Avigdor Lieberman
"Las negociaciones con los palestinos no deben tener como base el principio de la tierra por la paz, sino el del canje de territorios y habitantes", afirmó Lieberman a la radio militar.
"El rechazo determinado de la Autoridad palestina de reconocer a Israel como Estado del pueblo judío debe llevarnos a poner sobre la mesa de negociaciones el tema de los árabes israelíes", agregó el jefe de la diplomacia.
"Es como si un propietario vendiese su apartamento exigiendo que su suegra se quedase en el lugar, es imposible e inaceptable", agregó Lieberman.
Líder de Israel Beitenu, un partido ultranacionalista, Lieberman defiende la idea de un canje de territorios poblados por árabes israelíes por partes de Cisjordania.
De esta manera cuenta lograr una "separación" máxima entre judíos y árabes, y hacer de Israel un Estado "étnicamente homogéneo".
En efecto, Lieberman acusa a una parte de la minoría árabe israelí, que representa el 20% de la población descendiente de los palestinos que no fueron expulsados cuando se creó el Estado hebreo en 1948, de constituir un peligro para la seguridad del país.
Sus opiniones no reflejan la posición oficial del gobierno israelí y en particular las del primer ministro Benjamin Netanyahu, jefe del Likud, el principal partido de la derecha.
"El rechazo determinado de la Autoridad palestina de reconocer a Israel como Estado del pueblo judío debe llevarnos a poner sobre la mesa de negociaciones el tema de los árabes israelíes", agregó el jefe de la diplomacia.
"Es como si un propietario vendiese su apartamento exigiendo que su suegra se quedase en el lugar, es imposible e inaceptable", agregó Lieberman.
Líder de Israel Beitenu, un partido ultranacionalista, Lieberman defiende la idea de un canje de territorios poblados por árabes israelíes por partes de Cisjordania.
De esta manera cuenta lograr una "separación" máxima entre judíos y árabes, y hacer de Israel un Estado "étnicamente homogéneo".
En efecto, Lieberman acusa a una parte de la minoría árabe israelí, que representa el 20% de la población descendiente de los palestinos que no fueron expulsados cuando se creó el Estado hebreo en 1948, de constituir un peligro para la seguridad del país.
Sus opiniones no reflejan la posición oficial del gobierno israelí y en particular las del primer ministro Benjamin Netanyahu, jefe del Likud, el principal partido de la derecha.