JERUSALEN, Gavin Rabinowitz, (AFP) - Cuando el presidente norteamericano Barack Obama envió las invitaciones para esa conferencia sobre seguridad nuclear y no proliferación, el gobierno israelí quedó enfrentado a un dilema.
Por un lado, Netanyahu quería participar para denunciar la amenaza nuclear iraní y alertar contra el riesgo de que extremistas islámicos pudieran dotarse de una bomba atómica.
Por el otro, miembros del gobierno advirtieron del riesgo de que algunos países musulmanes aprovecharan la ocasión para exigir que Israel abriera sus instalaciones nucleares a inspectores extranjeros.
"El primer ministro quería ir. Está muy comprometido con la agenda de la conferencia", dijo a la AFP un funcionario israelí de alto rango que pidió el anonimato.
Israel tiene un compromiso muy firme contra la proliferación nuclear en la región y no duda en tomar medidas extremas.
En 1981 bombardeó un reactor nuclear iraquí y, recientemente, en 2007, atacó instalaciones, al parecer nucleares, en Siria.
Israel no descarta por otra parte atacar las instalaciones nucleares de Irán, que apuntan, dice, a fabricar bombas atómicas.
Israel también teme las consecuencias de que las armas nucleares caigan en manos de grupos radicales islámicos que han jurado destruir al Estado judío.
"Es un asunto muy grave. Si 'bombas sucias' caen en manos de terroristas las consecuencias para la humanidad podrían ser muy graves", dijo Netanyahu.
La "bomba sucia" está compuesta de materiales radiactivos que a menudo tienen un uso civil combinados con explosivos convencionales.
Pero, finalmente predominó la posición de que Netanyahu anulara su viaje y enviar en su lugar al viceprimer ministro y ministro de Inteligencia y Energía Atómica, Dan Meridor.
"Nos enteramos de que algunos países iban a aprovechar la conferencia para atacar a Israel insistiendo en el Tratado de No Proliferación", dijo el alto funcionario israelí, al explicar la decisión de Netanyahu.
Expertos militares estiman que Israel tiene un arsenal de varios centenares de cabezas nucleares, aunque se ha negado a reconocerlo públicamente y ha mantenido una política deliberadamente ambigua desde que inauguró su reactor nuclear de Dimona en 1965.
Al igual que otros Estados nucleares, como India o Pakistán, Israel no ha firmado el Tratado de No Proliferación, para evitar las inspecciones de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) de la ONU.
Sin embargo, algunos observadores creen que Netanyahu anuló su viaje a Washington debido sobre todo a la reciente crisis diplomática con Estados Unidos.
"El último viaje a Washington fue un error y aprendieron la lección", opinó Efraim Inbar, director del Centro Begin-Sadat de Estudios Estratégicos.
Netanyahu no tiene aún respuestas a la petición formulada por Obama de gestos que permitan allanar el camino a nuevas negociaciones de paz con los palestinos.
Antes del anuncio de Netanyahu, la Casa Blanca había dicho que Obama no tenía previsto reunirse en privado con el primer ministro israelí.
"Dado que Israel no respondió a las demandas de Obama, ¿para qué exponerse a nuevas presiones y a que Obama vuelva a desairarlo?", preguntó Inbar.
La capacidad nuclear de Israel
El Estado hebreo nunca ha confirmado ni desmentido esta capacidad, siguiendo su habitual doctrina de ambigüedad deliberada.
Israel tampoco se ha adherido al Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).
La existencia del arsenal nuclear israelí está rodeada del mayor secreto.
La principal fuente de información son los detalles proporcionados en 1986 al dominical británico The Sunday Times por Mordehai Vanunu, un técnico de la central nuclear de Dimona.
El programa nuclear israelí, lanzado en los años 50 por el entonces primer ministro David Ben Gurion, con la ayuda de Francia, giraba en torno a al reactor de Dimona, en el desierto de Neguev (sur).
El actual jefe de Estado israelí, Shimon Peres, fue su arquitecto en tanto que director general del ministerio de Defensa.
En mayo de 1967, en vísperas de la guerra de los Seis Días, Israel construyó sus primeras armas nucleares, según el libro de Avner Cohen "Israel and the Bomb" (Israel y la bomba).
El Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), establecido en Londres, estima que Israel dispone actualmente de "hasta 200 ojivas".
El grupo británico Jane's, especializado en temas de defensa, considera por su parte que la cifra se sitúa entre "entre 200 y 300".
La Iniciativa sobre la Amenaza Nuclear (NTI), una ONG estadounidense entre cuyos miembros figuran reputados expertos internacionales, baraja la cifra de entre "100 y 200" cabezas nucleares.
Según la IISS, la fuerza estratégica de Israel está compuesta de misiles tierra-tierra Jericó 1 de corto alcance y Jericó 2 de medio alcance.
Jane's estima que el radio de acción de los Jericó 2 pasó de 1.500 km inicialmente a 4.500 km, y que Israel dispone también, desde 2005, de Jericó 3 de largo alcance (7.800 km).
El avión de combate F-16 también puede ser equipado con misiles nucleares, siempre según Jane's.
Israel adquirió tres submarinos de tipo Dolphin a finales de la década de los 90 que, según Jane's, tienen "capacidad para lanzar misiles de crucero Harpoon adaptados con cabezas nucleares".
Algunos expertos creen también que el Estado judío tiene armas nucleares tácticas (minas, obuses, etc.).
