La diputada palestina Hanin Zoabi es expulsada del parlamento israelí.
En casi un año y medio, la Knesset (Parlamento) adoptó una serie de leyes que permiten retirar la nacionalidad a los ciudadanos declarados culpables de terrorismo o de espionaje, aplicar multas a los organismos que conmemoran la "Nakba" (catástrofe) palestina y ahora por último, penalizar los llamados al boicot de las colonias.
La ley llamada Azmi Bishara, del nombre de un ex diputado árabe, sospechoso de espionaje en favor del Hezbolá libanés y prófugo desde 2007, privó a éste de sus derechos a la jubilación en su calidad de parlamentario.
En esta misma línea, los poblados cooperativos están ahora habilitados para rechazar las postulaciones de los que quieren instalarse allí, si son considerados "incompatibles", una medida que apunta esencialmente a la comunidad de 1,4 millón de árabes israelíes.
El miércoles, el primer ministro Benjamin Netanyahu reivindicó ante el Parlamento su responsabilidad "personal" de una ley que sanciona el llamado a boicotear las colonias judías en los territorios ocupados desde 1967, aún a riesgo de atentar contra la libertad de expresión como lo denunció ese mismo día la Unión Europea.
"Netanyahu quiere envolverse en un llamado patriotismo para presentarse como el defensor de Israel, frente a lo que él presenta como 'colaboradores del interior'", denunció el jueves en la radio pública la jefa del partido centrista Kadima Tzipi Livni, haciendo alusión a los opositores de izquierda.
La coalición gubernamental se apoya en partidos de derecha nacionalista y de extrema derecha y su ala moderada se limita a cinco ediles de 120, que permanecieron junto al ministro de Defensa Ehud Barak cuando este provocó un cisma del partido laborista.
La ley llamada Azmi Bishara, del nombre de un ex diputado árabe, sospechoso de espionaje en favor del Hezbolá libanés y prófugo desde 2007, privó a éste de sus derechos a la jubilación en su calidad de parlamentario.
En esta misma línea, los poblados cooperativos están ahora habilitados para rechazar las postulaciones de los que quieren instalarse allí, si son considerados "incompatibles", una medida que apunta esencialmente a la comunidad de 1,4 millón de árabes israelíes.
El miércoles, el primer ministro Benjamin Netanyahu reivindicó ante el Parlamento su responsabilidad "personal" de una ley que sanciona el llamado a boicotear las colonias judías en los territorios ocupados desde 1967, aún a riesgo de atentar contra la libertad de expresión como lo denunció ese mismo día la Unión Europea.
"Netanyahu quiere envolverse en un llamado patriotismo para presentarse como el defensor de Israel, frente a lo que él presenta como 'colaboradores del interior'", denunció el jueves en la radio pública la jefa del partido centrista Kadima Tzipi Livni, haciendo alusión a los opositores de izquierda.
La coalición gubernamental se apoya en partidos de derecha nacionalista y de extrema derecha y su ala moderada se limita a cinco ediles de 120, que permanecieron junto al ministro de Defensa Ehud Barak cuando este provocó un cisma del partido laborista.