"Los desertores no serán recibidos con los brazos abiertos" en Bruselas, dijo en una entrevista publicada por el diario francés Le Monde este viernes, aludiendo a la posibilidad de que los británicos decidan irse de la UE en el referéndum del 23 de junio.
"Si los británicos dicen 'no', algo que espero que no ocurra, la vida comunitaria no sería como antes y el Reino Unido tendría que aceptar ser considerado un Estado tercero, alguien a quien no alabaríamos".
A falta de poco más de un mes para el referéndum, los partidarios de seguir en la Unión Europea han adquirido ventaja en los sondeos, 55% a 45%, según una media de encuestas realizada por el instituto What UK Think.
El mensaje de Juncker va destinado a contrarrestar un argumento central de quienes piden la salida, que es que el Reino Unido podría mantener una relación cordial con la UE, por ejemplo en el campo comercial o en el intercambio de información en asuntos de seguridad.
Los partidarios del Brexit desdeñan advertencias como las de Juncker, y creen que forman parte de una estrategia para infundir miedo.
"Creo que del Proyecto Miedo vamos a pasar al Proyecto Amenaza. Me parece que Juncker está jugando a eso", estimó, en declaraciones a la AFP, Nigel Farage, líder del UKIP, el partido anti-UE. "¿Qué esperabas? Toda su vida ha estado dedicada a construir esas estructuras falsas y antidemocráticas en Bruselas".
Boris Johnson, exalcalde de Londres, diputado conservador y también opuesto a la UE, criticó el martes a quienes "auguran una tercera guerra mundial y el hundimiento de la economía si nos vamos".
Michael Gove, ministro de Justicia, y también pro-Brexit, auguró hace poco que la salida "despertaría la cólera de ciertas élites, no porque el Reino Unido esté destinado a un futuro sombrío y empobrecido, sino al contrario. Lo que les haría enfurecer sería el éxito del Reino Unido fuera de la UE".
- Cumberbatch y Keira Knightley defienden a la UE -
El primer ministro David Cameron, que defiende la permanencia, se rodeó este viernes del mundo de la cultura en los famosos estudios de Abbey Road, Londres, donde grabaron sus discos los Beatles, en un acto pro-UE.
Cameron no pudo evitar la tentación de recrear la famosa portada de los Beatles en la que cruzaban el paso cebra frente a los estudios.
El acto de Cameron coincidió con la publicación de un manifiesto a favor de la UE firmado por los actores Benedict Cumberbatch y Keira Knightley, el escritor John le Carré y un total de 282 figuras británicas del arte y la cultura.
"El Reino Unido no es solamente más fuerte en Europa, es más imaginativo y creativo, y nuestro éxito artístico mundial se vería seriamente comprometido por una salida" de la UE, aseguran los firmantes en el manifiesto publicado en los diarios The Daily Telegraph y The Guardian.
"Abandonar Europa sería un salto hacia lo desconocido para millones de personas que, en todo el Reino Unido, trabajan en campos artísticos y para millones de otras personas que, aquí y en el extranjero, se benefician del crecimiento y el dinamismo del sector cultural británico", prosigue la carta.
Además de los citados, entre los firmantes están los actores Bill Nighy, Chiwetel Ejiofor, Kristin Scott Thomas, Helena Bonham Carter y Derek Jacobi; la banda Franz Ferdinand y la cantante Paloma Faith, la diseñadora de moda Vivienne Westwood y los escritores Tom Stoppard y Hilary Mantel.
Un sondeo realizado entre los miembros de la Federación de Industrias Creativas británica revela que el 96% desea seguir en la UE, por el acceso al mercado europeo, a las subvenciones, la libre circulación y la influencia que ello supone.
En el campo de las artes, la figura más conocida que se ha pronunciado a favor de la salida de la UE es el gran actor Michael Caine.
Finalmente, unos británicos que llevan más de 15 años viviendo en el extranjero anunciaron que llevarán a la Corte Suprema la prohibición de votar en el referéndum sobre la Unión Europea, después de perder este viernes la batalla en segunda instancia.
Harry Shindler, un anciano veterano británico de la Segunda Guerra Mundial que vive en Italia, y Jacquelyn MacLennan, británica residente en Bélgica, llevaron el caso a los tribunales persuadidos de que la restricción vulnera su derecho a la libertad de circulación de la UE.