"Algunos analistas piensan que Israel conserva la mayor parte de su arsenal nuclear, sino todo, sin ensamblar", pero que éste podría estar listo para funcionar "en unos días", señala Jane's.
Por un lado, Netanyahu quería participar para denunciar la amenaza nuclear iraní y alertar contra el riesgo de que extremistas islámicos pudieran dotarse de una bomba atómica.
Por el otro, miembros del gobierno advirtieron del riesgo de que algunos países musulmanes aprovecharan la ocasión para exigir que Israel abriera sus instalaciones nucleares a inspectores extranjeros.
"El primer ministro quería ir. Está muy comprometido con la agenda de la conferencia", dijo a la AFP un funcionario israelí de alto rango que pidió el anonimato.
Israel tiene un compromiso muy firme contra la proliferación nuclear en la región y no duda en tomar medidas extremas.
En 1981 bombardeó un reactor nuclear iraquí y, recientemente, en 2007, atacó instalaciones, al parecer nucleares, en Siria.
Israel no descarta por otra parte atacar las instalaciones nucleares de Irán, que apuntan, dice, a fabricar bombas atómicas.
Israel también teme las consecuencias de que las armas nucleares caigan en manos de grupos radicales islámicos que han jurado destruir al Estado judío.
"Es un asunto muy grave. Si 'bombas sucias' caen en manos de terroristas las consecuencias para la humanidad podrían ser muy graves", dijo Netanyahu.
La "bomba sucia" está compuesta de materiales radiactivos que a menudo tienen un uso civil combinados con explosivos convencionales.
Pero, finalmente predominó la posición de que Netanyahu anulara su viaje y enviar en su lugar al viceprimer ministro y ministro de Inteligencia y Energía Atómica, Dan Meridor.
"Nos enteramos de que algunos países iban a aprovechar la conferencia para atacar a Israel insistiendo en el Tratado de No Proliferación", dijo el alto funcionario israelí, al explicar la decisión de Netanyahu.
Expertos militares estiman que Israel tiene un arsenal de varios centenares de cabezas nucleares, aunque se ha negado a reconocerlo públicamente y ha mantenido una política deliberadamente ambigua desde que inauguró su reactor nuclear de Dimona en 1965.
Al igual que otros Estados nucleares, como India o Pakistán, Israel no ha firmado el Tratado de No Proliferación, para evitar las inspecciones de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) de la ONU.
Sin embargo, algunos observadores creen que Netanyahu anuló su viaje a Washington debido sobre todo a la reciente crisis diplomática con Estados Unidos.
"El último viaje a Washington fue un error y aprendieron la lección", opinó Efraim Inbar, director del Centro Begin-Sadat de Estudios Estratégicos.
Netanyahu no tiene aún respuestas a la petición formulada por Obama de gestos que permitan allanar el camino a nuevas negociaciones de paz con los palestinos.
Antes del anuncio de Netanyahu, la Casa Blanca había dicho que Obama no tenía previsto reunirse en privado con el primer ministro israelí.
"Dado que Israel no respondió a las demandas de Obama, ¿para qué exponerse a nuevas presiones y a que Obama vuelva a desairarlo?", preguntó Inbar.
La capacidad nuclear de Israel
El Estado hebreo nunca ha confirmado ni desmentido esta capacidad, siguiendo su habitual doctrina de ambigüedad deliberada.
Israel tampoco se ha adherido al Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).
La existencia del arsenal nuclear israelí está rodeada del mayor secreto.
La principal fuente de información son los detalles proporcionados en 1986 al dominical británico The Sunday Times por Mordehai Vanunu, un técnico de la central nuclear de Dimona.
El programa nuclear israelí, lanzado en los años 50 por el entonces primer ministro David Ben Gurion, con la ayuda de Francia, giraba en torno a al reactor de Dimona, en el desierto de Neguev (sur).
El actual jefe de Estado israelí, Shimon Peres, fue su arquitecto en tanto que director general del ministerio de Defensa.
En mayo de 1967, en vísperas de la guerra de los Seis Días, Israel construyó sus primeras armas nucleares, según el libro de Avner Cohen "Israel and the Bomb" (Israel y la bomba).
El Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), establecido en Londres, estima que Israel dispone actualmente de "hasta 200 ojivas".
El grupo británico Jane's, especializado en temas de defensa, considera por su parte que la cifra se sitúa entre "entre 200 y 300".
La Iniciativa sobre la Amenaza Nuclear (NTI), una ONG estadounidense entre cuyos miembros figuran reputados expertos internacionales, baraja la cifra de entre "100 y 200" cabezas nucleares.
Según la IISS, la fuerza estratégica de Israel está compuesta de misiles tierra-tierra Jericó 1 de corto alcance y Jericó 2 de medio alcance.
Jane's estima que el radio de acción de los Jericó 2 pasó de 1.500 km inicialmente a 4.500 km, y que Israel dispone también, desde 2005, de Jericó 3 de largo alcance (7.800 km).
El avión de combate F-16 también puede ser equipado con misiles nucleares, siempre según Jane's.
Israel adquirió tres submarinos de tipo Dolphin a finales de la década de los 90 que, según Jane's, tienen "capacidad para lanzar misiles de crucero Harpoon adaptados con cabezas nucleares".
Algunos expertos creen también que el Estado judío tiene armas nucleares tácticas (minas, obuses, etc.).
"Algunos analistas piensan que Israel conserva la mayor parte de su arsenal nuclear, sino todo, sin ensamblar", pero que éste podría estar listo para funcionar "en unos días", señala Jane's.