
Un proyectil sirio en Hermel, Líbano
Por otra parte, según vídeos difundidos por el opositor Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), con sede en el Reino Unido, rebeldes islamistas sunitas celebraron la muerte de unos 60 chiitas, en su mayoría combatientes favorables al régimen de Bashar al Asad, y el incendio de sus casas en el este de Siria.
"Las unidades del ejército desplegadas en la región tomaron las medidas defensivas necesarias para responder inmediatamente a cualquier violación similar", declaró el ejército libanés en un comunicado tras un bombardeo sirio a la localidad de Aarsal que dejó un herido.
Se trata de una advertencia muy rara en la historia reciente de Líbano y Siria, ex potencia tutelar de su pequeño vecino.
El ejército libanés, débilmente equipado, mantiene una estrecha cooperación con el ejército de Siria, actualmente afectado por la guerra civil.
Aarsal es una localidad sunita que apoya la rebelión y sirve de punto de pasaje entre los dos países para los refugiados, las armas y los rebeldes, según fuentes de seguridad.
Recientemente Aarsal recibió a decenas de heridos, particularmente insurgentes, que huyeron de Quseir, bastión rebelde del centro-oeste de Siria conquistado por el ejército con ayuda del movimiento chiita libanés Hezbolá.
Por su parte, el OSDH difundió vídeos donde se ve a rebeldes islamistas celebrar la muerte de unos 60 chiitas, en su mayoría combatientes leales al régimen, y el incendio de sus casas en el este de Siria.
"La brigada al Sadeq al Amin se prepara para el asalto de las casas de los chiitas partidarios del régimen de Asad en la aldea de Hatlah", afirma el hombre que sostiene la cámara en un vídeo.
Una decena de hombres armados aparecen en la imagen en el patio de una casa, mostrando al menos un cadáver desfigurado y ensangrentado que yacía sobre el suelo.
"Aquí están los chiitas, este es vuestro final, perros", grita.
"Sunitas, ayuden a su comunidad", clama otro hombre.
Un segundo vídeo muestra a una decena de hombres armados, aparentemente en el exterior del pueblo, de donde se eleva una espesa humareda gris.
"Dios es grande, todas las casas de los chiitas fueron incendiadas (...) aquí están los combatientes de la yihad (guerra santa) celebrando su entrada en las casas chiitas infieles", clama el hombre que graba la escena.
Siria es un país de mayoría sunita gobernado desde hace más de 40 años por el clan Asad, que pertenece a la minoría alauita, una rama del chiismo.
El OSDH también indicó que el ejército sirio avanzaba este miércoles en un barrio de la localidad de Homs (centro) con el objetivo de controlar por completo esta ciudad -bautizada por la oposición como "la capital de la revolución"- como hizo hace unos días con Quseir.
Los últimos reveses militares de los rebeldes frente a las tropas de Asad complican la organización de una conferencia de paz en Ginebra, en la que Brasil propuso su participación.
"Brasil considera que valdría la pena examinar la posibilidad de incluir otros países", dijo el martes el canciller brasileño, Antonio Patriota, tras una reunión con su par ruso, Serguei Lavrov.
Hasta ahora la conferencia de paz de Ginebra prevé la participación de los cinco países permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y de los vecinos de Siria.
En Washington, el secretario de Estado norteamericano John Kerry tiene previsto discutir con su homólogo británico sobre la situación siria.
"Las unidades del ejército desplegadas en la región tomaron las medidas defensivas necesarias para responder inmediatamente a cualquier violación similar", declaró el ejército libanés en un comunicado tras un bombardeo sirio a la localidad de Aarsal que dejó un herido.
Se trata de una advertencia muy rara en la historia reciente de Líbano y Siria, ex potencia tutelar de su pequeño vecino.
El ejército libanés, débilmente equipado, mantiene una estrecha cooperación con el ejército de Siria, actualmente afectado por la guerra civil.
Aarsal es una localidad sunita que apoya la rebelión y sirve de punto de pasaje entre los dos países para los refugiados, las armas y los rebeldes, según fuentes de seguridad.
Recientemente Aarsal recibió a decenas de heridos, particularmente insurgentes, que huyeron de Quseir, bastión rebelde del centro-oeste de Siria conquistado por el ejército con ayuda del movimiento chiita libanés Hezbolá.
Por su parte, el OSDH difundió vídeos donde se ve a rebeldes islamistas celebrar la muerte de unos 60 chiitas, en su mayoría combatientes leales al régimen, y el incendio de sus casas en el este de Siria.
"La brigada al Sadeq al Amin se prepara para el asalto de las casas de los chiitas partidarios del régimen de Asad en la aldea de Hatlah", afirma el hombre que sostiene la cámara en un vídeo.
Una decena de hombres armados aparecen en la imagen en el patio de una casa, mostrando al menos un cadáver desfigurado y ensangrentado que yacía sobre el suelo.
"Aquí están los chiitas, este es vuestro final, perros", grita.
"Sunitas, ayuden a su comunidad", clama otro hombre.
Un segundo vídeo muestra a una decena de hombres armados, aparentemente en el exterior del pueblo, de donde se eleva una espesa humareda gris.
"Dios es grande, todas las casas de los chiitas fueron incendiadas (...) aquí están los combatientes de la yihad (guerra santa) celebrando su entrada en las casas chiitas infieles", clama el hombre que graba la escena.
Siria es un país de mayoría sunita gobernado desde hace más de 40 años por el clan Asad, que pertenece a la minoría alauita, una rama del chiismo.
El OSDH también indicó que el ejército sirio avanzaba este miércoles en un barrio de la localidad de Homs (centro) con el objetivo de controlar por completo esta ciudad -bautizada por la oposición como "la capital de la revolución"- como hizo hace unos días con Quseir.
Los últimos reveses militares de los rebeldes frente a las tropas de Asad complican la organización de una conferencia de paz en Ginebra, en la que Brasil propuso su participación.
"Brasil considera que valdría la pena examinar la posibilidad de incluir otros países", dijo el martes el canciller brasileño, Antonio Patriota, tras una reunión con su par ruso, Serguei Lavrov.
Hasta ahora la conferencia de paz de Ginebra prevé la participación de los cinco países permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y de los vecinos de Siria.
En Washington, el secretario de Estado norteamericano John Kerry tiene previsto discutir con su homólogo británico sobre la situación siria.