Tras un período de relativa calma, consecutivo a un acuerdo para repartirse el poder entre diferentes grupos políticos, los atentados se intensificaron nuevamente desde hace tres días, tomando como blanco principalmente a peregrinos chiitas y miembros de las fuerzas de seguridad.
Este repunte de los atentados lleva a pensar una vez más que el ejército iraquí, formado por las fuerzas lideradas por Estados Unidos que invadieron Irak en 2003 para derrocar a Sadam Husein, tal vez sea incapaz de controlar el país tras el retiro previsto de las fuerzas estadounidenses dentro de menos de un año.
Los que causaron más muertos este jueves fueron dos atentados suicidas que tuvieron lugar en los alrededores de Kerbalá, donde están los mausoleos de los dos principales imanes del chiismo.
El primero se produjo hacia las 15H00 locales (12H00 GMT), a 10 km al norte de la ciudad, cuando un kamikaze hizo explotar su vehículo, y el segundo ocurrió del mismo modo 20 minutos después, a 15 km al sur de esta urbe, informó Mohamed Hamid Al Musaui, jefe del consejo provincial.
"El primer atentado causó la muerte de 20 personas y el segundo de 25", puntualizó un vocero de un hospital del centro de la ciudad, quien agregó que cuatro niños y 20 mujeres figuraban entre las víctimas.
"Pero seguramente haya muerto más gente porque nos llegaron pedazos de cuerpos humanos que todavía no hemos logrado identificar", agregó.
También el jueves murieron dos policías y un periodista en otro atentado suicida con coche bomba contra la sede de la policía provincial en Baquba, al norte de Bagdad.
El martes, al menos 50 personas habían perecido en Tikrit, al norte de Bagdad, cuando un kamikaze activó su cinturón de explosivos en medio de un grupo de reclutas de la policía, en el atentado más mortífero después del ataque en plena misa de la iglesia siríaca católica de Bagdad el pasado 31 de octubre.
Este atentado en Tikrit fue el primero de gran envergadura desde que asumió, el 21 de diciembre pasado, el nuevo gobierno del Primer ministro Nuri Al Maliki, quien dijo que la seguridad era una de sus prioridades.
La violencia pareció disminuir con la conclusión en noviembre de 2010 de un acuerdo de reparto del poder entre los diversos movimientos políticos que permitió la formación del nuevo gobierno, tras nueve meses de incertidumbre al respecto.
Noviembre y diciembre de 2010 fueron los dos meses menos mortíferos del año para los iraquíes, según cifras oficiales, pero 116 personas ya murieron en estos tres últimos días, cuando los fallecidos en todo el mes pasado habían sido 151.
Este repunte de los atentados lleva a pensar una vez más que el ejército iraquí, formado por las fuerzas lideradas por Estados Unidos que invadieron Irak en 2003 para derrocar a Sadam Husein, tal vez sea incapaz de controlar el país tras el retiro previsto de las fuerzas estadounidenses dentro de menos de un año.
Los que causaron más muertos este jueves fueron dos atentados suicidas que tuvieron lugar en los alrededores de Kerbalá, donde están los mausoleos de los dos principales imanes del chiismo.
El primero se produjo hacia las 15H00 locales (12H00 GMT), a 10 km al norte de la ciudad, cuando un kamikaze hizo explotar su vehículo, y el segundo ocurrió del mismo modo 20 minutos después, a 15 km al sur de esta urbe, informó Mohamed Hamid Al Musaui, jefe del consejo provincial.
"El primer atentado causó la muerte de 20 personas y el segundo de 25", puntualizó un vocero de un hospital del centro de la ciudad, quien agregó que cuatro niños y 20 mujeres figuraban entre las víctimas.
"Pero seguramente haya muerto más gente porque nos llegaron pedazos de cuerpos humanos que todavía no hemos logrado identificar", agregó.
También el jueves murieron dos policías y un periodista en otro atentado suicida con coche bomba contra la sede de la policía provincial en Baquba, al norte de Bagdad.
El martes, al menos 50 personas habían perecido en Tikrit, al norte de Bagdad, cuando un kamikaze activó su cinturón de explosivos en medio de un grupo de reclutas de la policía, en el atentado más mortífero después del ataque en plena misa de la iglesia siríaca católica de Bagdad el pasado 31 de octubre.
Este atentado en Tikrit fue el primero de gran envergadura desde que asumió, el 21 de diciembre pasado, el nuevo gobierno del Primer ministro Nuri Al Maliki, quien dijo que la seguridad era una de sus prioridades.
La violencia pareció disminuir con la conclusión en noviembre de 2010 de un acuerdo de reparto del poder entre los diversos movimientos políticos que permitió la formación del nuevo gobierno, tras nueve meses de incertidumbre al respecto.
Noviembre y diciembre de 2010 fueron los dos meses menos mortíferos del año para los iraquíes, según cifras oficiales, pero 116 personas ya murieron en estos tres últimos días, cuando los fallecidos en todo el mes pasado habían sido 151.