La adolescente falleció este domingo de sus heridas, después de que el pasado jueves un colono ultraortodoxo, Yishaï Shlissel, la apuñalara junto a otros cinco personas durante una marcha del orgullo gay en Jerusalén.
Shira Banki, de 16 años, fue ingresada en estado crítico en un hospital, donde falleció este domingo.
El viernes un bebé palestino, Ali Dawabcheh, de 18 meses, murió quemado vivo y sus padres y su hermano resultaron heridos de gravedad cuando unos colonos israelíes prendieron fuego a su casa en Cisjordania ocupada, un ataque calificado de "terrorista" por Israel.
Este calificativo bastante inusual en estos casos y las condenas unánimes de los dirigentes israelíes, empezando por el primer ministro Benjamin Netanyahu, no han convencido a los palestinos, que responsabilizan al gobierno de la muerte del bebé por las "décadas de impunidad (...) ante el terrorismo de los colonos".
Los dos ataques han provocado consternación y una oleada de críticas en Israel y en los territorios palestinos, así como en el extranjero. El gobierno israelí, sometido a fuertes presiones, anunció el domingo nuevas medidas contra los extremistas judíos.
Shlissel, que fue detenido e inculpado inmediatamente tras su ataque, acababa de purgar diez años de cárcel por otro ataque similar que causó tres heridos en la manifestación del orgullo gay de Jerusalén en 2005.
La oposición israelí, la ONU, los palestinos y varias oenegés denuncian "la impunidad" de que gozan los colonos y otros activistas de extrema derecha israelí.
Ante las críticas, Netanyahu prometió el domingo "tolerancia cero" y su ministro de Defensa, Moshé Yaalon, autorizó que se aplique a los extremistas la detención administrativa, es decir sin cargos y por una duración ilimitada.
Esta medida, reservada habitualmente a los palestinos, podría dar a los investigadores el tiempo necesario para reunir pruebas suficientes y llevar a los sospechosos ante la justicia, según los medios israelíes.
Tres días después del incendio de la vivienda en Cisjordania, ningún sospechoso ha sido detenido y los palestinos desconfían del gobierno israelí, sobre el que tienen una fuerte influencia los partidarios de la colonización y la derecha nacionalista y religiosa.
Este domingo se produjeron nuevos enfrentamientos entre palestinos y fuerzas de seguridad israelíes en la Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén, pero la situación se calmó por la tarde. Se trata del tercer día de protestas en la Franja de Gaza y Cisjordania.
Desde hace años los extremistas judíos agreden a palestinos y árabes israelíes y cometen actos de vandalismo en lugares de culto musulmán o cristiano, e incluso atacan al ejército israelí, todo ello bajo el lema "El precio a pagar".
Los palestinos calculan que se han producido unos 11.000 ataques en los últimos diez años. Según la ONG israelí Yesh Din, el 85,3% de las denuncias de palestinos contra colonos han sido archivadas.
El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, se quejó de los métodos del ejército israelí ante los radicales. "Los detienen durante una hora, después los sueltan y ellos pueden volver a atacar", dijo.
Según Abas, las agresiones son "el resultado directo" de la "política de colonización de Israel", que ha llevado a la instalación de 400.000 colonos en Cisjordania y de otros 200.000 en Jerusalén Este, ocupada y anexionada.
"Es incomprensible que un Estado que logra desmontar el terrorismo árabe y palestino, un modelo copiado por numerosas agencias de seguridad, encuentre difícil enfrentarse a unos pocos cientos de terroristas y sus cómplices", afirma Yossi Melman, especialista en inteligencia, en el Jerusalem Post.
Los responsables de seguridad, por su parte, explican que es difícil infiltrarse en esos pequeños grupos que no emplean teléfonos móviles, permanecen mudos durante los interrogatorios y visiblemente reciben consignas de comportamiento frente a las fuerzas de seguridad.
Un documento encontrado recientemente durante una detención explicaba cómo prender fuego a mezquitas, iglesias o casas de palestinos sin dejar rastro, según la radio israelí.
