Además un atentado con coche bomba fue perpetrado este martes en el bastión de los rebeldes libios de Bengasi (este), cerca de la sede del Consejo Nacional de Transición (CNT), órgano político de la rebelión, sin causar víctimas, constató la AFP.
El atentado devastó una zona a 200 metros del tribunal de la ciudad, que alberga la sede del CNT en la costa.
Cientos de hombres se dirigieron al lugar, algunos de los cuales acusaban a las fuerzas leales al dirigente libio Muamar Gadafi de este ataque.
"Era un coche bomba", afirmó un portavoz del brazo militar del CNT, Ahmad Omar Bani.
Se trata del primer atentado en Bengasi desde el comienzo de la insurrección libia a mediados de febrero.
En Misrata, después del ataque efectuado el lunes en la mañana por las fuerzas de Gadafi, la calma había vuelto el martes en la mañana a la tercera ciudad del país, a 200 km al este de Trípoli.
Los combates se concentraron en torno a Al Ghiran, suburbio próximo del aeropuerto, según fuentes rebeldes.
Al parecer la calma estaba en relación con la destrucción el lunes por la OTAN cerca de Misrata de 12 depósitos de municiones y tres vehículos de artillería autopropulsados de las tropas de Gadafi.
El viernes, el régimen libio había ofrecido una amnistía a los rebeldes de esta ciudad clave si cesaban los combates, precisando que esta proposición duraba hasta el martes.
También había amenazado con atacar los navíos que entran al puerto y largó tres minas en las aguas frente a Misrata. La OTAN indicó el lunes haber destruído sólo dos. El domingo en la noche, el puerto sufrió un intenso bombardeo de las fuerzas pro Gadafi.
Barcos humanitarios y uno en particular de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que se encuentran frente a Misrata desde el sábado, siguen esperando la autorización de la OTAN para poder atracar.
Varias agencias humanitarias llamaron a los dos bandos a facilitar la evacuación por mar y por vía terrestre de miles de heridos y migrantes bloqueados en Misrata.
La OTAN precisó que "el puerto de Misrata no está cerrado" y que la organización "organizó un corredor marítimo".
En Misrata, el pan y la carne se hacen cada vez más escasos. Las frutas y verduras frescas son casi inexistentes.
El jueves en Roma, el Grupo de Contacto sobre Libia se reunirá y tratará en particular de encontrar una solución política al conflicto marcado por un estancamiento de la situación militar y el riesgo de agravar la crisis humanitaria.
Italia "va a proponer a las organizaciones internacionales, los aliados y la OTAN fijar un término a las operaciones en Libia", según declaró este martes el ministro de Relaciones Exteriores, Franco Frattini, la víspera de un voto en el Parlamento sobre la intervención militar italiana en ese país.
Entre los temas que serán tratados en Roma figura en particular la eventual entrega de armas a los opositores a Gadafi y el financiamiento de su movimiento a través de la compra de petróleo proveniente del este del país bajo su control.
No obstante, la rebelión indicó que por el momento no había previsto reiniciar las exportaciones de petróleo, siendo su prioridad proteger las instalaciones petroleras.
Por el contrario, advirtió que su economía podría derrumbarse de aquí a junio si Francia, Italia y Estados Unidos no le acuerdan un crédito de 3.000 millones de dólares, garantizados por los fondos congelados de Muamar Gadafi.
En una entrevista que aparecerá el miércoles en el semanario francés L'Express, el presidente francés Nicolas Sarkozy indicó que Francia propondrá "en las semanas próximas" la organización de una "conferencia de amigos de Libia" para preparar la transición política en el país.
Turquía, país musulmán de la OTAN que ha hecho esfuerzos por hacer de intermediario en Libia donde tiene grandes intereses económicos, cambió de tono el martes, llamando al dirigente libio Muamar Gadafi a dejar "inmediatamente" el poder.
Por otra parte, el embajador de Libia en Londres, al que Gran Bretaña dio el domingo 24 horas para dejar el país en represalia por los ataques a edificios diplomáticos británicos en Trípoli, dejó el territorio, indicó el ministerio británico de Relaciones Exteriores.
