
Después del crimen, la MS-13 marcó el territorio con leyendas en pintura negra: "Los del Combo se van o los matamos".
La MS-13 ocupa el territorio en El Bosque mientras que "El Combo" domina El Picachito. Las pandillas pelean por ampliar su feudo.
La MS-13 no cobra "impuesto de guerra" a los negocios donde ejerce control, contrario a las otras pandillas, pero sí extorsiona a los taxistas que tienen parada frente a una rotonda donde unos jóvenes juegan fútbol al atardecer.
Un taxista, hablando entre dientes por temor, declaró a la AFP sobre las extorsiones que "es muy peligroso hablar de eso".
"Los policías se van y después uno queda solo aquí... es mejor no arriesgarse", se excusa.
Esos enfrentamientos entre las pandillas por territorio para la venta de drogas, con ráfagas de armas automáticas, son comunes en barriadas "calientes" de las principales ciudades de Honduras, Guatemala y El Salvador. En Honduras operan la MS-13, "El Combo que no se deja", "Los Chirizos", "Los Benjamines" y Barrio 18.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, comparó a la MS-13 con el terrorismo islámico y promete combatirla en su país.
Su aviso puso en alerta a los países del llamado Triángulo Norte de Centroamérica ante el temor de una oleada de pandilleros deportados que agrave la violencia que ya es incontrolable en esta zona del istmo, con altas tasas de homicidios.
Fuentes extraoficiales de Honduras estiman que unos 4.000 pandilleros hondureños podrían ser deportados de Estados Unidos.
Según un estudio de la estadounidense Agencia para el Desarrollo Internacional (AID), en Honduras hay 25.000 miembros de pandillas MS-13 y Barrio 18.
Las pandillas y los narcotraficantes tienen a Honduras con una tasa de homicidios cerca a los 60 por cada 100.000 habitantes, muy por encima del promedio mundial de 6,7 por 100.000 según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las colonias del oeste de Tegucigalpa, donde las viviendas de bloques de concreto y barrotes de hierro cuelgan de una ladera al pie del imponente cerro 'El Picacho', se han vuelto escenario de grandes enfrentamientos entre las pandillas MS-13 y "El Combo que no se deja".
Un sargento de la Policía Militar, que junto a siete soldados patrullaba en un vehículo verde olivo, relató que el domingo pasado desde un taxi que subía por la calle principal de El Bosque hacia el vecino barrio El Picachito los de "El Combo" mataron a tiros a un miembro de la MS-13.
"La gente tiene temor. Yo me encierro cuando oigo los tiroteos porque soy nerviosa. Quedo paralizada", cuenta una mujer de 75 años que se identificó como Gloria, hablando tras los barrotes de hierro de la puerta de su casa amurallada.
"Escuché que al que mataron le llamaban 'Chicharrón'", dice la mujer que vive en El Bosque desde 1962. La policía lo identificó como David Elías Carías, de 40 años.
- "Se van o los matamos" -
Después del crimen, la MS-13 marcó el territorio con leyendas en pintura negra: "Los del Combo se van o los matamos".
La MS-13 ocupa el territorio en El Bosque mientras que "El Combo" domina El Picachito. Las pandillas pelean por ampliar su feudo.
La MS-13 no cobra "impuesto de guerra" a los negocios donde ejerce control, contrario a las otras pandillas, pero sí extorsiona a los taxistas que tienen parada frente a una rotonda donde unos jóvenes juegan fútbol al atardecer.
Un taxista, hablando entre dientes por temor, declaró a la AFP sobre las extorsiones que "es muy peligroso hablar de eso".
"Los policías se van y después uno queda solo aquí... es mejor no arriesgarse", se excusa.
Esos enfrentamientos entre las pandillas por territorio para la venta de drogas, con ráfagas de armas automáticas, son comunes en barriadas "calientes" de las principales ciudades de Honduras, Guatemala y El Salvador. En Honduras operan la MS-13, "El Combo que no se deja", "Los Chirizos", "Los Benjamines" y Barrio 18.
- Armas y drogas -
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, comparó a la MS-13 con el terrorismo islámico y promete combatirla en su país.
Su aviso puso en alerta a los países del llamado Triángulo Norte de Centroamérica ante el temor de una oleada de pandilleros deportados que agrave la violencia que ya es incontrolable en esta zona del istmo, con altas tasas de homicidios.
Fuentes extraoficiales de Honduras estiman que unos 4.000 pandilleros hondureños podrían ser deportados de Estados Unidos.
Según un estudio de la estadounidense Agencia para el Desarrollo Internacional (AID), en Honduras hay 25.000 miembros de pandillas MS-13 y Barrio 18.
Las pandillas y los narcotraficantes tienen a Honduras con una tasa de homicidios cerca a los 60 por cada 100.000 habitantes, muy por encima del promedio mundial de 6,7 por 100.000 según la Organización Mundial de la Salud (OMS).