El lunes, el gobierno palestino anunció que quería emprender acciones legales contra Gran Bretaña por la llamada declaración Balfour, un texto de 1917 firmado por el secretario de Exteriores británico de aquel entonces, Arthur Balfour, afirmando que su gobierno vería con buenos ojos "el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío".
Tras la caída del Imperio Otomano, franceses y británicos se repartieron Oriente Medio y los segundos se quedaron con Palestina.
El documento fue uno de los grandes argumentos esgrimidos por los dirigentes hebreos para legitimar el Estado de Israel, pero los palestinos afirman que con esa declaración Gran Bretaña entregó su tierra y propició el inicio de una emigración judía masiva.
Argumentan que el documento condujo a la Nakba - catástrofe, en árabe-, la expulsión de sus hogares de 760.000 palestinos tras la guerra que concluyó con la creación de Israel en 1948.
Como resultado de la promesa de Balfour, "cientos de miles de judíos de Europa y otros lugares vinieron a asentarse en Palestina a costa de nuestro pueblo", recordó recientemente el ministro de Exteriores palestino Riyad al Malki, en un discurso en nombre del presidente Mahmu Abas.
El titular de Exteriores israelí argumenta que esta campaña legal equivale a negarse a "reconocer la legítima y nativa conexión del pueblo judío con su antigua tierra natal".
Pero los especialistas no ven grandes posibilidades de que, sea del tipo que sea, logre su cometido.
En cuanto a las distintas opciones, existe la demanda de compensaciones. Sobre esto, Eric Posner, profesor de Derecho de la Universidad de Chicago y autor de un artículo sobre indemnizaciones en Derecho Internacional, señaló que no se le ocurre ningún caso en el que los tribunales internacionales hayan sido empleados para este fin.
En la mayoría de los casos, señaló, son los gobiernos los que entregan las compensaciones para reparar atropellos cometidos en el pasado, como en Alemania con las víctimas del Holocausto o en Estados Unidos con los nipo-estadounidenses internados en campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial.
Pero Gran Bretaña jamás ha pedido perdón por la Declaración Balfour.
Stuart Casey-Maslen, profesor de Derecho en la Universidad de Pretoria en Sudáfrica sugirió que los palestinos podrían obtener una votación en la Asamblea General de Naciones Unidas (donde están como miembro observador) llamando a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) a investigar.
Pero esta instancia solo podría juzgar el caso de acuerdo con las leyes existentes de 1917, recordó Casey-Maslen, y en esa época muchos de los principios básicos del Derecho Internacional aún no habían sido establecidos y la justicia "seguramente sea muy favorable a Reino Unido".
Además, el principio de la Declaración Balfour también fue ratificado en 1922 por la Liga de Naciones, el organismo predecesor de Naciones Unidas.
Según Casey-Maslen, los palestinos tendrían que mostrar que la declaración condujo directamente a la Nakba, algo muy complicado.
Naciones Unidas adoptó en 1947 un plan para dividir el territorio en dos Estados, uno para los árabes y otro para los israelíes.
Andrew Kent, profesor de Derecho en la de Nueva York señaló, que los palestinos podrían buscar antes una victoria en términos políticos que legales.
"¿Podrían lograr una declaración de la Asamblea General de la ONU? Claro", aseguró. ¿Podrían conseguir una declaración política del Comité de Derechos Humanos (de la ONU)? Por supuesto. Pero esas cosas no serían demandas judiciales y no serían vinculantes".
Tras la caída del Imperio Otomano, franceses y británicos se repartieron Oriente Medio y los segundos se quedaron con Palestina.
El documento fue uno de los grandes argumentos esgrimidos por los dirigentes hebreos para legitimar el Estado de Israel, pero los palestinos afirman que con esa declaración Gran Bretaña entregó su tierra y propició el inicio de una emigración judía masiva.
Argumentan que el documento condujo a la Nakba - catástrofe, en árabe-, la expulsión de sus hogares de 760.000 palestinos tras la guerra que concluyó con la creación de Israel en 1948.
Como resultado de la promesa de Balfour, "cientos de miles de judíos de Europa y otros lugares vinieron a asentarse en Palestina a costa de nuestro pueblo", recordó recientemente el ministro de Exteriores palestino Riyad al Malki, en un discurso en nombre del presidente Mahmu Abas.
El titular de Exteriores israelí argumenta que esta campaña legal equivale a negarse a "reconocer la legítima y nativa conexión del pueblo judío con su antigua tierra natal".
- 'Argumento moral' -
Interrogado por AFP sobre la naturaleza de la eventual demanda judicial y ante qué instancia se materializaría, un portavoz del ministerio palestino de Exteriores señaló que esas cuestiones se decidirían próximamente.Pero los especialistas no ven grandes posibilidades de que, sea del tipo que sea, logre su cometido.
En cuanto a las distintas opciones, existe la demanda de compensaciones. Sobre esto, Eric Posner, profesor de Derecho de la Universidad de Chicago y autor de un artículo sobre indemnizaciones en Derecho Internacional, señaló que no se le ocurre ningún caso en el que los tribunales internacionales hayan sido empleados para este fin.
En la mayoría de los casos, señaló, son los gobiernos los que entregan las compensaciones para reparar atropellos cometidos en el pasado, como en Alemania con las víctimas del Holocausto o en Estados Unidos con los nipo-estadounidenses internados en campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial.
Pero Gran Bretaña jamás ha pedido perdón por la Declaración Balfour.
Stuart Casey-Maslen, profesor de Derecho en la Universidad de Pretoria en Sudáfrica sugirió que los palestinos podrían obtener una votación en la Asamblea General de Naciones Unidas (donde están como miembro observador) llamando a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) a investigar.
Pero esta instancia solo podría juzgar el caso de acuerdo con las leyes existentes de 1917, recordó Casey-Maslen, y en esa época muchos de los principios básicos del Derecho Internacional aún no habían sido establecidos y la justicia "seguramente sea muy favorable a Reino Unido".
Además, el principio de la Declaración Balfour también fue ratificado en 1922 por la Liga de Naciones, el organismo predecesor de Naciones Unidas.
Según Casey-Maslen, los palestinos tendrían que mostrar que la declaración condujo directamente a la Nakba, algo muy complicado.
Naciones Unidas adoptó en 1947 un plan para dividir el territorio en dos Estados, uno para los árabes y otro para los israelíes.
Andrew Kent, profesor de Derecho en la de Nueva York señaló, que los palestinos podrían buscar antes una victoria en términos políticos que legales.
"¿Podrían lograr una declaración de la Asamblea General de la ONU? Claro", aseguró. ¿Podrían conseguir una declaración política del Comité de Derechos Humanos (de la ONU)? Por supuesto. Pero esas cosas no serían demandas judiciales y no serían vinculantes".