La tregua de cinco días había sido decretada unilateralmente por la coalición liderada por Arabia Saudí. Desde finales de marzo esta coalición bombardea a los rebeldes chiitas hutíes aliados a Irán, que desde 2014 han tomado partes de este país fronterizo con Arabia Saudí.
La tregua ya se vio fragilizada desde el lunes, el día que entró en vigor, por los combates entre partidarios del presidente en el exilio Abd Rabo Mansur Hadi y rebeldes chiitas así como por los bombardeos de la coalición, que mataron "por error" a 12 combatientes leales al presidente.
La coalición, que entró en guerra para impedir que los insurgentes tomen el control total de Yemen, había advertido que respondería a cualquier movimiento de los hutíes.
El alto el fuego tenía el objetivo de ayudar a millones de civiles atrapados en la guerra, que está teniendo consecuencias "desastrosas" para la población, según el coordinador humanitario de la ONU para Yemen, Johannes Van Der Klauw.
En 24 horas, 22 insurgentes, dos civiles y cuatro personas leales al presidente murieron en los combates en el norte de Adén, la principal ciudad del sur del país. Según un responsable de sanidad, Al Jadr Lasuer, Adén ha sido retomada por los partidarios de Hadi.
Los rebeldes fueron expulsados hacia el norte de Adén y sus posiciones fueron el objetivo de los bombardeos de la coalición.
Por su parte Irán acusó a Arabia Saudí de ser responsable del fin de la tregua.
"Arabia Saudí, al cometer un error estratégico atacando a Yemen, jugó con fuego y hoy juega con la tregua", dijo Hosein Amir Abdollahian, el viceministro iraní de Exteriores citado por la televisión estatal.
- Bombardeos nocturnos -
Tres ataques tuvieron como objetivo un convoy rebelde en Sabr, a 20 kilómetros al norte de Adén, donde los combatientes progubernamentales retomaron el control de una carretera que une Adén a las provincias de Lahj y Abyane, según fuentes militares.
La coalición también bombardeó la base aérea de Al Anad en manos de los rebeldes en la provincia de Lahj, vecina de Adén.
En Marib, en el este de Saná, la capital controlada por los hutíes, también hubo bombardeos contra posiciones rebeldes, indicaron testigos.
"No hay tregua", dijo a la AFP el gobernador de Adén, Nayef al Bekri. "Las fuerzas que apoyan al presidente Hadi continúan sus operaciones para mantener la seguridad en Adén limpiando las zonas cercanas de Lahj y Abyane", añadió.
Durante la noche, las fuerzas progubernamentales lograron reconquistar la sede de la subprefectura en Dar Saad, el último barrio de Adén que los rebeldes usaban para bombardear zonas residenciales, indicó un responsable local.
"Los civiles pagan un precio más alto", dijo en un comunicado Johannes Van Der Klauw, tras una visita a Adén, en la que pidió a las partes en conflicto "poner fin a los ataques contra civiles y las destrucciones de infraestructuras".
Al menos 1.895 civiles figuran entre las 3.984 que han muerto en cuatro meses de conflicto, según las estimaciones de la ONU. Cerca del 80% de la población, unos 21 millones de personas, necesitan ayuda o protección, y otros diez millones tienen dificultades para alimentarse o encontrar agua.
Los hutíes, que forman parte de la minoría zaidita (una rama del chiismo) y que tienen el apoyo de unidades del ejército fieles al expresidente Ali Abdallah Saleh, así como de movimientos políticos suníes, lanzaron su ofensiva en julio de 2014 y tomaron varias zonas cercanas a la capital.
Luego tomaron Adén, obligando a Hadi a huir a Arabia Saudí en marzo, pero la semana pasada fueron expulsados de la ciudad.
La organización Human Rights Watch denunció por su parte la muerte de 65 civiles en un ataque aéreo en Mokha (suroeste) el viernes, que calificó de "crimen de guerra".