La Iglesia Anglicana busca restablecer la paz en la City de Londres


LONDRES. - Sacudida por los "indignados" que acampan ante la catedral de San Pablo de Londres, la Iglesia Anglicana se apuntó al debate sobre las derivas de los ejecutivos del distrito financiero tratando de mediar entre dos enemigos a priori irreconciliables.



Tradicionalmente generosa en sus críticas sobre los peligros del "rey dinero", las autoridades anglicanas se encontraron en una situación incómoda con las protestas en el exterior de la catedral, donde las tiendas florecieron como señales de cólera contra el sistema financiero.
Aunque inicialmente quiso exigir la expulsión de los manifestantes por la fuerza, lo que le valió varias dimisiones en su jerarquía, la Iglesia dio rápidamente marcha atrás para retomar un papel más conforme a su imagen.
El lunes publicó un estudio para hacer oír la voz de los empleados de la City, que cayeron de su pedestal desde la crisis financiera de 2008.
El sondeo, efectuado entre más de 500 banqueros, 'brókers' y directivos de grandes empresas, muestra que tres cuartas partes se preocupan por la brecha creciente entre ricos y pobres en el Reino Unido. Lo cual no impide que consideren los "salarios y primas" como su motivación principal.
Una amplia mayoría cree también que las remuneraciones en su sector son demasiado altas.
Para uno de los responsables de San Pablo, el reverendo Michael Hampel, este estudio debería permitir iniciar el debate al "sacar a la luz los puntos principales en los que las dos partes admiten que se necesitan cambios".
En otra publicitada iniciativa, la Iglesia Anglicana acaba de contratar a un conocido financiero retirado, Ken Costa, ex presidente del fondo de inversión Lazard International.
Su papel, explicó a la prensa, consiste en "crear las condiciones para un diálogo entre los manifestantes y la City". Con un objetivo que él mismo consideró ambicioso: "reconciliar las finanzas y la ética". Ninguna figura del sector se ha pronunciado todavía públicamente sobre esta iniciativa.
Las primeras declaraciones de Costa auguran un largo camino porque, según él, la economía de mercado --cuyo principio no cuestiona--, ha "perdido sus cimientos morales con consecuencias desastrosas".
"La obligación marcada a los consejos de administración de maximizar los ingresos de los accionistas no puede continuar", aseguró. Pero, agregó, "el mundo financiero confronta hoy tales problemas que la única manera de hacerles frente es superar nuestra tendencia a dividir el mundo".
En sus declaraciones recientes, los dirigentes de la Iglesia anglicana fueron menos moderados.
Su número dos, el arzobispo de York John Sentamu criticó la semana pasada las remuneraciones de los directivos de las grandes empresas, que aumentaron un 50% en promedio este año mientras caía el poder adquisitivo de los británicos.
Refiriéndose a las diferencias crecientes de ingresos en las empresas, estimó "difícil imaginar un medio más eficaz para decir a su personal que no vale gran cosa que pagarle apenas 0,3% de su propio sueldo".
 
Martes, 8 de Noviembre 2011
AFP (Agencia France-Presse)
           


Nuevo comentario:

Noticias | Política | Ideas | Personalidades | Doctrinas | Cultura | Patrimonio cultural | Libros | Diálogo | Investigación | Literatura | Artes | Educación | Comunicación | Ciencia | Entretenimiento | Turismo | Sociedad | Deporte