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URUMQI, 30 jul (Xinhua) --
En las imágenes difundidas a través de la página web del "London Evening Standard" el pasado 7 de julio, Gao Wenhong y su hija, Yang Shuya, aparecían cubiertas de sangre, abrazadas y con la mirada llena de terror en una calle de Urumqi.
En el pie de foto se podía leer: "Mujeres se enfrentaron hoy a policías antidisturbios en la volátil provincia de Xinjiang, en la que se registraron nuevas protestas".
"Sangre y rebeldía: dos mujeres se consuelan mutuamente tras ser atacadas por la policía", decía otro de los pies de foto.
"Nos quedamos muy sorprendidas al ver estas informaciones erróneas", afirmó Gao el pasado martes desde su casa en la ciudad de Jichang. "De hecho, estábamos intentando pedir ayuda a la policía porque habíamos sido atacadas por los alborotadores".
"He intentado mantenerme ocupada todos los días para olvidar esa pesadilla", afirmó la mujer, quien añadió que volvió a sufrir al ver la noticia.
Gao explicó que esa noche se había desplazado junto con otros nueve familiares al Hospital Popular de Urumqi para visitar a su hija, que iba a ser operada del corazón al dia siguiente.
La familia estaba cenando en un restaurante cercano cuando de repente vieron a alborotadores lanzando piedras a la policía. Fueron atacados cuando intentaron volver al hospital.
"Los alborotadores, la mayoría de alrededor de 20 años de edad, nos gritaron y me golpearon en la cabeza hasta que perdí el conocimiento", recordó Gao con lágrimas en los ojos.
Una de las hermanas mayores de Gao murió víctima de la paliza que le propinaron y el resto de los familiares resultaron heridos.
Yang, una de las hijas, contó que la sacaron de debajo del coche en el que se había escondido y la golpearon.
"Las imágenes muestran el momento en el que mi madre me estaba acariciando la cara, llena de sangre, para intentar que dejara de llorar", explicó.
"Todas las organizaciones periodísticas deben respetar los hechos. Nunca pensé que los occidentales, que yo creía que eran personas civilizadas que respetaban los derechos humanos, nos harían daño publicando estas calumnias tan irresponsables y maliciosas", afirmó Yang.
En las imágenes difundidas a través de la página web del "London Evening Standard" el pasado 7 de julio, Gao Wenhong y su hija, Yang Shuya, aparecían cubiertas de sangre, abrazadas y con la mirada llena de terror en una calle de Urumqi.
En el pie de foto se podía leer: "Mujeres se enfrentaron hoy a policías antidisturbios en la volátil provincia de Xinjiang, en la que se registraron nuevas protestas".
"Sangre y rebeldía: dos mujeres se consuelan mutuamente tras ser atacadas por la policía", decía otro de los pies de foto.
"Nos quedamos muy sorprendidas al ver estas informaciones erróneas", afirmó Gao el pasado martes desde su casa en la ciudad de Jichang. "De hecho, estábamos intentando pedir ayuda a la policía porque habíamos sido atacadas por los alborotadores".
"He intentado mantenerme ocupada todos los días para olvidar esa pesadilla", afirmó la mujer, quien añadió que volvió a sufrir al ver la noticia.
Gao explicó que esa noche se había desplazado junto con otros nueve familiares al Hospital Popular de Urumqi para visitar a su hija, que iba a ser operada del corazón al dia siguiente.
La familia estaba cenando en un restaurante cercano cuando de repente vieron a alborotadores lanzando piedras a la policía. Fueron atacados cuando intentaron volver al hospital.
"Los alborotadores, la mayoría de alrededor de 20 años de edad, nos gritaron y me golpearon en la cabeza hasta que perdí el conocimiento", recordó Gao con lágrimas en los ojos.
Una de las hermanas mayores de Gao murió víctima de la paliza que le propinaron y el resto de los familiares resultaron heridos.
Yang, una de las hijas, contó que la sacaron de debajo del coche en el que se había escondido y la golpearon.
"Las imágenes muestran el momento en el que mi madre me estaba acariciando la cara, llena de sangre, para intentar que dejara de llorar", explicó.
"Todas las organizaciones periodísticas deben respetar los hechos. Nunca pensé que los occidentales, que yo creía que eran personas civilizadas que respetaban los derechos humanos, nos harían daño publicando estas calumnias tan irresponsables y maliciosas", afirmó Yang.