Los argumentos no convencieron al jefe de la oposición de centro-izquierda Isaac Herzog, quien consideró que "cuando el Estado quiere, puede luchar contra el terrorismo".
Shira Banki, de 16 años, fue ingresada en estado crítico en un hospital, donde falleció este domingo.
El viernes un bebé palestino, Ali Dawabcheh, de 18 meses, murió quemado vivo y sus padres y su hermano resultaron heridos de gravedad cuando unos colonos israelíes prendieron fuego a su casa en Cisjordania ocupada, un ataque calificado de "terrorista" por Israel.
Este calificativo bastante inusual en estos casos y las condenas unánimes de los dirigentes israelíes, empezando por el primer ministro Benjamin Netanyahu, no han convencido a los palestinos, que responsabilizan al gobierno de la muerte del bebé por las "décadas de impunidad (...) ante el terrorismo de los colonos".
Los dos ataques han provocado consternación y una oleada de críticas en Israel y en los territorios palestinos, así como en el extranjero. El gobierno israelí, sometido a fuertes presiones, anunció el domingo nuevas medidas contra los extremistas judíos.
Shlissel, que fue detenido e inculpado inmediatamente tras su ataque, acababa de purgar diez años de cárcel por otro ataque similar que causó tres heridos en la manifestación del orgullo gay de Jerusalén en 2005.
La oposición israelí, la ONU, los palestinos y varias oenegés denuncian "la impunidad" de que gozan los colonos y otros activistas de extrema derecha israelí.
Ante las críticas, Netanyahu prometió el domingo "tolerancia cero" y su ministro de Defensa, Moshé Yaalon, autorizó que se aplique a los extremistas la detención administrativa, es decir sin cargos y por una duración ilimitada.
Esta medida, reservada habitualmente a los palestinos, podría dar a los investigadores el tiempo necesario para reunir pruebas suficientes y llevar a los sospechosos ante la justicia, según los medios israelíes.
Tres días después del incendio de la vivienda en Cisjordania, ningún sospechoso ha sido detenido y los palestinos desconfían del gobierno israelí, sobre el que tienen una fuerte influencia los partidarios de la colonización y la derecha nacionalista y religiosa.
Este domingo se produjeron nuevos enfrentamientos entre palestinos y fuerzas de seguridad israelíes en la Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén, pero la situación se calmó por la tarde. Se trata del tercer día de protestas en la Franja de Gaza y Cisjordania.
- "Resultado directo" de la colonización ' -
Desde hace años los extremistas judíos agreden a palestinos y árabes israelíes y cometen actos de vandalismo en lugares de culto musulmán o cristiano, e incluso atacan al ejército israelí, todo ello bajo el lema "El precio a pagar".
Los palestinos calculan que se han producido unos 11.000 ataques en los últimos diez años. Según la ONG israelí Yesh Din, el 85,3% de las denuncias de palestinos contra colonos han sido archivadas.
El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, se quejó de los métodos del ejército israelí ante los radicales. "Los detienen durante una hora, después los sueltan y ellos pueden volver a atacar", dijo.
Según Abas, las agresiones son "el resultado directo" de la "política de colonización de Israel", que ha llevado a la instalación de 400.000 colonos en Cisjordania y de otros 200.000 en Jerusalén Este, ocupada y anexionada.
"Es incomprensible que un Estado que logra desmontar el terrorismo árabe y palestino, un modelo copiado por numerosas agencias de seguridad, encuentre difícil enfrentarse a unos pocos cientos de terroristas y sus cómplices", afirma Yossi Melman, especialista en inteligencia, en el Jerusalem Post.
Los responsables de seguridad, por su parte, explican que es difícil infiltrarse en esos pequeños grupos que no emplean teléfonos móviles, permanecen mudos durante los interrogatorios y visiblemente reciben consignas de comportamiento frente a las fuerzas de seguridad.
Un documento encontrado recientemente durante una detención explicaba cómo prender fuego a mezquitas, iglesias o casas de palestinos sin dejar rastro, según la radio israelí.
Los argumentos no convencieron al jefe de la oposición de centro-izquierda Isaac Herzog, quien consideró que "cuando el Estado quiere, puede luchar contra el terrorismo".