Marcha por el intercambio de prisioneros palestinos con el soldado israelí Shalit
En una declaración transmitida por la televisión el jueves, Netanyahu recordó las condiciones de un posible canje de prisioneros palestinos por Gilad Shalit, mientras la familia del joven soldado iniciaba una marcha de solidaridad a través de Israel para convencer al jefe de gobierno.
Los manifestantes harán una pausa este viernes ante el chalé donde Netanyahu pasa sus fines de semana en Cesarea, un elegante balneario.
"El Estado de Israel decidió pagar un precio elevado por la liberación de Gilad Shalit, pero no podemos decir que será a cualquier precio", advirtió el primer ministro en televisión.
Netanyahu dijo que está dispuesto a "liberar a mil prisioneros", confirmando oficialmente, como lo señalan los medios de comunicación desde hace meses, que el gobierno de su predecesor Ehud Olmert había aceptado liberar a 450 prisioneros que figuran en una lista presentada por el Hamas (acrónimo en árabe del Movimiento de Resistencia Islámica palestino), así como a 550 "detenidos de seguridad".
Sin embargo, el jefe de gobierno anunció que se negará a permitir que "peligrosos terroristas regresen a las zonas de Judea-Samaria (Cisjordania), donde podrán continuar perjudicando a los ciudadanos israelíes", refiriéndose a su "liberación en Gaza, Túnez o cualquier otro lugar".
También excluyó la liberación de "superasesinos".
La familia del soldado prisionero desde hace más de cuatro años en Gaza inició el 27 de junio una marcha desde su domicilio de Mitzpe Hilla (norte) hasta la residencia del primer ministro en Jerusalén, a donde tiene previsto llegar el 8 de julio.
"Hoy (viernes) tenemos más de 20.000 participantes", indicó a la AFP Shimshon Liebman, organizador de la campaña para Gilad Shalit, una estimación que fue confirmada por los medios de comunicación israelíes.
"No estamos contra el primer ministro sino con él. Queremos darle la fuerza de tomar la decisión", insistió.
Sin embargo, la posición adoptada por Netanyahu lo enfrenta inevitablemente a la familia Shalit, analizan los diarios israelíes.
Hasta ahora, "no era urgente para Netanyahu presentarse ante el pueblo israelí y explicarle las cláusulas del acuerdo (de canje). Pero ahora, mientras la familia de Shalit se acerca a Jerusalén, Netanyahu siente la presión", destacó el editorialista del diario Yediot Aharonot.
"Netanyahu tiene derecho a pensar que lo que comenzó como un pequeño arroyo puede convertirse en un torrente desencadenado en las puertas de Jerusalén", explicó este periódico. "¿Y entonces qué pasará con Bibi?", el apodo del jefe de gobierno.
El padre del cautivo, Noam Shalit, reaccionó a las declaraciones del primer ministro exhortándolo a "escuchar a las masas que marchan con nosotros y a sacar de ellas la fuerza para tomar esta decisión difícil antes de que sea demasiado tarde".
Justo después de su declaración, un portavoz del Hamas en Gaza precisó que su movimiento no había "recibido ninguna nueva oferta sobre un canje de prisioneros", estimando que la misma estaba destinada únicamente a la opinión pública israelí.
Los manifestantes harán una pausa este viernes ante el chalé donde Netanyahu pasa sus fines de semana en Cesarea, un elegante balneario.
"El Estado de Israel decidió pagar un precio elevado por la liberación de Gilad Shalit, pero no podemos decir que será a cualquier precio", advirtió el primer ministro en televisión.
Netanyahu dijo que está dispuesto a "liberar a mil prisioneros", confirmando oficialmente, como lo señalan los medios de comunicación desde hace meses, que el gobierno de su predecesor Ehud Olmert había aceptado liberar a 450 prisioneros que figuran en una lista presentada por el Hamas (acrónimo en árabe del Movimiento de Resistencia Islámica palestino), así como a 550 "detenidos de seguridad".
Sin embargo, el jefe de gobierno anunció que se negará a permitir que "peligrosos terroristas regresen a las zonas de Judea-Samaria (Cisjordania), donde podrán continuar perjudicando a los ciudadanos israelíes", refiriéndose a su "liberación en Gaza, Túnez o cualquier otro lugar".
También excluyó la liberación de "superasesinos".
La familia del soldado prisionero desde hace más de cuatro años en Gaza inició el 27 de junio una marcha desde su domicilio de Mitzpe Hilla (norte) hasta la residencia del primer ministro en Jerusalén, a donde tiene previsto llegar el 8 de julio.
"Hoy (viernes) tenemos más de 20.000 participantes", indicó a la AFP Shimshon Liebman, organizador de la campaña para Gilad Shalit, una estimación que fue confirmada por los medios de comunicación israelíes.
"No estamos contra el primer ministro sino con él. Queremos darle la fuerza de tomar la decisión", insistió.
Sin embargo, la posición adoptada por Netanyahu lo enfrenta inevitablemente a la familia Shalit, analizan los diarios israelíes.
Hasta ahora, "no era urgente para Netanyahu presentarse ante el pueblo israelí y explicarle las cláusulas del acuerdo (de canje). Pero ahora, mientras la familia de Shalit se acerca a Jerusalén, Netanyahu siente la presión", destacó el editorialista del diario Yediot Aharonot.
"Netanyahu tiene derecho a pensar que lo que comenzó como un pequeño arroyo puede convertirse en un torrente desencadenado en las puertas de Jerusalén", explicó este periódico. "¿Y entonces qué pasará con Bibi?", el apodo del jefe de gobierno.
El padre del cautivo, Noam Shalit, reaccionó a las declaraciones del primer ministro exhortándolo a "escuchar a las masas que marchan con nosotros y a sacar de ellas la fuerza para tomar esta decisión difícil antes de que sea demasiado tarde".
Justo después de su declaración, un portavoz del Hamas en Gaza precisó que su movimiento no había "recibido ninguna nueva oferta sobre un canje de prisioneros", estimando que la misma estaba destinada únicamente a la opinión pública israelí.