"Es un día importante en la historia de la industria gasífera y petrolera de Irak porque por primera vez el gas va a ser verdaderamente explotado", afirmó con satisfacción el ministro iraquí de Petróleo, Hussein Chahristani, al final de la atribución de los yacimientos.
Un consorcio compuesto a partes iguales por la compañía coreana Korean Gas Corporation y la sociedad kazaka KazMunai logró el más importante de los tres yacimientos licitados.
Se trata del campo de Akaz, descubierto en 1992 en la provincia occidental de Al Anbar. Su capacidad está estimada en 158.000 millones de metros cúbicos y ya han sido perforados seis pozos.
El cartel propuso ser remunerado 5,50 dólares por el equivalente de un barril de petróleo y producir 400 millones de pies cúbicos por día durante 13 años.
Un consorcio formado por la compañía turca TPA0 (50%), Kuwait Energy (30%) y la surcoreana Korean Gas Corporation (20%) ganó el segundo mayor yacimiento de gas de los tres licitados, Mansuriya.
Descubierto en 1979, en la provincia de Diyala, 100 km al noreste de Bagdad, Mansuriya tiene cuatro pozos y su capacidad es de 127.400 millones de m3.
Único consorcio en carrera, aceptó ser remunerados a 7 dólares por el equivalente de un barril de petróleo y producir 320 millones de pies cúbicos por día durante 13 años.
Por último, un consorcio compuesto en un 60% por kuwait Energy y en 40% por la compañía turca TPAO obtuvo el más pequeño de los yacimientos, Siba, en el sur de Irak, cerca de la frontera con Irán y Kuwait.
Este campo, descubierto en 1968 y con una capacidad de 35.000 millones de metros cúbicos, nunca fue desarrollado.
"La explotación de gas ofrecerá oportunidades de empleo para los iraquíes, mejorará la producción eléctrica, reducirá la contaminación y relanzará la actividad de otros sectores de la economía", afirmó Chahristani.
La licitación de los yacimientos de gas tiene lugar luego del exitoso proceso llevado a cabo con el petróleo.
El año pasado, Irak firmó acuerdos con grandes petroleras internacionales para desarrollar diez yacimientos petrolíferos y llevar su capacidad de producción a 12 millones de barriles diarios (mbd) en 2017, contra 2,5 mbd actualmente.
Como en el caso del petróleo, se trata de contratos de servicios y no de reparto de ganancias, es decir que Bagdad pagará a las compañías un precio fijo.
Un consorcio compuesto a partes iguales por la compañía coreana Korean Gas Corporation y la sociedad kazaka KazMunai logró el más importante de los tres yacimientos licitados.
Se trata del campo de Akaz, descubierto en 1992 en la provincia occidental de Al Anbar. Su capacidad está estimada en 158.000 millones de metros cúbicos y ya han sido perforados seis pozos.
El cartel propuso ser remunerado 5,50 dólares por el equivalente de un barril de petróleo y producir 400 millones de pies cúbicos por día durante 13 años.
Un consorcio formado por la compañía turca TPA0 (50%), Kuwait Energy (30%) y la surcoreana Korean Gas Corporation (20%) ganó el segundo mayor yacimiento de gas de los tres licitados, Mansuriya.
Descubierto en 1979, en la provincia de Diyala, 100 km al noreste de Bagdad, Mansuriya tiene cuatro pozos y su capacidad es de 127.400 millones de m3.
Único consorcio en carrera, aceptó ser remunerados a 7 dólares por el equivalente de un barril de petróleo y producir 320 millones de pies cúbicos por día durante 13 años.
Por último, un consorcio compuesto en un 60% por kuwait Energy y en 40% por la compañía turca TPAO obtuvo el más pequeño de los yacimientos, Siba, en el sur de Irak, cerca de la frontera con Irán y Kuwait.
Este campo, descubierto en 1968 y con una capacidad de 35.000 millones de metros cúbicos, nunca fue desarrollado.
"La explotación de gas ofrecerá oportunidades de empleo para los iraquíes, mejorará la producción eléctrica, reducirá la contaminación y relanzará la actividad de otros sectores de la economía", afirmó Chahristani.
La licitación de los yacimientos de gas tiene lugar luego del exitoso proceso llevado a cabo con el petróleo.
El año pasado, Irak firmó acuerdos con grandes petroleras internacionales para desarrollar diez yacimientos petrolíferos y llevar su capacidad de producción a 12 millones de barriles diarios (mbd) en 2017, contra 2,5 mbd actualmente.
Como en el caso del petróleo, se trata de contratos de servicios y no de reparto de ganancias, es decir que Bagdad pagará a las compañías un precio fijo.