Inicio
Política
El ministro de la Comunicación, Mustafá el Jalfi, presentó el 31 de marzo el nuevo programa de las dos cadenas públicas, Al Ula y 2M. Adoptado por la Alta Autoridad de la Comunicación Audiovisual, debería entrar en vigor a partir del 1º de mayo.
La censura de la publicidad sobre apuestas y la transmisión obligatoria de las cinco llamadas a la oración provocaron vivas reacciones incluso dentro del gobierno de coalición, dirigido por el islamista Abdelilah Benkiran.
El ministro de Deportes, Mohamed Ozin -que preside además el consejo de administración de la Sociedad Marroquí de Juegos y Deportes (SMJD)- criticó "el enfoque" de El Jalfi, "que es ministro y no un muftí o Fqih (teólogo) que prohíbe o autoriza".
"No es una cuestión de halal (prácticas permitidas por la religión musulmana) o de haram (prácticas impuras). Lo único impuro es que haya muchos jóvenes desocupados y que muchos no encuentren terrenos para practicar sus deportes", declaró hace unos días Ozin al periódico Al Masae.
"Este año la SMJD atribuyó 130 millones de dirhams (11,6 millones de euros) al Fondo de Promoción del Deporte", añadió Ozin, que pertenece a una fuerza aliada del Partido de la Justicia y el Desarrollo de Benkiran.
Los islamistas moderados llegaron por primera vez al poder en Marruecos tras las elecciones legislativas de noviembre, convocadas por el rey Mohamed VI, que organiza una transición política tranquila para evitar una revolución popular como las de la "Primavera árabe".
La nueva agenda obliga a las televisiones Al Ula y 2M a aumentar de 52 minutos los programas religiosos semanales.
Un ministro halal
"Un ministro halal", ironiza el editorialista del semanario francófono TelQuel. "Decir no a El Jalfi es como decir que sí al haram. Y eso, ni la monarquía se atrevería a hacerlo", escribió el columnista, estimando que "la medida" del ministro será bien recibida por el pueblo y por su +pueblo+".
Además, el ministro de Comunicación El Jalfi - que tras un reciente viaje a Estados Unidos se dijo cercano de los "valores" conservadores del Partido Republicano- anunció que a partir de ahora el 80% de las programas de la primera cadena pública se emitirán en árabe y que en la segunda cadena, la más francófona, sólo el telediario de la noche se daría en francés.
En la comunidad francófona, muy influyente en Marruecos, esta decisión se percibió como una victoria de la islamización.
"Es un golpe de Estado" en el sector audiovisual, "la islamización se puso en marcha", escribió en primera página el periódico en francés Le Soir-Echo, al día siguiente del anuncio.
El politólogo Mohamed Darif estima que "esta islamización de las televisiones públicas traduce una realidad: la dominación de las cadenas satelitales árabes como Al Jazeera".
"Islamizando los medios, el gobierno intenta recuperar también a los telespectadores, en su mayoría árabes, que desertaron de las cadenas públicas", agregó, en declaraciones a la AFP.
"Antes, los marroquíes veían TV5 (cadena francófona). Hoy, la mayoría se informan por Al Jazeera", añadió este especialista de los movimientos islamistas.
"Estas medidas son sólo el aperitivo para los militantes islamistas; no hacen nada por mejorar la calidad del sector audiovisual público", confirma Naim Kamal, ex miembro de la Alta Autoridad de la Comunicación Audiovisual, que la prohibición de la publicidad le ocasionó al canal 2M pérdidas por 27 millones de dirhams (2,4 millones de euros).
La censura de la publicidad sobre apuestas y la transmisión obligatoria de las cinco llamadas a la oración provocaron vivas reacciones incluso dentro del gobierno de coalición, dirigido por el islamista Abdelilah Benkiran.
El ministro de Deportes, Mohamed Ozin -que preside además el consejo de administración de la Sociedad Marroquí de Juegos y Deportes (SMJD)- criticó "el enfoque" de El Jalfi, "que es ministro y no un muftí o Fqih (teólogo) que prohíbe o autoriza".
"No es una cuestión de halal (prácticas permitidas por la religión musulmana) o de haram (prácticas impuras). Lo único impuro es que haya muchos jóvenes desocupados y que muchos no encuentren terrenos para practicar sus deportes", declaró hace unos días Ozin al periódico Al Masae.
"Este año la SMJD atribuyó 130 millones de dirhams (11,6 millones de euros) al Fondo de Promoción del Deporte", añadió Ozin, que pertenece a una fuerza aliada del Partido de la Justicia y el Desarrollo de Benkiran.
Los islamistas moderados llegaron por primera vez al poder en Marruecos tras las elecciones legislativas de noviembre, convocadas por el rey Mohamed VI, que organiza una transición política tranquila para evitar una revolución popular como las de la "Primavera árabe".
La nueva agenda obliga a las televisiones Al Ula y 2M a aumentar de 52 minutos los programas religiosos semanales.
Un ministro halal
"Un ministro halal", ironiza el editorialista del semanario francófono TelQuel. "Decir no a El Jalfi es como decir que sí al haram. Y eso, ni la monarquía se atrevería a hacerlo", escribió el columnista, estimando que "la medida" del ministro será bien recibida por el pueblo y por su +pueblo+".
Además, el ministro de Comunicación El Jalfi - que tras un reciente viaje a Estados Unidos se dijo cercano de los "valores" conservadores del Partido Republicano- anunció que a partir de ahora el 80% de las programas de la primera cadena pública se emitirán en árabe y que en la segunda cadena, la más francófona, sólo el telediario de la noche se daría en francés.
En la comunidad francófona, muy influyente en Marruecos, esta decisión se percibió como una victoria de la islamización.
"Es un golpe de Estado" en el sector audiovisual, "la islamización se puso en marcha", escribió en primera página el periódico en francés Le Soir-Echo, al día siguiente del anuncio.
El politólogo Mohamed Darif estima que "esta islamización de las televisiones públicas traduce una realidad: la dominación de las cadenas satelitales árabes como Al Jazeera".
"Islamizando los medios, el gobierno intenta recuperar también a los telespectadores, en su mayoría árabes, que desertaron de las cadenas públicas", agregó, en declaraciones a la AFP.
"Antes, los marroquíes veían TV5 (cadena francófona). Hoy, la mayoría se informan por Al Jazeera", añadió este especialista de los movimientos islamistas.
"Estas medidas son sólo el aperitivo para los militantes islamistas; no hacen nada por mejorar la calidad del sector audiovisual público", confirma Naim Kamal, ex miembro de la Alta Autoridad de la Comunicación Audiovisual, que la prohibición de la publicidad le ocasionó al canal 2M pérdidas por 27 millones de dirhams (2,4 millones de euros).
