El hielo del océano ártico.
Las conversaciones, que se extenderán hasta el 5 de septiembre, preparan una reunión ministerial prevista en Doha, en noviembre, bajo los auspicios de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
"La reunión se abre tras el tifón mortífero en Corea del Sur y el huracán que golpeó Nueva Orleans en el séptimo aniversario del Katrina, que son potentes recordatorios de la necesidad de reducir las emisiones de gas de efecto invernadero" (GEI), declaró Marlene Moses de la isla de Nauru, que preside la Alianza de los pequeños Estados insulares.
"Las perspectivas de desarrollo, viabilidad y supervivencia están en juego" para estos Estados sumamente vulnerables a cualquier subida de las aguas, añadió.
Algunos expertos estiman que el objetivo de la ONU de limitar la subida de las temperaturas a dos grados Celsius está ya fuera de alcance.
Afirman también que las sequías, inundaciones y tempestades más fuertes coinciden con los modelos que vinculan las perturbaciones del sistema climático con las emisiones de GEI.
"Lo que no podemos decir, es que un tifón en particular o un huracán haya sido necesariamente provocado por los cambios climáticos", explicó el jueves Christiana Figueres, la secretaria ejecutiva de la CMNUCC. Pero "la frecuencia y la intensidad" de dichos eventos "están afectados por el cambio climático".
El anuncio esta semana de un deshielo récord de la banquisa del Ártico corrobora, si fuera necesario, que el cambio climático está en marcha.
"Más intenso"
"Es un indicador muy visible, palpable, del calentamiento climático", lo cual debe "alentarnos a poner en obra todo lo posible para estabilizar nuestro clima", subrayaba el miércoles Jean Jouzel, vicepresidente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC, en sus siglas en inglés), que lamentó que no fuera "el camino que estamos tomando".
"La gran mayoría de los científicas están de acuerdo con el hecho de que el cambio climático es cada vez más intenso", insistió Christiana Figueres en Bangkok, golpeada hace un año por las peores inundaciones en décadas.
No se espera ningún avance espectacular durante esta reunión, que reúne a responsables de 190 países.
Pero los delegados quieren progresar en el proyecto elaborado en diciembre pasado en Durban para un acuerdo global en 2020 que reuniría a todos los grandes emisores de GEI en un mismo marco legal. Si se aprueba, como está previsto en 2015, este pacto se convertiría en una herramienta esencial de lucha contra el calentamiento.
Mientras tanto, los negociadores se enfrentan al desafío de reabrir un segundo periodo de compromiso para el protocolo de Kioto (1997), a partir de enero de 2013.
El Protocolo, firmado en 1997 y que entró en vigor en 2005, es a día de hoy la única herramienta jurídica vinculante que limita las emisiones de gases de efecto invernadero. Entrado en vigor en 2005, impone objetivos cifrados de reducción de emisiones en 36 países industrializados que lo ratificaron y a la Unión Europea.
Canadá le dio un golpe duro al protocolo cuando decidió salirse el año pasado. En ausencia de Estados Unidos y de los grandes países emergentes incluido China, convertido en el primer emisor mundial de CO2, ahora cubre menos del 30% de las emisiones globales.
"La reunión se abre tras el tifón mortífero en Corea del Sur y el huracán que golpeó Nueva Orleans en el séptimo aniversario del Katrina, que son potentes recordatorios de la necesidad de reducir las emisiones de gas de efecto invernadero" (GEI), declaró Marlene Moses de la isla de Nauru, que preside la Alianza de los pequeños Estados insulares.
"Las perspectivas de desarrollo, viabilidad y supervivencia están en juego" para estos Estados sumamente vulnerables a cualquier subida de las aguas, añadió.
Algunos expertos estiman que el objetivo de la ONU de limitar la subida de las temperaturas a dos grados Celsius está ya fuera de alcance.
Afirman también que las sequías, inundaciones y tempestades más fuertes coinciden con los modelos que vinculan las perturbaciones del sistema climático con las emisiones de GEI.
"Lo que no podemos decir, es que un tifón en particular o un huracán haya sido necesariamente provocado por los cambios climáticos", explicó el jueves Christiana Figueres, la secretaria ejecutiva de la CMNUCC. Pero "la frecuencia y la intensidad" de dichos eventos "están afectados por el cambio climático".
El anuncio esta semana de un deshielo récord de la banquisa del Ártico corrobora, si fuera necesario, que el cambio climático está en marcha.
"Más intenso"
"Es un indicador muy visible, palpable, del calentamiento climático", lo cual debe "alentarnos a poner en obra todo lo posible para estabilizar nuestro clima", subrayaba el miércoles Jean Jouzel, vicepresidente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC, en sus siglas en inglés), que lamentó que no fuera "el camino que estamos tomando".
"La gran mayoría de los científicas están de acuerdo con el hecho de que el cambio climático es cada vez más intenso", insistió Christiana Figueres en Bangkok, golpeada hace un año por las peores inundaciones en décadas.
No se espera ningún avance espectacular durante esta reunión, que reúne a responsables de 190 países.
Pero los delegados quieren progresar en el proyecto elaborado en diciembre pasado en Durban para un acuerdo global en 2020 que reuniría a todos los grandes emisores de GEI en un mismo marco legal. Si se aprueba, como está previsto en 2015, este pacto se convertiría en una herramienta esencial de lucha contra el calentamiento.
Mientras tanto, los negociadores se enfrentan al desafío de reabrir un segundo periodo de compromiso para el protocolo de Kioto (1997), a partir de enero de 2013.
El Protocolo, firmado en 1997 y que entró en vigor en 2005, es a día de hoy la única herramienta jurídica vinculante que limita las emisiones de gases de efecto invernadero. Entrado en vigor en 2005, impone objetivos cifrados de reducción de emisiones en 36 países industrializados que lo ratificaron y a la Unión Europea.
Canadá le dio un golpe duro al protocolo cuando decidió salirse el año pasado. En ausencia de Estados Unidos y de los grandes países emergentes incluido China, convertido en el primer emisor mundial de CO2, ahora cubre menos del 30% de las emisiones globales.