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Política
Pauline Marois-a la izquierda-y François Hollande
Hollande dijo situarse "en la continuidad" de la posición francesa, tras reunirse con la primer ministro independentista de Quebec, Pauline Marois.
"Hace 30 años que esta fórmula existe. Ha sido asumida por todos los gobiernos sucesivos", declaró Hollande en rueda de prensa.
Su predecesor, Nicolas Sarkozy, dejó de lado empero esa doctrina de "ni injerencia, ni indiferencia" al fustigar en 2009 la "necesidad de división" y "el encierro en sí mismos" de los independentistas quebequeños.
Esa fórmula fue preconizada durante la presidencia de Valéry Giscard d'Estaing en 1977 para garantizar la neutralidad de Francia, aunque afirmando al mismo tiempo el apoyo a los quebequeños.
Ese equilibrio entre neutralidad y apoyo dejó atrás el respaldo dado por Francia a los independentistas en tiempos del presidente Charles de Gaulle, quien en un discurso pronunciado en Montreal en 1967 no vaciló en clamar "¡Viva Quebec libre!".
Hollande recalcó "los estrechos lazos" "la fraternidad y la solidaridad que caracterizan las relaciones entre Francia y Quebec".
Por su parte Pauline Marois afirmó que "Hollande eligió sus palabras para decirnos que sigue estando a nuestro lado y que esta relación de solidaridad va a perpetuarse".
El gobierno de Marois es el primero formado por independentistas en Quebec en nueve años, y surgió de las elecciones del 4 de septiembre.
La primer ministro hizo hincapié en el "contexto de gran cordialidad" de su visita oficial de dos días a Francia".
Francia y Quebec desean favorecer en particular los intercambios de jóvenes en formación profesional y técnica. "La avenida que deseamos abrir es la de los jóvenes que no han tenido la suerte de participar a los intercambios que están reservados a los universitarios o a los trabajadores", dijo.
Pauline Marois recordó que más de trescientas empresas francesas invierten en Quebec y que Francia es el quinto mayor socio de la provincia.
"Hace 30 años que esta fórmula existe. Ha sido asumida por todos los gobiernos sucesivos", declaró Hollande en rueda de prensa.
Su predecesor, Nicolas Sarkozy, dejó de lado empero esa doctrina de "ni injerencia, ni indiferencia" al fustigar en 2009 la "necesidad de división" y "el encierro en sí mismos" de los independentistas quebequeños.
Esa fórmula fue preconizada durante la presidencia de Valéry Giscard d'Estaing en 1977 para garantizar la neutralidad de Francia, aunque afirmando al mismo tiempo el apoyo a los quebequeños.
Ese equilibrio entre neutralidad y apoyo dejó atrás el respaldo dado por Francia a los independentistas en tiempos del presidente Charles de Gaulle, quien en un discurso pronunciado en Montreal en 1967 no vaciló en clamar "¡Viva Quebec libre!".
Hollande recalcó "los estrechos lazos" "la fraternidad y la solidaridad que caracterizan las relaciones entre Francia y Quebec".
Por su parte Pauline Marois afirmó que "Hollande eligió sus palabras para decirnos que sigue estando a nuestro lado y que esta relación de solidaridad va a perpetuarse".
El gobierno de Marois es el primero formado por independentistas en Quebec en nueve años, y surgió de las elecciones del 4 de septiembre.
La primer ministro hizo hincapié en el "contexto de gran cordialidad" de su visita oficial de dos días a Francia".
Francia y Quebec desean favorecer en particular los intercambios de jóvenes en formación profesional y técnica. "La avenida que deseamos abrir es la de los jóvenes que no han tenido la suerte de participar a los intercambios que están reservados a los universitarios o a los trabajadores", dijo.
Pauline Marois recordó que más de trescientas empresas francesas invierten en Quebec y que Francia es el quinto mayor socio de la provincia.
