La mayoría de los jóvenes españoles cree que el uso de las drogas, tanto las legales como las ilegales, es algo "arriesgado y peligroso", pero considera que su consumo es algo "normal" en la juventud y que los beneficios superan a los riesgos.
Estas son algunas de las conclusiones del estudio La lectura juvenil de los riesgos de las drogas: del estereotipo a la complejidad de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), que ha entrevistado a 1.200 jóvenes de entre 15 y 24 años, que han revelado que los riesgos son algo inevitable en la vida y que el consumo se puede "controlar". El informe, en el que también han participado la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas y Obra Social de Caja Madrid, se ha presentado esta mañana en La Casa Encendida de Madrid.
"Propio de la edad"
El estudio también ha puesto de manifiesto el cambio de discurso de los jóvenes, que en entrevistas realizadas en privado destacan los peligros del consumo, pero los relativizan y justifican cuando son entrevistados en grupo. En concreto, el 41% de los jóvenes considera el riesgo algo propio de su edad, algo que deben afrontar y cuya superación es positiva. El 23,6% se muestra básicamente de acuerdo en que la convivencia con los riesgos es algo necesario en su edad, pero se muestran partidarios de la reflexión y la cautela. Sólo el 29% de los jóvenes españoles es claramente opuesto a asumir riesgos y se muestran prudente e, incluso, retraído.
En grupo, los jóvenes manifiestan otras motivaciones para consumir que influyen tanto o más que la percepción del riesgo. Sobre todo se trata de la necesidad de sentirse integrados y no creerse "raros". Sin embargo, no es el grupo de iguales el que presiona para consumir, sino el convencimiento de que para ser joven hay que consumir drogas.
Los riesgos relativos
El único riesgo a corto plazo del consumo de drogas que consideran es la muerte por un accidente de tráfico o por posibles sobredosis, pero, aún siendo conscientes, consideran que es una posibilidad remota, asociada a consumos muy determinados, como el consumo de pastillas.
A largo plazo, el estudio revela que los jóvenes creen que nunca los van a sufrir. Para ellos, las enfermedades derivadas del consumo prolongado sólo se producen "si existe hábito o adicción" y definen sus consumos como "experimentales".
Estas apreciaciones demuestran que las campañas de información que enfatizan los peligros del consumo de droga "no funcionan todo lo bien que deberían funcionar", como ha explicado el director técnico de FAD, Eusebio Megías, quien ha apostado por plantear campañas que cuestionen los supuestos beneficios y la influencia del grupo social.
"Propio de la edad"
El estudio también ha puesto de manifiesto el cambio de discurso de los jóvenes, que en entrevistas realizadas en privado destacan los peligros del consumo, pero los relativizan y justifican cuando son entrevistados en grupo. En concreto, el 41% de los jóvenes considera el riesgo algo propio de su edad, algo que deben afrontar y cuya superación es positiva. El 23,6% se muestra básicamente de acuerdo en que la convivencia con los riesgos es algo necesario en su edad, pero se muestran partidarios de la reflexión y la cautela. Sólo el 29% de los jóvenes españoles es claramente opuesto a asumir riesgos y se muestran prudente e, incluso, retraído.
En grupo, los jóvenes manifiestan otras motivaciones para consumir que influyen tanto o más que la percepción del riesgo. Sobre todo se trata de la necesidad de sentirse integrados y no creerse "raros". Sin embargo, no es el grupo de iguales el que presiona para consumir, sino el convencimiento de que para ser joven hay que consumir drogas.
Los riesgos relativos
El único riesgo a corto plazo del consumo de drogas que consideran es la muerte por un accidente de tráfico o por posibles sobredosis, pero, aún siendo conscientes, consideran que es una posibilidad remota, asociada a consumos muy determinados, como el consumo de pastillas.
A largo plazo, el estudio revela que los jóvenes creen que nunca los van a sufrir. Para ellos, las enfermedades derivadas del consumo prolongado sólo se producen "si existe hábito o adicción" y definen sus consumos como "experimentales".
Estas apreciaciones demuestran que las campañas de información que enfatizan los peligros del consumo de droga "no funcionan todo lo bien que deberían funcionar", como ha explicado el director técnico de FAD, Eusebio Megías, quien ha apostado por plantear campañas que cuestionen los supuestos beneficios y la influencia del grupo social.