Inicio
Política
Las primeras horas de la "televisión pública" (EDT) -su nombre provisional- llevaron a los telespectadores griegos hacia un pasado alejado del marasmo económico y social en el que se debate el país al presentar una programación a base de negro y blanco, melodías de los años 60, películas con actores fallecidos o documentales arqueológicos.
El pasado 11 de junio, el gobierno de Antonis Samaras ordenó el cierre de las tres cadenas de la radiotelevisión pública ERT y el miércoles previno de que, a falta de contenidos originales, en un primer momento el nuevo organismo se limitaría a volver a emitir ficción y documentales.
El pequeño equipo encargado de poner en marcha el nuevo audiovisual público griego es igual de heterogéneo que los programas, ironizaban este jueves los medios griegos.
Está compuesto de un "técnico jubilado, un exrealizador de ERT pasado a una cadena privada, un ejecutivo del Centro griego del Cine, un empleado de la cadena parlamentaria", precisó el diario Eleftherotipia.
Tampoco eran muy amables los comentarios sobre el logo de la nueva entidad que incendiaron las redes sociales: sobre un fondo azul aparece una esfera colocada sobre un lazo bicolor que un diseñador gráfico comparaba en Facebook con las rayas del flúor de la pasta de dientes.
El diario Ta Nea recuperó una inquietante captura de la televisión soviética de los años 80, cuya similitud con el logo de EDT llama la atención.
La vuelta de tuerca a este caótico lanzamiento la dio el director de 84 años Robert Manthoulis. Una de sus películas, rodada en 1960, inauguró la programación de la nueva televisión pública, lo que le llevó a anunciar su intención de demandar por daños y perjuicios esta difusión en una cadena "despreciable".
Algunos editorialistas criticaron fuertemente este jueves "la improvisación" y "la inexperiencia" de este arranque.
En cuanto a la información, vendrá de la mano de un cintillo de noticias intermitente que ocupará la parte baja de la pantalla.
También se restablecerán cadenas extranjeras como la BBC o Deutsche Welle que antes estaban disponibles gratuitamente a través de la señal de ERT. En cambio, la cadena francesa TV5 y la estadounidense CNN ya no serán emitidas.
Legalmente, el gobierno estaba obligado a reactivar la señal de una televisión pública tras una decisión del Consejo de Estado que ordenaba la reanudación temporal de los programas.
Pero se enfrenta a un gran problema. En la sede de la histórica cadena pública ERT, situada en el norte de Atenas, decenas de trabajadores siguen turnándose diariamente para ofrecer emisiones y boletines de noticias que difunden por internet, gracias al apoyo de la Unión Europea de Radiodifusión (UER).
Criticada por su mala gestión y su dependencia del poder, desde su cierre la antigua "vaca sagrada" de la función pública se transformó en un medio alternativo y contestatario, aunque sus 2.700 empleados recibieron las cartas de despido.
Por tanto la nueva televisión pública emite gracias al apoyo de un canal privado, informaron varios diarios.
El ministro de lo audiovisual, Pantelis Kapsis, informó el martes a la AFP de que el diálogo no estaba roto y que el nuevo organismo está dispuesto a contratar a 2.000 de los antiguos trabajadores de ERT pagándoles una indemnización a condición de que abandonen el edificio.
Sin embargo, estos trabajadores rechazan esta opción y califican de "pirata" la nueva televisión.
Las cadenas de televisión participaron este jueves en una huelga de solidariad de varias horas.
El jueves, Kapsis subió el tono y aseguró que "el Estado no permanecerá como un rehén de los sindicalistas".
El pasado 11 de junio, el gobierno de Antonis Samaras ordenó el cierre de las tres cadenas de la radiotelevisión pública ERT y el miércoles previno de que, a falta de contenidos originales, en un primer momento el nuevo organismo se limitaría a volver a emitir ficción y documentales.
El pequeño equipo encargado de poner en marcha el nuevo audiovisual público griego es igual de heterogéneo que los programas, ironizaban este jueves los medios griegos.
Está compuesto de un "técnico jubilado, un exrealizador de ERT pasado a una cadena privada, un ejecutivo del Centro griego del Cine, un empleado de la cadena parlamentaria", precisó el diario Eleftherotipia.
Tampoco eran muy amables los comentarios sobre el logo de la nueva entidad que incendiaron las redes sociales: sobre un fondo azul aparece una esfera colocada sobre un lazo bicolor que un diseñador gráfico comparaba en Facebook con las rayas del flúor de la pasta de dientes.
El diario Ta Nea recuperó una inquietante captura de la televisión soviética de los años 80, cuya similitud con el logo de EDT llama la atención.
La vuelta de tuerca a este caótico lanzamiento la dio el director de 84 años Robert Manthoulis. Una de sus películas, rodada en 1960, inauguró la programación de la nueva televisión pública, lo que le llevó a anunciar su intención de demandar por daños y perjuicios esta difusión en una cadena "despreciable".
Algunos editorialistas criticaron fuertemente este jueves "la improvisación" y "la inexperiencia" de este arranque.
En cuanto a la información, vendrá de la mano de un cintillo de noticias intermitente que ocupará la parte baja de la pantalla.
También se restablecerán cadenas extranjeras como la BBC o Deutsche Welle que antes estaban disponibles gratuitamente a través de la señal de ERT. En cambio, la cadena francesa TV5 y la estadounidense CNN ya no serán emitidas.
Legalmente, el gobierno estaba obligado a reactivar la señal de una televisión pública tras una decisión del Consejo de Estado que ordenaba la reanudación temporal de los programas.
Pero se enfrenta a un gran problema. En la sede de la histórica cadena pública ERT, situada en el norte de Atenas, decenas de trabajadores siguen turnándose diariamente para ofrecer emisiones y boletines de noticias que difunden por internet, gracias al apoyo de la Unión Europea de Radiodifusión (UER).
Criticada por su mala gestión y su dependencia del poder, desde su cierre la antigua "vaca sagrada" de la función pública se transformó en un medio alternativo y contestatario, aunque sus 2.700 empleados recibieron las cartas de despido.
Por tanto la nueva televisión pública emite gracias al apoyo de un canal privado, informaron varios diarios.
El ministro de lo audiovisual, Pantelis Kapsis, informó el martes a la AFP de que el diálogo no estaba roto y que el nuevo organismo está dispuesto a contratar a 2.000 de los antiguos trabajadores de ERT pagándoles una indemnización a condición de que abandonen el edificio.
Sin embargo, estos trabajadores rechazan esta opción y califican de "pirata" la nueva televisión.
Las cadenas de televisión participaron este jueves en una huelga de solidariad de varias horas.
El jueves, Kapsis subió el tono y aseguró que "el Estado no permanecerá como un rehén de los sindicalistas".
