El presidente ucraniano, el prooccidental Petro Poroshenko, dijo que la reconquista de Slaviansk, bastión separatista prorruso del este del país retomado por el ejército ucraniano el sábado, es un "punto de inflexión" en el conflicto.
Los rebeldes admitieron que sufrieron numerosas bajas durante la retirada de esta estratégica ciudad del este de Ucrania casi tres meses después de que la tomaran.
La mayoría de analistas considera que Poroshenko, que accedió a la presidencia hace un mes, necesitaba desesperadamente un éxito militar para asegurarse la confianza de los ucranianos que asistían a la impotencia del ejército contra lo que consideran una agresión de Rusia.
"No es una victoria total y no hay tiempo para fuegos artificiales", dijo el mandatario de 48 años en una intervención en la televisión pública.
Poroshenko dijo además que ahora los insurgentes se están reagrupando alrededor de otro de sus bastiones, la ciudad industrial de Donetsk, pero prometió desalojar a los "terroristas que se están atrincherando en las grandes ciudades".
Un responsable de los rebeldes en la región de Donbas, anunció la toma de las ciudades de Druzhkivka y Kostantynivka, al sur de Slaviansk. También pidió a sus residentes que no salieran a la calle de noche porque "podía ser peligroso".
- Rusia busca la tregua -
El optimismo tras la victoria militar de Kiev en Slaviansk se suma a las presiones que recibía Poroshenko para no volver a aceptar una nueva tregua con los insurgentes, como pretenden los países occidentales.
Tras el fin de un alto el fuego de diez días el lunes, Poroshenko denunció que los rebeldes no habían respetado la tregua y que 20 soldados perdieron la vida. Tanto Washington como Kiev aseguraron incluso que los insurgentes habían aprovechado el cese el fuego decretado por Kiev para recibir nuevas armas pesadas procedentes de Rusia.
Poroshenko había invitado a los líderes separatistas, a Rusia y a la OSCE a reunirse para discutir un nuevo alto el fuego el sábado. Pero ni Moscú ni los rebeldes contestaron a esa llamada aunque, tras la caída de Slaviansk, aseguraron que estaban dispuestos a negociar.
El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, subrayó ante sus homólogos de Francia y Alemania la importancia de "alcanzar un acuerdo entre Kiev y las regiones del sureste de Ucrania y un alto el fuego incondicional y definitivo".
- Los rebeldes de reagrupan -
La retirada de Slaviansk fue liderada por el ex comandante militar Igor Strelkov, a quien Kiev acusa de pertenecer al servicio de información militar ruso GRU.
Los países occidentales consideran que Moscú está apoyando en secreto a los rebeldes tanto para castigar al nuevo gobierno proeuropeo de Kiev elegido en febrero, como para mantener bajo control a las regiones rusohablantes del este de Ucrania.
El líder rebelde Strelkov había criticó el sábado al presidente ruso Vladimir Putin en Twitter por faltar a su promesa de proteger "con todos los medios disponibles" a sus compatriotas en Ucrania.
Pero poco después aseguró en una televisión rusa que estaba ocupado organizando una contraofensiva que él mismo iba a dirigir.
"Pretendo crear un consejo militar central que (...) ayudará a coordinar la defensa de la República Popular de Donetsk y parte de la de Lugansk", refiriéndose a las regiones autoproclamadas independientes en el este de Ucrania.