Inicio
Política
La Liga Norte, el partido xenófobo italiano socio en el Gobierno de Silvio Berlusconi, ha presentado una moción en el Parlamento para prohibir temporalmente la construcción de mezquitas y centros culturales musulmanes en el país. La iniciativa llega horas después de la detención, el martes pasado, de dos ciudadanos marroquíes en Milán, sospechosos de preparar diversos atentados, y ha sido recibida con furia por la comunidad musulmana italiana (más de 1,2 millones de personas) y con reservas por el Vaticano.
El ministro del Interior, Roberto Maroni, de la Liga Norte, dijo ayer que "el terrorismo islamista está anclado en Italia" y que la obligación del Gobierno es tener la guardia alta y vigilar. "Desgraciadamente", declaró, "no es fácil distinguir entre los lugares de culto y ciertas asociaciones donde se hace de todo, dar comida, rezar y también reclutar terroristas y financiar la preparación de atentados".
La Liga no quiere una prohibición definitiva, sino una moratoria que acabaría cuando se apruebe una ley que regule la actividad y el control de esas asociaciones. "Las mezquitas se multiplican como champiñones y los alcaldes no pueden hacer nada porque no tenemos una ley", se lamentó ayer el jefe del grupo parlamentario liguista, Roberto Cota.
El presidente de la mayor asociación musulmana de Italia, Izzedin Elzir, ha replicado con indignación que las mezquitas son "lugares de encuentro y de paz que facilitan el trabajo a las fuerzas del orden".
El Vaticano ha entrado en el debate a través del presidente del Consejo Pontificio de la Cultura, Gianfranco Ravasi, que se muestra favorable a la construcción de lugares de culto "como fuente de comunión y diálogo", pero matiza: "La sociedad civil y el Estado tienen derecho a controlar e intervenir en nombre de la convivencia si esos lugares se convierten en una cosa distinta".
La apertura de mezquitas, sobre todo en el norte de Italia, lleva años siendo objeto de protestas, conducidas siempre por la Liga. En 2007, Roberto Calderoli, eximio miembro del grupo norteño, paseó con un cerdo por un solar de Padua donde se iba a levantar una mezquita.
En Italia hay, según los cálculos de los medios locales, 258 lugares de culto musulmán y 628 asociaciones islámicas.
Maroni es partidario de aplicar a los centros culturales sospechosos de hacer proselitismo terrorista la norma que consiente a Interior disolver asociaciones de carácter racista, y ha anunciado que seguramente hará falta retocar otra vez su ya famoso paquete de seguridad.
El líder de la Liga, Umberto Bossi, propone una solución más rápida que la de legislar: "Basta con no construir más".
Los dos marroquíes detenidos el martes son los primeros islamistas arrestados en el país por preparar atentados contra objetivos italianos.
El ministro del Interior, Roberto Maroni, de la Liga Norte, dijo ayer que "el terrorismo islamista está anclado en Italia" y que la obligación del Gobierno es tener la guardia alta y vigilar. "Desgraciadamente", declaró, "no es fácil distinguir entre los lugares de culto y ciertas asociaciones donde se hace de todo, dar comida, rezar y también reclutar terroristas y financiar la preparación de atentados".
La Liga no quiere una prohibición definitiva, sino una moratoria que acabaría cuando se apruebe una ley que regule la actividad y el control de esas asociaciones. "Las mezquitas se multiplican como champiñones y los alcaldes no pueden hacer nada porque no tenemos una ley", se lamentó ayer el jefe del grupo parlamentario liguista, Roberto Cota.
El presidente de la mayor asociación musulmana de Italia, Izzedin Elzir, ha replicado con indignación que las mezquitas son "lugares de encuentro y de paz que facilitan el trabajo a las fuerzas del orden".
El Vaticano ha entrado en el debate a través del presidente del Consejo Pontificio de la Cultura, Gianfranco Ravasi, que se muestra favorable a la construcción de lugares de culto "como fuente de comunión y diálogo", pero matiza: "La sociedad civil y el Estado tienen derecho a controlar e intervenir en nombre de la convivencia si esos lugares se convierten en una cosa distinta".
La apertura de mezquitas, sobre todo en el norte de Italia, lleva años siendo objeto de protestas, conducidas siempre por la Liga. En 2007, Roberto Calderoli, eximio miembro del grupo norteño, paseó con un cerdo por un solar de Padua donde se iba a levantar una mezquita.
En Italia hay, según los cálculos de los medios locales, 258 lugares de culto musulmán y 628 asociaciones islámicas.
Maroni es partidario de aplicar a los centros culturales sospechosos de hacer proselitismo terrorista la norma que consiente a Interior disolver asociaciones de carácter racista, y ha anunciado que seguramente hará falta retocar otra vez su ya famoso paquete de seguridad.
El líder de la Liga, Umberto Bossi, propone una solución más rápida que la de legislar: "Basta con no construir más".
Los dos marroquíes detenidos el martes son los primeros islamistas arrestados en el país por preparar atentados contra objetivos italianos.
