Los presidentes árabes, en una reunión de la Liga Árabe.
"Estamos inquietos por la situación en Túnez", declaró el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores iraní, Ramin Mehmanparast.
"Esperamos que los requerimientos de la nación musulmana tunecina serán satisfechos por medios pacíficos y no violentos", agregó.
En Abu Dhabi, el gobierno de los Emiratos Arabes Unidos exhortó a los tunecinos a mostrar "cohesión, preservar (su) unidad y evitar todo lo que pueda afectar la seguridad y la estabilidad" de su país.
La Organización de la Conferencia Islámica (OCI) expresó su solidaridad y exhortó a Túnez a "preservar la seguridad y la estabilidad". Y el gobierno kuwaití llamó a "un consenso nacional para que prevalezcan los intereses nacionales y evitar el caos".
Para Israel, ese caos en Túnez beneficiará a los islamistas. "Ahora hay mucho temor de que los movimientos islamistas, que hasta ahora estaban fuera de la ley, regresen" con fuerza, declaró el ministro israelí de Desarrollo regional, Sylvan Shalom.
"La región donde vivimos es inestable", insistió el Primer ministro Benjamin Netanyahu, mientras numerosos árabes se enfrontan, como los tunecinos, a dificultades económicas y a un régimen autoritario.
Pero las oposiciones a esos regímenes han expresado su deseo de que haya un contagio de la situación tunecina.
En Jordania, el Frente de la Acción Islámica (FAI) llamó a "todos los regímenes árabes a reexaminar sus políticas".
"La tiranía es el principal problema del mundo árabe", insistió el FAI, que organizaba con los Hermanos musulmanes, sindicatos y partidos de izquierda una manifestación ante el Parlamento el domingo por la tarde para "denunciar la política económica del gobierno".
Unos 3.000 sindicalistas, islamistas y miembros de partidos de izquierda participaron en la protesta ante el Parlamento jordano en Ammán contra la inflación y la política económica del gobierno de Jordania, comprobó un periodista de la AFP.
"En Jordania sufrimos los mismos males que afectaron a Túnez y debemos poner fin a la opresión, así como a los obstáculos a las libertades y a la voluntad del pueblo", afirmó el jefe de los Hermanos Musulmanes, Hamam Said, en un discurso.
Después de elogiar a los tunecinos, que "se liberaron de su dictador", Said destacó que el pueblo jordano "no aceptará pasar hambre".
Diputados de la oposición kuwaití saludaron "el valor del pueblo tunecino" y advirtieron que numerosos regímenes están amenazados.
"Todos los regímenes que oprimen a sus pueblos y luchan contra la identidad arabo-islámica tendrán el mismo destino", declaró el diputado islamista Walid al-Tabtabaï.
"Es una lección para todos los pueblos de la región", dijo el diputado Ahmad al-Saadoun, veterano de la vida parlamentaria.
En Jartúm, Mubarak al-Fadil, uno de los dirigentes de la oposición sudanesa, dijo que el país está "listo para el levantamiento popular".
En Yemen, mil estudiantes manifestaron en Sanaa, y llamaron a los pueblos árabes a levantarse contra sus dirigentes al grito de: "Túnez de la libertad, Sanaa te saluda mil veces".
Para Siria e Irán, los problemas de Ben Alí son también una advertencia para Occidente.
El presidente del Parlamento iraní, Ali Larijani, ironizó sobre las declaraciones occidentales de solidaridad: "Los países que sustentaban la tiranía se muestran ahora complacientes. Muchos países deberían ahora aprender la lección de que las superpotencias no los apoyarán en caso de dificultades".
"Esperamos que los requerimientos de la nación musulmana tunecina serán satisfechos por medios pacíficos y no violentos", agregó.
En Abu Dhabi, el gobierno de los Emiratos Arabes Unidos exhortó a los tunecinos a mostrar "cohesión, preservar (su) unidad y evitar todo lo que pueda afectar la seguridad y la estabilidad" de su país.
La Organización de la Conferencia Islámica (OCI) expresó su solidaridad y exhortó a Túnez a "preservar la seguridad y la estabilidad". Y el gobierno kuwaití llamó a "un consenso nacional para que prevalezcan los intereses nacionales y evitar el caos".
Para Israel, ese caos en Túnez beneficiará a los islamistas. "Ahora hay mucho temor de que los movimientos islamistas, que hasta ahora estaban fuera de la ley, regresen" con fuerza, declaró el ministro israelí de Desarrollo regional, Sylvan Shalom.
"La región donde vivimos es inestable", insistió el Primer ministro Benjamin Netanyahu, mientras numerosos árabes se enfrontan, como los tunecinos, a dificultades económicas y a un régimen autoritario.
Pero las oposiciones a esos regímenes han expresado su deseo de que haya un contagio de la situación tunecina.
En Jordania, el Frente de la Acción Islámica (FAI) llamó a "todos los regímenes árabes a reexaminar sus políticas".
"La tiranía es el principal problema del mundo árabe", insistió el FAI, que organizaba con los Hermanos musulmanes, sindicatos y partidos de izquierda una manifestación ante el Parlamento el domingo por la tarde para "denunciar la política económica del gobierno".
Unos 3.000 sindicalistas, islamistas y miembros de partidos de izquierda participaron en la protesta ante el Parlamento jordano en Ammán contra la inflación y la política económica del gobierno de Jordania, comprobó un periodista de la AFP.
"En Jordania sufrimos los mismos males que afectaron a Túnez y debemos poner fin a la opresión, así como a los obstáculos a las libertades y a la voluntad del pueblo", afirmó el jefe de los Hermanos Musulmanes, Hamam Said, en un discurso.
Después de elogiar a los tunecinos, que "se liberaron de su dictador", Said destacó que el pueblo jordano "no aceptará pasar hambre".
Diputados de la oposición kuwaití saludaron "el valor del pueblo tunecino" y advirtieron que numerosos regímenes están amenazados.
"Todos los regímenes que oprimen a sus pueblos y luchan contra la identidad arabo-islámica tendrán el mismo destino", declaró el diputado islamista Walid al-Tabtabaï.
"Es una lección para todos los pueblos de la región", dijo el diputado Ahmad al-Saadoun, veterano de la vida parlamentaria.
En Jartúm, Mubarak al-Fadil, uno de los dirigentes de la oposición sudanesa, dijo que el país está "listo para el levantamiento popular".
En Yemen, mil estudiantes manifestaron en Sanaa, y llamaron a los pueblos árabes a levantarse contra sus dirigentes al grito de: "Túnez de la libertad, Sanaa te saluda mil veces".
Para Siria e Irán, los problemas de Ben Alí son también una advertencia para Occidente.
El presidente del Parlamento iraní, Ali Larijani, ironizó sobre las declaraciones occidentales de solidaridad: "Los países que sustentaban la tiranía se muestran ahora complacientes. Muchos países deberían ahora aprender la lección de que las superpotencias no los apoyarán en caso de dificultades".