La decisión es un revés para la coalición occidental en Afganistán, que ha hecho de la formación de las fuerzas locales uno de los ejes de su estrategia de salida del conflicto.
El anuncio fue hecho después de un fin de semana negro para la fuerza de la OTAN en Afganistán (ISAF), que perdió a seis soldados -dos británicos y cuatro estadounidenses- a manos de policías y militares afganos.
También influyeron las manifestaciones en el país y en otros lugares del mundo islámico a raíz de una película producida en Estados Unidos, "La inocencia de los musulmanes", que denigra la religión predicada por Mahoma.
"Los recientes incidentes en Afganistán y en el exterior del país vinculados al video (...) y los ataques desde el interior han llevado a las tropas de la ISAF a ejercer una vigilancia particular y a revisar atentamente sus actividades e interacciones con la población", indicó en un correo electrónico el portavoz del Pentágono, George Little.
A partir de ahora, las patrullas comunes o sesiones de formación entre soldados de la ISAF y las fuerzas afganas se efectuarán de modo automático sólo a partir de un determinado nivel de efectivos, batallón en el caso del ejército y fuerzas de distrito en el caso de la policía, anunció la fuerza internacional.
La cooperación con unidades más reducidas deberá ser "aprobada caso por caso por los mandos regionales" de la ISAF, precisó ésta en un comunicado.
"No sabemos hasta cuando durará" la medida, dijo a la AFP Hagen Messer, portavoz de la coalición.
El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, dijo que la estrategia de la Alianza en Afganistán se mantiene y que la decisión de limitar las operaciones conjuntas se tomó por prudencia y es temporal.
Según él, la OTAN mantiene el objetivo de que "los afganos estén plenamente a cargo de su seguridad a fines de 2014 (...) El objetivo se mantiene sin cambios, y la estrategia y el calendario siguen siendo los mismos".
Después de meses de reticencias, la multiplicación de los "ataques desde el interior" ha llevado a los mandos estadounidenses que dirigen la ISAF a reconocer que dichos asesinatos amenazan seriamente los esfuerzos occidentales en el país.
Durante una visita a China, el secretario estadounidense de Defensa, Leon Panetta, admitió que estaba "inquieto" por los numerosos asesinatos de soldados de la OTAN por parte de militares y policías afganos.
No obstante, garantizó que esto no afecta el objetivo de retirar a los 113.000 soldados de la ISAF de Afganistán de aquí a finales de 2014.
En los últimos años, las fuerzas afganas tuvieron que contratar rápidamente hasta sumar un total de 350.000 hombres y prepararse para tomar el relevo de los occidentales en las tareas de seguridad. Algunos dicen que este reclutamiento acelerado se ha hecho sin mirar siempre la calidad de los candidatos.
A comienzos de septiembre, el ejército afgano anunció que había detenido o expulsado de sus filas a cientos de soldados sospechosos de ataques contra la ISAF, o contra los cuales se hallaron pruebas incriminatorias.
La ISAF estima que sólo una cuarta parte de los "ataques desde el interior" fueron efectuados por rebeldes talibanes infiltrados. El resto, según la coalición, se debe a disputas por problemas personales o de incomprensión cultural entre soldados de la OTAN y afganos.
El anuncio fue hecho después de un fin de semana negro para la fuerza de la OTAN en Afganistán (ISAF), que perdió a seis soldados -dos británicos y cuatro estadounidenses- a manos de policías y militares afganos.
También influyeron las manifestaciones en el país y en otros lugares del mundo islámico a raíz de una película producida en Estados Unidos, "La inocencia de los musulmanes", que denigra la religión predicada por Mahoma.
"Los recientes incidentes en Afganistán y en el exterior del país vinculados al video (...) y los ataques desde el interior han llevado a las tropas de la ISAF a ejercer una vigilancia particular y a revisar atentamente sus actividades e interacciones con la población", indicó en un correo electrónico el portavoz del Pentágono, George Little.
A partir de ahora, las patrullas comunes o sesiones de formación entre soldados de la ISAF y las fuerzas afganas se efectuarán de modo automático sólo a partir de un determinado nivel de efectivos, batallón en el caso del ejército y fuerzas de distrito en el caso de la policía, anunció la fuerza internacional.
La cooperación con unidades más reducidas deberá ser "aprobada caso por caso por los mandos regionales" de la ISAF, precisó ésta en un comunicado.
"No sabemos hasta cuando durará" la medida, dijo a la AFP Hagen Messer, portavoz de la coalición.
El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, dijo que la estrategia de la Alianza en Afganistán se mantiene y que la decisión de limitar las operaciones conjuntas se tomó por prudencia y es temporal.
Según él, la OTAN mantiene el objetivo de que "los afganos estén plenamente a cargo de su seguridad a fines de 2014 (...) El objetivo se mantiene sin cambios, y la estrategia y el calendario siguen siendo los mismos".
Después de meses de reticencias, la multiplicación de los "ataques desde el interior" ha llevado a los mandos estadounidenses que dirigen la ISAF a reconocer que dichos asesinatos amenazan seriamente los esfuerzos occidentales en el país.
Durante una visita a China, el secretario estadounidense de Defensa, Leon Panetta, admitió que estaba "inquieto" por los numerosos asesinatos de soldados de la OTAN por parte de militares y policías afganos.
No obstante, garantizó que esto no afecta el objetivo de retirar a los 113.000 soldados de la ISAF de Afganistán de aquí a finales de 2014.
En los últimos años, las fuerzas afganas tuvieron que contratar rápidamente hasta sumar un total de 350.000 hombres y prepararse para tomar el relevo de los occidentales en las tareas de seguridad. Algunos dicen que este reclutamiento acelerado se ha hecho sin mirar siempre la calidad de los candidatos.
A comienzos de septiembre, el ejército afgano anunció que había detenido o expulsado de sus filas a cientos de soldados sospechosos de ataques contra la ISAF, o contra los cuales se hallaron pruebas incriminatorias.
La ISAF estima que sólo una cuarta parte de los "ataques desde el interior" fueron efectuados por rebeldes talibanes infiltrados. El resto, según la coalición, se debe a disputas por problemas personales o de incomprensión cultural entre soldados de la OTAN y afganos.