El enviado especial de Naciones Unidas en Bagdad, Nickolai Mladenov, alertó que si la formación de un gobierno fracasa de nuevo, Irak podría sumirse un poco más en el "caos".
Desde el 9 de junio, Irak se enfrenta a una ofensiva de los combatientes extranjeros, encabezados por el grupo yihadista del Estado Islámico (EI), quienes atacaron el sábado con obuses Haditha, una ciudad de la provincia de Al Anbar, situada en la principal carretera que une sectores en poder de los combatientes.
Los combatientes lanzaron posteriormente un asalto desde dos lados, pero las fuerzas iraquíes les impidieron entrar en la ciudad tras librar combates en los que murieron 13 insurgentes y cuatro policías.
Haditha se encuentra a 150 kilómetros al noroeste de Ramadi, capital de la provincia, donde los insurgentes lanzaron un ataque el jueves y donde controlan varios barrios desde enero.
El EI y sus aliados controlan actualmente Mosul y gran parte de la provincia de Nínive (norte), así como varios sectores en las provincias de Diyala (este), Saladino (norte) y Kirkuk (oeste).
En la provincia de Diyala, las fuerzas de seguridad y voluntarios civiles lanzaron una ofensiva para intentar retomar zonas al norte de Muqdadiya, informó un capitán de la policía.
En esta misma provincia, más al norte, los combatientes kurdos (Peshmergas) lanzaron una operación para expulsar a los combatientes de los sectores que controlan en Jalawla y recuperaron varios sectores, afirmó un oficial kurdo.
Las fuerzas kurdas han aprovechado la desbandada de las fuerzas de seguridad federales durante la ofensiva de los combatientes para retomar el control de zonas disputadas con Bagdad, entre ellas, la ciudad de Kirkuk y dos importantes campos petroleros en sus alrededores.
Este hecho, unido al anuncio de la preparación de un referéndum de autodeterminación en la región autónoma del Kurdistán iraquí, aleja un poco más la perspectiva de formación de un gobierno de unidad en Bagdad.
- Reunión crucial del parlamento -
El parlamento iraquí volverá a intentar el domingo ponerse de acuerdo para la formación de un gobierno, tras el fracaso de la primera sesión.
En concreto, los diputados deben escoger en primer lugar a un presidente del parlamento y también al presidente de Irak, quien será el encargado de designar al primer ministro.
"Un fracaso" en este proceso "amenaza con sumir al país en el caos", dijo Mladenov, para quien "esto beneficiará únicamente a quienes quieren dividir al pueblo iraquí y destruir las posibilidades de paz y de prosperidad".
El primer ministro iraquí, el chiita Nuri al Maliki, aspira a revalidar un tercer mandato, pese a los llamamientos internos e internacionales para que deje paso a un figura más moderada.
Maliki es el blanco de las críticas por su autoritarismo y su política de sesgo confesional especialmente contra la minoría sunita del país.
El gran ayatolá chiita Ali as Sistani instó de nuevo el viernes a los políticos iraquíes a dejar a un lado sus divergencias para formar urgentemente un nuevo gobierno.