Un homosexual de Lagos, que la AFP decidió no identificar por razones de seguridad, se mostró abatido y aterrado por sus posibles consecuencias.
"Sobre todo me preocupan las personas LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) en el norte, en el delta del Níger (...) y, por supuesto, los LGBT de todo el país", confió.
Para este hombre, el gobierno "legalizó la violencia, la estigmatización y la discriminación (...) Nuestra situación no hace otra cosa que empeorar", añadió.
Aún así, no pierde la esperanza de que esta ley pueda ser "refutada por la propia justicia nigeriana (...) Hay gente, juristas y otra que lucha por los derechos humanos, que se interesarían por esto". Para concluir: "no nos vamos a callar y aceptar una ley tan draconiana".
Esta ley, que fuera adoptada por unanimidad por los parlamentarios nigerianos en mayo, prevé una pena de 14 años de cárcel en caso de matrimonio entre homosexuales y de 10 años para las personas de mismo sexo que muestren públicamente su relación.
El presidente Goodluck Jonathan la promulgó el lunes. La ley prohíbe explícitamente las uniones entre personas del mismo sexo y restringe los derechos de los homosexuales, y fue reprobada por la ONU, Estados Unidos, Gran Bretaña y numerosas ONG, entre ellas Amnistía Internacional.
De acuerdo a la misma, "las personas del mismo sexo que se unan en matrimonio o con un contrato de unión civil, cometen un delito y pueden ser condenadas a una pena de cárcel de 14 años cada una".
El texto prevé también que "cualquier persona que maneje o frecuente bares gays, empresas u organizaciones para homosexuales o - directa o indirectamente - muestre públicamente su relación con otra persona del mismo sexo, comete un crimen y puede ser condenada a 10 años de cárcel".
En Londres, el militante de derechos humanos y de LGBT, en particular, Davis Mac-Iyalla, consideró que esta ley llevará a la comunidad homosexual nigeriana a esconderse aún más, y podría provocar que sus miembros sean rechazados para recibir tratamiento contra el sida, por ejemplo, además del temor de persecuciones judiciales.
La Onusida y el Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y el paludismo declararon su temor de que la gente LGTB de Nigeria no tenga acceso a los tratamientos médicos.
Amnistía Internacional (AI) había pedido en diciembre al presidente Jonathan que rechazara esta ley, considerada por la organización de defensa de derechos humanos como "discriminatoria" y con consecuencias "catastróficas" para la comunidad lesbiana, gay, bisexual y transexual.
Por su parte, el secretario de Estado norteamericano John Kerry se manifestó "profundamente preocupado" por la ley nigeriana, que se asemeja mucho a otra propuesta en Uganda.
La alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Navi Pillay, consideró que la ley "sólo empeora una situación que ya era mala", reforzando los prejuicios y siendo proclive a aumentar la violencia.
El homosexual entrevistado en Lagos subrayó que esta nueva ley constituye en sí "un permiso para ejercer la violencia".
Añadiendo que en Nigeria "muchas personas son linchadas a causa de su orientación sexual", y que teme por quienes "no puedan hablar para defenderse y terminen encarcelados sin que nadie lo sepa".
La homosexualidad es ilegal en 78 países, y castigada con la pena de muerte en 7 de éstos.