
Dos autobuses con los prisioneros, en su mayoría detenidos antes de 1994, salieron de una cárcel cerca de Tel Aviv, según un corresponsal de la AFP en el lugar.
Un autobús con 14 presos tomó rumbo al paso de Erez, en la entrada norte de la franja de Gaza, mientras que el otro se dirigió hacia Ramala, indicó el corresponsal de la AFP que se encontraba frente a la cárcel de Ayalon.
Los detenidos oriundos de Cisjordania debían reunirse con dirigentes palestinos y luego ser trasladados hacia la Muqata, donde se encuentra la sede de la presidencia de Mahmud Abas.
En la ciudad de Gaza, los familiares de los presos estaban ya reunidos esperando su llegada.
Algunos instalaron carpas para recibirlos y otros colgaban banderas en las calles.
Este comienzo de la liberación de presos palestinos seguía al anuncio por parte de Israel de una aceleración de la colonización con la autorización de la construcción de 942 viviendas en el territorio anexado de Jerusalén Este.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aprobó la liberación de esos 26 prisioneros palestinos, pero rehusó en cambio comprometerse a congelar el proceso de colonización, exigido por los palestinos.
"La colonización amenaza con provocar el colapso de las negociaciones incluso antes de que se inicien", dijo el martes a la AFP un alto responsable de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yaser Abed Rabo, tras el anuncio de la construcción de las nuevas 942 viviendas.
"La extensión de la colonización (...) viola los compromisos adoptados por Estados Unidos ante los palestinos antes del inicio de las negociaciones", advirtió Rabo.
El domingo el gobierno israelí ya había dado luz verde a la construcción de 1.187 viviendas en Cisjordania y en varias colonias en Jerusalén Este, que los palestinos quieren convertir en la capital de su futuro Estado.
Las construcciones se llevarán a cabo en Gilo, barrio situado en la parte sur de Jerusalén, que linda con la localidad palestina de Beit Jalah, en Cisjordania. Más de 200.000 israelíes viven en barrios de Jerusalén Este, anexado por Israel tras la Guerra de los Seis Días en 1967.
"Es una decisión terrible que supone una provocación a los palestinos, a los estadounidenses y al mundo entero que se opone a la colonización", denunció Yosef Pepe Alalu, consejero de la oposición de izquierda israelí.
"El gobierno (israelí) hace todo para sabotear las negociaciones antes incluso de que comiencen", lamentó Lior Amihai, responsable de "Paz Ahora", una ONG israelí contraria a las colonizaciones.
Después de tres años de bloqueos y más de seis décadas de conflicto, las negociaciones israelo-palestinas se reanudaron a fines de julio en Washington y proseguirán el miércoles en Jerusalén y luego en Jericó (Cisjordania).
Kerry pide evitar reacción "negativa"
El anuncio de construcciones en las colonias judías fue condenado el domingo por los palestinos y considerado inoportuno por la comunidad internacional.
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, exhortó el lunes a los palestinos a "no reaccionar negativamente" e insistió en la importancia de "retornar rápidamente a la mesa" de negociaciones.
El secretario de Estado recordó asimismo que Estados Unidos "ve todos los asentamientos como ilegítimos". "Estamos comunicando esa política de forma muy clara a nuestros amigos en Israel", dijo Kerry, tras informar de que habló al respecto con Netanyahu.
De acuerdo a la oficina de la ministra de Justicia, Tzipi Livni, que dirigirá las negociaciones del lado israelí, "las discusiones estarán cerradas a los medios, no habrá fotografías ni declaraciones".
"En consecuencia no se suministrará detalle alguno por adelantado sobre la reunión", indicó un portavoz a la AFP.
Según los medios israelíes, el anuncio de las construcciones en los asentamientos de Cisjordania y Jerusalén Este fue decidido para tranquilizar al ala dura de la coalición dirigida por Netanyahu.
