Laura Alcoba: contar de otra forma la dictadura argentina


PARÍS, 21 marzo 2014 (AFP) - Los autores en Argentina siguen escribiendo sobre la dictadura pero hay una nueva generación que explora el drama humano mirando más "a lo universal", explica la novelista francoargentina Laura Alcoba, que vivió su infancia en la clandestinidad y es hija de un preso político.



Laura Alcoba
Laura Alcoba

Alcoba hoy forma parte de la cincuentena de invitados al Salón del Libro de París, que rinde un homenaje especial a las letras argentinas.

Morocha, de silueta agraciada y mirada penetrante, Alcoba juzga "excesiva" la polémica generada en Argentina en torno a la lista de escritores invitados al salón de París, realizada según la oposición en base a criterios políticos.

"Hay una polarización política extrema de la sociedad argentina", explica Alcoba en una entrevista con AFP realizada en francés al margen del Salón del Libro.

"No se trata de una lista de escritores 'oficiales' y algunos de ellos no son para nada cercanos al régimen" peronista, asegura Alcoba, cuya última novela "Le bleu des abeilles" acaba de publicar Gallimard.

Sin embargo, deplora, "hubo olvidos lamentables, como Rodrigo Fresán, Eduardo Berti o Martín Caparrós, muy conocidos en Francia".

La memoria de los años de plomo está presente a través del testimonio de varios escritores como Alcoba en el Salón del Libro, que rindió además homenaje al poeta Juan Gelman, fallecido este año.

Alcoba tenía apenas una decena de años cuando dejó Argentina para reunirse con su madre, montonera refugiada en Francia. Su padre, también miembro de esa organización guerrillera de la izquierda peronista, estaba preso en La Plata. Ella aterriza en el suburbio de Blanc-Mesnil, al norte de París.

La autora describe una realidad muy dura: el desarraigo y arraigo en un nuevo país, al ritmo de la correspondencia semanal con su padre preso, que le habla todo el tiempo de libros, y el aprendizaje maravillado de la lengua francesa. "El primer libro que leí en francés, siguiendo los consejos de mi padre, fue "Les fleurs bleues" de Raymond Queneau. Cambió mi vida".

"Había guardado en una caja todas las cartas de mi padre, preso desde hacía siete años, sin jamás volverlas a leer. Lo hice en 2012 y ése fue el punto de partida de 'Le Bleu des abeilles'" (El azul de las abejas).

 

- El español, lengua del silencio -

 

La autora nacida en 1968 escribe sus novelas en francés: "el español es la lengua en la que aprendí a callar. Adoro esa lengua y la utilizo en mi trabajo universitario y como traductora, pero es en francés que preferí ir a hurgar del lado de esta infancia silenciosa bajo la dictadura".

"Queda mucho para decir acerca de la dictadura. No se termina nunca. Es como la Segunda Guerra Mundial. Pero todo depende de lo que se haga. Intento, junto con otros, de abordarla de otra forma".

"Tras la junta (1976-1983), hubo un inmenso silencio. Luego hubo libros que abordaron el tema de manera demasiado demostrativa". Se abre luego una tercera etapa, explica, con "una nueva generación que interroga a lo humano, tiende hacia lo universal, a partir de la experiencia de la dictadura". Cita a Leopoldo Brizuela, el autor de "Una misma noche", acerca de la convivencia con el terror "¿Hasta dónde tememos a nuestra propia cobardía?"

"Esto supera la historia argentina. Tampoco se trata de literatura de la memoria, de la obsesión. Hay otras voces jóvenes que hablan de universos diferentes. También hay autores que vienen de una Argentina más profunda, lejos de Buenos Aires, para traer textos más encarnados, más telúricos, de espacios inexplorados. Incluso Borges hablaba de una pampa abstracta, conceptual".

Laura Alcoba llegó a París a los 10 años. Había llegado a la Argentina teniendo apenas algunos meses, tras un nacimiento clandestino en Cuba (por esa razón, su partida fue registrada en Buenos Aires). Su infancia estuvo marcada por la clandestinidad, el silencio, las falsas identidades, temas de su primera novela, "Manèges" (2007) (La casa de los conejos), que tuvo mucho éxito en Argentina y fue traducida a varias lenguas.

Desde entonces, "mis vínculos con Argentina, adonde regreso regularmente, se intensificaron. Allá me consideran como una escritora 100% argentina. Yo me veo como una autora argentina y francesa".

"En mis libros, la niña es a la vez yo y no lo es. No escribí en una perspectiva autobiográfica. Quise contar mi historia, pero también otras historias de la infancia, en Argentina o en otras partes. Muchos hijos de inmigrantes en Francia, de todos los países --comenta-- se reconocieron en mi último libro".

Viernes, 21 de Marzo 2014
AFP (Agencia France-Presse)
           


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