La policía abrió fuego contra manifestantes en Mendhar, en la región de Jammu, mayoritariamente hindú, a 80 km de Srinagar, principal ciudad del Cachemira indio, dos días después que 18 personas murieran en la misma región en protestas que se iniciaron hace tres meses contra la autoridad india.
"La policía abrió fuego cuando la situación quedó fuera de control para dispersar a la muchedumbre. Tres manifestantes murieron y al menos 25 resultaron heridos", dijo un portavoz de la policía de Jammu.
El primer ministro indio, Manmohan Singh, se declaró "conmocionado" por las muertes, en particular de jóvenes, en las manifestaciones.
Al abrir una reunión dedicada a Cachemira con representantes de los partidos políticos, Singh lanzó un llamado a la calma para que el diálogo permita resolver la crisis.
El primer ministro dijo que un "diálogo significativo sólo puede darse en una atmósfera sin violencia ni confrontación".
El lunes pasado, la represión policial en Cachemira causó la muerte de 18 personas. Con las tres víctimas del miércoles, ya son 91 las personas muertas en los últimos tres meses, en manifestaciones que algunos observadores no dudan en comparar con la intifada palestina.
Una de las medidas a debate para apaciguar la situación sería levantar parcialmente el estado de emergencia en cuatro distritos de Cachemira, instaurado hace veinte años y que otorga inmunidad a las fuerzas de seguridad. El gobierno central no tomó aún una decisión al respecto.
En 1947, esta región de mayoría musulmana quedó dividida entre India y Pakistán, cuando el subcontinente se independizó de Gran Bretaña.
En el pasado, India acusó frecuentemente a Pakistán -- que controla la otra parte de Cachemira -- de alimentar esos disturbios.
Sin embargo, varios dirigentes locales consideran que la desesperación de los jóvenes y la intransigencia de India han provocado esta situación explosiva. Esta región de 12 millones de habitantes cuenta con unos 400.000 jóvenes desempleados.
La parte india de Cachemira es escenario de una insurrección contra la administración de Nueva Delhi, que ha causado más de 47.000 muertos desde 1989, según cifras oficiales.
Un proceso de paz iniciado en 2004 con Pakistán permitió limitar la violencia, antes de que volviera a desatarse este verano boreal.
Dos terceras partes de la población del Cachemira indio desean la independencia de su región, y menos de uno sobre 10 quiere que se una a Pakistán, según un sondeo publicado el domingo pasado.
Según este sondeo realizado por el Sunday Hindustan Times, 66% de las personas interrogadas quieren "la libertad completa" de Cachemira que formaría un nuevo país.
"La policía abrió fuego cuando la situación quedó fuera de control para dispersar a la muchedumbre. Tres manifestantes murieron y al menos 25 resultaron heridos", dijo un portavoz de la policía de Jammu.
El primer ministro indio, Manmohan Singh, se declaró "conmocionado" por las muertes, en particular de jóvenes, en las manifestaciones.
Al abrir una reunión dedicada a Cachemira con representantes de los partidos políticos, Singh lanzó un llamado a la calma para que el diálogo permita resolver la crisis.
El primer ministro dijo que un "diálogo significativo sólo puede darse en una atmósfera sin violencia ni confrontación".
El lunes pasado, la represión policial en Cachemira causó la muerte de 18 personas. Con las tres víctimas del miércoles, ya son 91 las personas muertas en los últimos tres meses, en manifestaciones que algunos observadores no dudan en comparar con la intifada palestina.
Una de las medidas a debate para apaciguar la situación sería levantar parcialmente el estado de emergencia en cuatro distritos de Cachemira, instaurado hace veinte años y que otorga inmunidad a las fuerzas de seguridad. El gobierno central no tomó aún una decisión al respecto.
En 1947, esta región de mayoría musulmana quedó dividida entre India y Pakistán, cuando el subcontinente se independizó de Gran Bretaña.
En el pasado, India acusó frecuentemente a Pakistán -- que controla la otra parte de Cachemira -- de alimentar esos disturbios.
Sin embargo, varios dirigentes locales consideran que la desesperación de los jóvenes y la intransigencia de India han provocado esta situación explosiva. Esta región de 12 millones de habitantes cuenta con unos 400.000 jóvenes desempleados.
La parte india de Cachemira es escenario de una insurrección contra la administración de Nueva Delhi, que ha causado más de 47.000 muertos desde 1989, según cifras oficiales.
Un proceso de paz iniciado en 2004 con Pakistán permitió limitar la violencia, antes de que volviera a desatarse este verano boreal.
Dos terceras partes de la población del Cachemira indio desean la independencia de su región, y menos de uno sobre 10 quiere que se una a Pakistán, según un sondeo publicado el domingo pasado.
Según este sondeo realizado por el Sunday Hindustan Times, 66% de las personas interrogadas quieren "la libertad completa" de Cachemira que formaría un nuevo país.