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Política
Este atentado se inscribe en una larga serie de ataques de la "Rebelión Roja" que desde hace décadas actúa en defensa de los campesinos sin tierra, contra la violencia policial y la corrupción.
"Se produjo un incidente pero seguimos recabando información sobre la cantidad de muertos y heridos", dijo a la AFP una fuente policial del distrito de Gadchiroli, donde estalló la mina.
El ataque tuvo lugar poco después del secuestro, por primera vez en India, de dos extranjeros por los rebeldes maoístas en el estado de Orissa, este del país.
Uno de los dos italianos, Claudio Colangelo, un guía turístico que vive desde hace diez años en Orissa, fue liberado.
El otro rehén, Paolo Bosusco, 54 años, sigue en mano de los secuestradores.
Los secuestradores de los dos italianos hicieron públicas 13 reivindicaciones, incluido el cese de la operaciones de las fuerzas de seguridad, el fin del turismo en las zonas tribales y la liberación de los prisioneros maoístas.
En enero pasado, la explosión de una mina en el estado de Jharkhand, este del país, había matado a 12 policías.
Los rebeldes maoístas, que serían entre 10.000 y 20.000, controlan algunas regiones rurales, algunas de ellas con importantes recursos mineros, que no se beneficiaron con el desarrollo económico de India.
El conflicto entre los rebeldes y el poder, que comenzó en 1967, le ha costado la vida de decenas de miles de personas.
"Se produjo un incidente pero seguimos recabando información sobre la cantidad de muertos y heridos", dijo a la AFP una fuente policial del distrito de Gadchiroli, donde estalló la mina.
El ataque tuvo lugar poco después del secuestro, por primera vez en India, de dos extranjeros por los rebeldes maoístas en el estado de Orissa, este del país.
Uno de los dos italianos, Claudio Colangelo, un guía turístico que vive desde hace diez años en Orissa, fue liberado.
El otro rehén, Paolo Bosusco, 54 años, sigue en mano de los secuestradores.
Los secuestradores de los dos italianos hicieron públicas 13 reivindicaciones, incluido el cese de la operaciones de las fuerzas de seguridad, el fin del turismo en las zonas tribales y la liberación de los prisioneros maoístas.
En enero pasado, la explosión de una mina en el estado de Jharkhand, este del país, había matado a 12 policías.
Los rebeldes maoístas, que serían entre 10.000 y 20.000, controlan algunas regiones rurales, algunas de ellas con importantes recursos mineros, que no se beneficiaron con el desarrollo económico de India.
El conflicto entre los rebeldes y el poder, que comenzó en 1967, le ha costado la vida de decenas de miles de personas.
