Riad, Arabia.
Las sublevaciones que han brotado en diferentes regiones del mundo árabe podrían ayudar a resolver las crisis de los Estados ricos en petróleo, explicaron los expertos.
"Es natural que el rey ofrezca algo a su pueblo cuando regresa de un viaje", explicó a la AFP Kate Dorian, analista de la revista web Platts, basada en Dubái, haciendo referencia a los 36 millones de dólares en ayudas sociales que desbloqueó el rey Abdallah de Arabia la semana pasada.
"Pero esta vez, es aún más importante. Esto demuestra un poco de pánico", agregó la analista. "El reino trata de evitar los disturbios que ocurrieron en Túnez y en Egipto".
Imitando el ejemplo de Arabia Saudita, el exportador de petróleo más importante del mundo, los Estados vecinos también ofrecieron ayudas sociales a sus poblaciones.
El reino de Bahréin, en donde la monarquía está amenazada por manifestaciones cotidianas, anunció el sábado que 30.000 hogares se beneficiarán de una reducción del 25% del costo de sus créditos inmobiliarios.
"También hay descontento en Kuwait, pues la economía no crea suficientes empleos", agregó Dorian al día siguiente de que el gobierno kuwaití anunciara una ayuda social de más de 6.000 millones de dólares.
El general William Webster, comandante de las fuerzas terrestres estadounidenses en Medio Oriente opinó que el abismo que hay entre ricos y pobres en la región del Golfo es la causa de los cambios en estas naciones en las que el ascenso social es tan difícil.
"La globalización ha permitido que la gente de todo el mundo pueda comunicarse para compartir sus ideas. Esto va a crear una nueva era", aseguró a la AFP el general.
Sin embargo, esta situación corre el riesgo de volverse crítica en los países que son pobres en recursos naturales, en donde los problemas estructurales se agravaron durante todos los años de indiferencia política, como Yemen, Egipto o Túnez.
"Egipto y Túnez van a necesitar los esfuerzos coordinados de la comunidad internacional" para poder consolidar la transición, luego de la caída de los autócratas Ben Ali y Mubarak, frecuentemente acusados de corrupción, explicó el analista Salman Shaij.
Incluso en Libia, rica en petróleo y gas, el régimen del coronel Muamar AlGaddafi financió un sistema basado en el clientelismo, lo que entorpece el desarrollo de una economía dinámica.
"La indiferencia hacia los asuntos económicos provocó un empeoramiento del nivel de vida", explicó Shaij, del Instituto Brookings en Doha.
Según él, la pronta llegada de una era post-Gaddafi podría permitir que Libia juegue un papel crucial en el desarrollo de esa parte del norte de África.
"Libia podría ser el catalizador del desarrollo en el norte de África", aseguró Shaij, quien opinó que la "sublevación árabe" no podrá declararse vencedora hasta que cumpla con sus promesas de justicia social.
"Es natural que el rey ofrezca algo a su pueblo cuando regresa de un viaje", explicó a la AFP Kate Dorian, analista de la revista web Platts, basada en Dubái, haciendo referencia a los 36 millones de dólares en ayudas sociales que desbloqueó el rey Abdallah de Arabia la semana pasada.
"Pero esta vez, es aún más importante. Esto demuestra un poco de pánico", agregó la analista. "El reino trata de evitar los disturbios que ocurrieron en Túnez y en Egipto".
Imitando el ejemplo de Arabia Saudita, el exportador de petróleo más importante del mundo, los Estados vecinos también ofrecieron ayudas sociales a sus poblaciones.
El reino de Bahréin, en donde la monarquía está amenazada por manifestaciones cotidianas, anunció el sábado que 30.000 hogares se beneficiarán de una reducción del 25% del costo de sus créditos inmobiliarios.
"También hay descontento en Kuwait, pues la economía no crea suficientes empleos", agregó Dorian al día siguiente de que el gobierno kuwaití anunciara una ayuda social de más de 6.000 millones de dólares.
El general William Webster, comandante de las fuerzas terrestres estadounidenses en Medio Oriente opinó que el abismo que hay entre ricos y pobres en la región del Golfo es la causa de los cambios en estas naciones en las que el ascenso social es tan difícil.
"La globalización ha permitido que la gente de todo el mundo pueda comunicarse para compartir sus ideas. Esto va a crear una nueva era", aseguró a la AFP el general.
Sin embargo, esta situación corre el riesgo de volverse crítica en los países que son pobres en recursos naturales, en donde los problemas estructurales se agravaron durante todos los años de indiferencia política, como Yemen, Egipto o Túnez.
"Egipto y Túnez van a necesitar los esfuerzos coordinados de la comunidad internacional" para poder consolidar la transición, luego de la caída de los autócratas Ben Ali y Mubarak, frecuentemente acusados de corrupción, explicó el analista Salman Shaij.
Incluso en Libia, rica en petróleo y gas, el régimen del coronel Muamar AlGaddafi financió un sistema basado en el clientelismo, lo que entorpece el desarrollo de una economía dinámica.
"La indiferencia hacia los asuntos económicos provocó un empeoramiento del nivel de vida", explicó Shaij, del Instituto Brookings en Doha.
Según él, la pronta llegada de una era post-Gaddafi podría permitir que Libia juegue un papel crucial en el desarrollo de esa parte del norte de África.
"Libia podría ser el catalizador del desarrollo en el norte de África", aseguró Shaij, quien opinó que la "sublevación árabe" no podrá declararse vencedora hasta que cumpla con sus promesas de justicia social.