El presidente interino de Ucrania, Olexandre Turchinov, precisó que murieron dos soldados ucranianos en esa ofensiva, mientras que una portavoz insurgente dijo que habían muerto tres rebeldes prorrusos y dos civiles.
La ofensiva militar lanzada a primera hora del día (01H30 GMT) en Slaviansk y en la cercana localidad de Kramatorsk dejó "muchos muertos y heridos" entre los separatistas, declaró el presidente interino en un discurso a la nación.
Turchinov también pidió a Rusia que "cese la histeria, las amenazas y la intimidación" en torno a los acontecimientos en Ucrania.
Ante esta "grave escalada de violencia en el este de Ucrania", Rusia pidió una reunión de emergencia del Consejo de seguridad de la ONU, que se esperaba que se lleve a cabo antes del mediodía en Nueva York, informaron diplomáticos este viernes.
Este viernes, el ejército tomó el control de nueve puntos de control que estaban en manos de los separatistas, según el ministerio del Interior. En las localidades de los alrededores de Slaviansk, los militares ucranianos fueron en ocasiones acogidos con hostilidad por la población local, que gritaba "vuelvan a casa" y trataban de bloquear el paso a los vehículos blindados, observó la AFP.
Las autoridades ucranianas exigen a los "terroristas", en referencia a los separatistas prorrusos, que "liberen a los rehenes, entreguen sus armas y desalojen los edificios", indicó en su cuenta Facebook el ministro del Interior, Arsen Avakov, que dijo estar en el lugar de los hechos con el ministro de Defensa, Mijailo Koval.
Las fuerzas ucranianas han perdido dos militares en el derribo de los helicópteros Mi-24, efectuado con lanzacohetes portátiles según el ministerio de Defensa, para el que esto es obra de "grupos profesionales de sabotaje" y de "militares o mercenarios extranjeros".
Rusia, a la que Kiev y los países occidentales acusan de teledirigir el movimiento separatista, calificó a la ofensiva militar de "operación de represalia" y de "golpe mortal al acuerdo de Ginebra" de mediados de abril entre Moscú, Kiev y los occidentales.
"El uso del ejército contra su propio pueblo es un crimen que lleva Ucrania a la catástrofe", estimó el ministerio de Exteriores ruso en un comunicado, afirmando que "extranjeros que hablaban en inglés" apoyaron a los militares ucranianos en la operación.
Al apoyar a las autoridades de Kiev, "Estados Unidos y la Unión Europea asumen una gran responsabilidad y bloquean de facto la vía a una solución pacífica de la crisis", acusó.
- Observadores de la OSCE retenidos -
Slaviansk es una de las doce ciudades del este de Ucrania bajo control de separatistas prorrusos, hostiles al poder prooccidental instalado en Kiev tras la caída del presidente Viktor Yanukovich el 22 de febrero.
La situación allí es particularmente sensible debido a la presencia de un equipo de observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación Europea, retenidos por rebeldes desde hace una semana.
Las negociaciones para obtener la liberación de los 11 hombres (7 extranjeros y 4 ucranianos) no han prosperado hasta ahora. Se encuentran en una "fase muy sensible", advirtió el viernes en Berna el ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier.
Un dirigente separatista de Donetsk estimó que la ofensiva contra Slaviansk retrasará la liberación de estos observadores.
El Kremlin, presionado por los occidentales para intervenir en las negociaciones, anunció el viernes haber enviado hace días a un emisario a la zona.
La situación en Ucrania y la suerte de los observadores de la OSCE ocupará buena parte de las conversaciones este viernes en la Casa Blanca entre el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y la canciller alemana, Angela Merkel.
En Slaviansk, donde la población despertó al son de los cañones, el alcalde autoproclamado de la ciudad, Viacheslav Ponomarev, pidió en un mensaje vídeo a las "mujeres, niños y jubilados que no salgan de casa" y a "todos los hombres a ayudar" a los insurgentes. "Nuestra ciudad ha sido atacada, se ha lanzado el asalto, hemos sufrido pérdidas", declaró.