BELÉN PALANCO (EFE) - Madrid - "La representación de Oriente desde el punto de vista de los personajes y los paisajes" es la temática de esa exposición, que hasta el 16 de mayo acerca la evolución histórica de ese género "popular", dijo el comisario Carles Figuerola. "Sin una imagen peyorativa de los árabes" y tratando, "sin alterar el discurso, de aportar una visión amplia", se trata de una muestra "innovadora", dijo Figuerola, que contó con el asesoramiento del investigador José María Perceval.
La exhibición parte del cómic de Tarzán Sobre las arenas del desierto (1931) y termina con El Capitán América de 2008-2009 y el kuwaití The 99-ninety-nine. Y muestra a través de las viñetas —casi todas de la escuela europea— "una clara idea del musulmán enemigo que es El Guerrero del Antifaz y después hay una posición ambigua en El Capitán Trueno", dijo Perceval.
Princesas y sabios
Desde El Capitán Trueno "se ha mantenido una posición doble: por una parte, de curiosidad y exotismo con (cómics de) princesas y sabios, y otra posición, de recelo, enemigos y lucha que continúa hasta la actualidad". De ahí que la exposición hable con un "discurso positivo de la imagen que se ha dado de Oriente", de "los otros", de quienes provienen de latitudes desconocidas y que han personificado a los deshonestos en esas historietas.
Eso no salva que los cómics hayan reflejado la ambigüedad que ha sufrido el mundo árabo-musulmán: desde el sabio o el guerrero en paisajes exóticos hasta la novela gráfica española Makinavaja: El último choriso y los más recientes editados tras el 11-S en el que el árabe está bajo sospecha. Aunque, en opinión de Figuerola, en la última década ya hay "un cómic realista" como Palestina, de Joe Sacco, que trata el conflicto palestino-israelí, o tras el 11-S El Capitán América, que aporta una visión positiva del mundo árabo-musulmán.
La figura de la mujer
Los cómics han reflejado a la mujer árabe encarnando a Sherezade, la narradora de Las mil y una noches, a una bailarina, a una princesa y a una odalisca (concubina que no existe y se inventó en Occidente), explicó Perceval. En España, el primer cómic que hace referencia a una árabe es una pirata que aparece en un cuaderno del cómic El Guerrero del Antifaz, de Manuel Gago, que data de 1944, apuntó Figuerola.
"En los años 40 y 50, la visión del mundo árabe es pésima", "en España, en los años 40 a los árabes se les llamaba perros de Alá y, en cambio, ahora es imposible encontrar esto en un cómic" porque "va evolucionando un poco según como evolucione la situación política y social", indicó.
El cómic estadounidense "ha navegado siempre entre dos aguas", ahora "es muy progresista" y está "muy comprometido", en el que los superhéroes de las novelas gráficas de la editorial Marvel siempre han tenido más problemas con los presidentes de EEUU que con "los otros".
La exhibición parte del cómic de Tarzán Sobre las arenas del desierto (1931) y termina con El Capitán América de 2008-2009 y el kuwaití The 99-ninety-nine. Y muestra a través de las viñetas —casi todas de la escuela europea— "una clara idea del musulmán enemigo que es El Guerrero del Antifaz y después hay una posición ambigua en El Capitán Trueno", dijo Perceval.
Princesas y sabios
Desde El Capitán Trueno "se ha mantenido una posición doble: por una parte, de curiosidad y exotismo con (cómics de) princesas y sabios, y otra posición, de recelo, enemigos y lucha que continúa hasta la actualidad". De ahí que la exposición hable con un "discurso positivo de la imagen que se ha dado de Oriente", de "los otros", de quienes provienen de latitudes desconocidas y que han personificado a los deshonestos en esas historietas. Eso no salva que los cómics hayan reflejado la ambigüedad que ha sufrido el mundo árabo-musulmán: desde el sabio o el guerrero en paisajes exóticos hasta la novela gráfica española Makinavaja: El último choriso y los más recientes editados tras el 11-S en el que el árabe está bajo sospecha. Aunque, en opinión de Figuerola, en la última década ya hay "un cómic realista" como Palestina, de Joe Sacco, que trata el conflicto palestino-israelí, o tras el 11-S El Capitán América, que aporta una visión positiva del mundo árabo-musulmán.
La figura de la mujer
Los cómics han reflejado a la mujer árabe encarnando a Sherezade, la narradora de Las mil y una noches, a una bailarina, a una princesa y a una odalisca (concubina que no existe y se inventó en Occidente), explicó Perceval. En España, el primer cómic que hace referencia a una árabe es una pirata que aparece en un cuaderno del cómic El Guerrero del Antifaz, de Manuel Gago, que data de 1944, apuntó Figuerola. "En los años 40 y 50, la visión del mundo árabe es pésima", "en España, en los años 40 a los árabes se les llamaba perros de Alá y, en cambio, ahora es imposible encontrar esto en un cómic" porque "va evolucionando un poco según como evolucione la situación política y social", indicó.
El cómic estadounidense "ha navegado siempre entre dos aguas", ahora "es muy progresista" y está "muy comprometido", en el que los superhéroes de las novelas gráficas de la editorial Marvel siempre han tenido más problemas con los presidentes de EEUU que con "los otros".