La máxima instancia judicial israelí mantuvo su línea tradicional, de considerar que la liberación de presos es una decisión política del gobierno que no le compete.
Un autobús con 14 presos tomó rumbo al paso de Erez, en la entrada norte de la franja de Gaza, mientras que el otro se dirigió hacia Ramala, indicó el corresponsal de la AFP que se encontraba frente a la cárcel de Ayalon.
Los detenidos oriundos de Cisjordania debían reunirse con dirigentes palestinos y luego ser trasladados hacia la Muqata, donde se encuentra la sede de la presidencia de Mahmud Abas.
En la ciudad de Gaza, los familiares de los presos estaban ya reunidos esperando su llegada.
Algunos instalaron carpas para recibirlos y otros colgaban banderas en las calles.
Este comienzo de la liberación de presos palestinos seguía al anuncio por parte de Israel de una aceleración de la colonización con la autorización de la construcción de 942 viviendas en el territorio anexado de Jerusalén Este.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aprobó la liberación de esos 26 prisioneros palestinos, pero rehusó en cambio comprometerse a congelar el proceso de colonización, exigido por los palestinos.
"La colonización amenaza con provocar el colapso de las negociaciones incluso antes de que se inicien", dijo el martes a la AFP un alto responsable de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yaser Abed Rabo, tras el anuncio de la construcción de las nuevas 942 viviendas.
"La extensión de la colonización (...) viola los compromisos adoptados por Estados Unidos ante los palestinos antes del inicio de las negociaciones", advirtió Rabo.
El domingo el gobierno israelí ya había dado luz verde a la construcción de 1.187 viviendas en Cisjordania y en varias colonias en Jerusalén Este, que los palestinos quieren convertir en la capital de su futuro Estado.
Las construcciones se llevarán a cabo en Gilo, barrio situado en la parte sur de Jerusalén, que linda con la localidad palestina de Beit Jalah, en Cisjordania. Más de 200.000 israelíes viven en barrios de Jerusalén Este, anexado por Israel tras la Guerra de los Seis Días en 1967.
"Es una decisión terrible que supone una provocación a los palestinos, a los estadounidenses y al mundo entero que se opone a la colonización", denunció Yosef Pepe Alalu, consejero de la oposición de izquierda israelí.
"El gobierno (israelí) hace todo para sabotear las negociaciones antes incluso de que comiencen", lamentó Lior Amihai, responsable de "Paz Ahora", una ONG israelí contraria a las colonizaciones.
Después de tres años de bloqueos y más de seis décadas de conflicto, las negociaciones israelo-palestinas se reanudaron a fines de julio en Washington y proseguirán el miércoles en Jerusalén y luego en Jericó (Cisjordania).
Kerry pide evitar reacción "negativa"
El anuncio de construcciones en las colonias judías fue condenado el domingo por los palestinos y considerado inoportuno por la comunidad internacional.
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, exhortó el lunes a los palestinos a "no reaccionar negativamente" e insistió en la importancia de "retornar rápidamente a la mesa" de negociaciones.
El secretario de Estado recordó asimismo que Estados Unidos "ve todos los asentamientos como ilegítimos". "Estamos comunicando esa política de forma muy clara a nuestros amigos en Israel", dijo Kerry, tras informar de que habló al respecto con Netanyahu.
De acuerdo a la oficina de la ministra de Justicia, Tzipi Livni, que dirigirá las negociaciones del lado israelí, "las discusiones estarán cerradas a los medios, no habrá fotografías ni declaraciones".
"En consecuencia no se suministrará detalle alguno por adelantado sobre la reunión", indicó un portavoz a la AFP.
Según los medios israelíes, el anuncio de las construcciones en los asentamientos de Cisjordania y Jerusalén Este fue decidido para tranquilizar al ala dura de la coalición dirigida por Netanyahu.
La máxima instancia judicial israelí mantuvo su línea tradicional, de considerar que la liberación de presos es una decisión política del gobierno que no le compete.