
Los militantes islamistas habían anunciado nueve manifestaciones en El Cairo para este domingo, en el quinto día de enfrentamientos con las fuerzas del orden, que han causado más de 750 muertos.
Yasmine Adel, portavoz de la Alianza contra el golpe de Estado, declaró a la AFP que "varias marchas han sido anuladas por razones de seguridad".
Sin embargo, indicó que otras manifestaciones se estaban celebrando, pero que no era posible confirmarlo en este momento.
El general Abdel Fatah al Sisi, jefe del ejército egipcio y nuevo hombre fuerte del país, aseguró este domingo que Egipto "no cederá" ante la violencia de los islamistas durante una reunión con los principales jefes militares y de la policía.
"Quien imagine que la violencia doblegará al Estado y a los egipcios debe revisar su postura, no permaneceremos nunca silenciosos ante la destrucción del país", dijo en su primera declaración tras el comienzo el miércoles de la sangrienta represión contra los partidarios del derrocado presidente islamista Mohamed Mursi.
El jefe del ejército hizo esas declaraciones durante una reunión con un centenar de oficiales superiores del ejército y la policía, así como con el ministro del Interior, Mohamed Ibrahim.
En el barrio de Dokki, en el centro de El Cairo, algunos vecinos tomaron la mezquita que los islamistas tenían previsto usar como punto de partida para una marcha y colocaron un póster de un policía asesinado, informó un corresponsal de la AFP.
Ningún manifestante estaba presente, temiendo a todas luces la reacción de los "comités populares", grupos de autodefensa formados en general por jóvenes armados que la emprenden contra los hombres barbudos y contra las mujeres que visten el velo islámico integral.
Patrullas ciudadanas detuvieron coches en los que circulaban hombres con barba y les sacaron de los vehículos, indicó el corresponsal.
Ahmed Gomaa, uno de los habitantes que esperaba frente a la mezquita Asad Ibn Al Forat, en Dokki, en el centro de la capital, dijo a la AFP: "los esperamos, juro que los mataremos si se acercan a la mezquita".
Como una aparente señal de la falta de organización de los Hermanos Musulmanes, cuyos dirigentes en su mayoría están presos o andan prófugos, varios comunicados contradictorios anunciaron la anulación o el mantenimiento de las nueve manifestaciones programadas.
El ejército bloqueaba las grandes avenidas del Cairo para impedir las manifestaciones de los islamistas.
La televisión mostró no obstante manifestaciones fuera de la capital egipcia.
Los partidarios del derrocado presidente islamista Mohamed Mursi habían convocado a nuevas manifestaciones el domingo.
El ministerio de Asuntos religiosos anunció que las mezquitas se abrirían a partir de ahora únicamente para la oración, con el objetivo de evitar que sirvan de lugar de concentración para las manifestaciones que reclaman el retorno de Mursi, destituido y arrestado por las Fuerzas Armadas el 3 de julio pasado.
Tras el enfrentamiento durante varias horas marcado por el intercambio de disparos, la policía evacuó el sábado a centenares de manifestantes atrincherados en la mezquita cairota de Al Fath y detuvo a 385 personas.
Este domingo la vida había retomado su curso normal en las calles de El Cairo, donde se han producido de nuevo atascos con el retorno del transporte público y de los residentes a sus puestos de trabajo, en este primer día de la semana en el país.
Tras el golpe militar, Egipto, bajo estado de urgencia y con escenas de guerra inéditas, está dividido en dos sectores que por el momento parecen irreconciliables: por un lado la influyente cofradía de los Hermanos Musulmanes, a la que pertenece Mursi, y por el otro los partidarios de la solución de seguridad del ejército.
Los sangrientos enfrentamientos no han disminuido en los últimos días pese a las condenas internacionales y a las llamadas a la mesura. El viernes 173 fallecieron a consecuencias de la violencia, y tres policías murieron en las últimas 24 horas en la península del Sinaí.
En un largo comunicado conjunto, los dirigentes de la Unión Europea Herman Van Rompuy y José Manuel Durao Barroso apelaron al final de la violencia y al retorno al diálogo y al proceso democrático.
"Con este fin, la UE, junto con sus Estados miembros, reexaminará urgentemente en los próximos días sus relaciones con Egipto y tomará medidas para conseguir estos objetivos", declararon los dos dirigentes.
Ante el temor de nuevos episodios de violencia, Estados Unidos anunció que su embajada continuaría cerrada el domingo.
Londres y la ONU denunciaron un "uso excesivo de la fuerza" contra los manifestantes, mientras que Berlín instó al "diálogo" como única solución para evitar la "guerra civil".