El atentado devastó una zona a 200 metros del tribunal de la ciudad, que alberga la sede del CNT en la costa.
Cientos de hombres se dirigieron al lugar, algunos de los cuales acusaban a las fuerzas leales al dirigente libio Muamar Gadafi de este ataque.
"Era un coche bomba", afirmó un portavoz del brazo militar del CNT, Ahmad Omar Bani.
Se trata del primer atentado en Bengasi desde el comienzo de la insurrección libia a mediados de febrero.
En Misrata, después del ataque efectuado el lunes en la mañana por las fuerzas de Gadafi, la calma había vuelto el martes en la mañana a la tercera ciudad del país, a 200 km al este de Trípoli.
Los combates se concentraron en torno a Al Ghiran, suburbio próximo del aeropuerto, según fuentes rebeldes.
Al parecer la calma estaba en relación con la destrucción el lunes por la OTAN cerca de Misrata de 12 depósitos de municiones y tres vehículos de artillería autopropulsados de las tropas de Gadafi.
El viernes, el régimen libio había ofrecido una amnistía a los rebeldes de esta ciudad clave si cesaban los combates, precisando que esta proposición duraba hasta el martes.
También había amenazado con atacar los navíos que entran al puerto y largó tres minas en las aguas frente a Misrata. La OTAN indicó el lunes haber destruído sólo dos. El domingo en la noche, el puerto sufrió un intenso bombardeo de las fuerzas pro Gadafi.
Barcos humanitarios y uno en particular de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que se encuentran frente a Misrata desde el sábado, siguen esperando la autorización de la OTAN para poder atracar.
Varias agencias humanitarias llamaron a los dos bandos a facilitar la evacuación por mar y por vía terrestre de miles de heridos y migrantes bloqueados en Misrata.
La OTAN precisó que "el puerto de Misrata no está cerrado" y que la organización "organizó un corredor marítimo".
En Misrata, el pan y la carne se hacen cada vez más escasos. Las frutas y verduras frescas son casi inexistentes.
El jueves en Roma, el Grupo de Contacto sobre Libia se reunirá y tratará en particular de encontrar una solución política al conflicto marcado por un estancamiento de la situación militar y el riesgo de agravar la crisis humanitaria.
Italia "va a proponer a las organizaciones internacionales, los aliados y la OTAN fijar un término a las operaciones en Libia", según declaró este martes el ministro de Relaciones Exteriores, Franco Frattini, la víspera de un voto en el Parlamento sobre la intervención militar italiana en ese país.
Entre los temas que serán tratados en Roma figura en particular la eventual entrega de armas a los opositores a Gadafi y el financiamiento de su movimiento a través de la compra de petróleo proveniente del este del país bajo su control.
No obstante, la rebelión indicó que por el momento no había previsto reiniciar las exportaciones de petróleo, siendo su prioridad proteger las instalaciones petroleras.
Por el contrario, advirtió que su economía podría derrumbarse de aquí a junio si Francia, Italia y Estados Unidos no le acuerdan un crédito de 3.000 millones de dólares, garantizados por los fondos congelados de Muamar Gadafi.
En una entrevista que aparecerá el miércoles en el semanario francés L'Express, el presidente francés Nicolas Sarkozy indicó que Francia propondrá "en las semanas próximas" la organización de una "conferencia de amigos de Libia" para preparar la transición política en el país.
Turquía, país musulmán de la OTAN que ha hecho esfuerzos por hacer de intermediario en Libia donde tiene grandes intereses económicos, cambió de tono el martes, llamando al dirigente libio Muamar Gadafi a dejar "inmediatamente" el poder.
Por otra parte, el embajador de Libia en Londres, al que Gran Bretaña dio el domingo 24 horas para dejar el país en represalia por los ataques a edificios diplomáticos británicos en Trípoli, dejó el territorio, indicó el ministerio británico de Relaciones Exteriores.