El impuesto sobre los bienes y servicios (GST) sustituye más de una decena de tasas aplicadas a nivel nacional y en los 29 estados. Su objetivo es transformar este país asiático de 1.300 millones de habitantes, con una economía de dos billones de dólares, en un mercado único.
El primer ministro Narendra Modi convocó una sesión nocturna especial en el Parlamento para lanzar el GST que calificó de "impuesto bueno y sencillo" con el que "el sueño de una India, gran India, se hará realidad".
"El GST es un sistema simple y transparente que evita la creación de dinero negro y frena la corrupción", afirmó Modi, que revolucionó a su país el año pasado al retirar de la circulación más del 85% de los billetes de banco, en un intento de contener la economía sumergida y la corrupción.
Pero el primer ministro, que ha hecho grandes esfuerzos en el ámbito económico con vistas a su posible reelección en 2019, reconoció que su puesta en marcha no estará exenta de problemas.
El estado de Jammu y Cachemira se negó a firmar la ley sobre el régimen impositivo único. Y el GST provocó protestas de los comerciantes y del mayor partido opositor, que boicoteó la sesión parlamentaria en la que se aprobó.
Los empresarios están nerviosos por el nuevo impuesto, que establece cuatro tipos distintos -5, 12, 18 y 28%-, en lugar del tipo único que se había planteado en un principio.
Las normas sobre el GST ocupan más de 200 páginas, y la imposición de cada producto dio lugar a duras negociaciones en el seno de una comisión.
A raíz de las conversaciones, los estados conservaron la posibilidad de percibir sus propios impuestos en determinados productos.
Los primeros efectos secundarios de esa decisión se podían ver el sábado en el estado de Tamil Nadu (sur), que seguía tasando las entradas de cine en un 30%, a pesar de que éstas estaban sometidas a un GST del 28%.
Los 969 cines del estado permanecerán cerrados el lunes en señal de protesta, declaró a la AFP el presidente de la asociación de propietarios de salas, M. Subramanian.
El primer ministro Narendra Modi convocó una sesión nocturna especial en el Parlamento para lanzar el GST que calificó de "impuesto bueno y sencillo" con el que "el sueño de una India, gran India, se hará realidad".
"El GST es un sistema simple y transparente que evita la creación de dinero negro y frena la corrupción", afirmó Modi, que revolucionó a su país el año pasado al retirar de la circulación más del 85% de los billetes de banco, en un intento de contener la economía sumergida y la corrupción.
Pero el primer ministro, que ha hecho grandes esfuerzos en el ámbito económico con vistas a su posible reelección en 2019, reconoció que su puesta en marcha no estará exenta de problemas.
El estado de Jammu y Cachemira se negó a firmar la ley sobre el régimen impositivo único. Y el GST provocó protestas de los comerciantes y del mayor partido opositor, que boicoteó la sesión parlamentaria en la que se aprobó.
Los empresarios están nerviosos por el nuevo impuesto, que establece cuatro tipos distintos -5, 12, 18 y 28%-, en lugar del tipo único que se había planteado en un principio.
Las normas sobre el GST ocupan más de 200 páginas, y la imposición de cada producto dio lugar a duras negociaciones en el seno de una comisión.
A raíz de las conversaciones, los estados conservaron la posibilidad de percibir sus propios impuestos en determinados productos.
Los primeros efectos secundarios de esa decisión se podían ver el sábado en el estado de Tamil Nadu (sur), que seguía tasando las entradas de cine en un 30%, a pesar de que éstas estaban sometidas a un GST del 28%.
Los 969 cines del estado permanecerán cerrados el lunes en señal de protesta, declaró a la AFP el presidente de la asociación de propietarios de salas, M. Subramanian.