
Tienda polaca en Birmingham, Reino Unido.
Como muchos de sus compatriotas, Grodski comenzó en lo más bajo de la escala laboral en el Reino Unido. Durante nueves meses trabajó como hombre anuncio en la gran arteria comercial de Londres, Oxford Street, para atraer a los transeúntes a las tiendas de descuento. En sus ratos libres, estudiaba inglés.
Esperaba poder tener "una vida decente", estudiar y enviar dinero a su familia que se quedó en Lomza, en el oeste de Polonia.
Rápidamente se giró hacia la construcción --"una elección natural para los polacos", dice--, profesión que convenía perfectamente a su gran corpulencia, y llegó rápidamente a capataz.
Entusiasta, creó entonces su propia empresa. "Fue bien durante los primeros seis a ocho meses y brutalmente todo se hundió", explicó a la AFP.
Fue durante la crisis financiera de 2008, cuando uno de sus clientes se declaró en quiebra dejándole una deuda de 20.000 libras (31.000 dólares).
Tardó un año en recuperarse. A pesar de todo, asegura que siempre ha ganado lo suficiente para tener un poco de dinero en el bolsillo y hasta muy recientemente financió los estudios de su hermana menor. Pero hoy sólo piensa en volver, y en cambiar parte de sus ingresos por una mejor calidad de vida.
"Ha sido la experiencia de mi vida, es un bonito país, pero después de nueve años sigo sin poder permitirme comprar una casa en Londres y no creo que me pueda quedar mucho más", dijo.
"Es triste decirlo pero el nivel de vida es mucho más alto en Polonia. Si tienes un trabajo decente puedes vivir como un ser humano. En Londres apenas puedes pagarte una habitación doble" en un apartamento compartido, agregó.
En Polonia, el sector de la construcción está en plena expansión, señaló. "Todos los polacos que conozco, yo incluido, trabajábamos para conseguir el dinero para construirnos una casa en Polonia", dijo. "Y el país ha invertido mucho para construir las carreteras e instalaciones públicas para lidiar con esto. Polonia es una enorme obra".
Aunque espera que su experiencia británica le ayude a conseguir un trabajo en una constructora cuando regrese, teme no estar suficientemente calificado comparado con los que se quedaron en su país.
"Tres cuartas partes de la gente que conozco son ingenieros. A mí me faltan estudios, o sea que estoy pensando en volver a la universidad uno o dos años", señaló.
Su proyecto de regreso se aceleró debido a una ruptura con su prometida polaca, pocos meses antes de su boda prevista para el pasado octubre. "Ya no tengo nada aquí", confesó.
Grodski no es el único que deja el país. Según Carlos Vargas-Silva, del Observatorio de Migraciones de la Universidad de Oxford, el número de inmigrantes polacos se redujo considerablemente en los tres últimos años.
El Observatorio contabilizó a los migrantes usando el Sistema de Registro de Trabajadores que hasta abril de este año obligaba a inscribirse para poder trabajar en el Reino Unido a los ciudadanos de los ocho países que ingresaron en la UE en 2004.
"Más de un millón de polacos se registraron. Sabemos que ahora tenemos unos 530.000 en el país", declaró Vargas-Silva a la AFP.
Grodski conoce por lo menos cuatro compatriotas que como él desean volver a casa. "Mi plan es montar una empresa allá en Polonia a fin de crear empleos bien remunerados para gente que como yo ha estado viviendo en el Reino Unido, porque al final, todos queremos volver", concluyó.
Esperaba poder tener "una vida decente", estudiar y enviar dinero a su familia que se quedó en Lomza, en el oeste de Polonia.
Rápidamente se giró hacia la construcción --"una elección natural para los polacos", dice--, profesión que convenía perfectamente a su gran corpulencia, y llegó rápidamente a capataz.
Entusiasta, creó entonces su propia empresa. "Fue bien durante los primeros seis a ocho meses y brutalmente todo se hundió", explicó a la AFP.
Fue durante la crisis financiera de 2008, cuando uno de sus clientes se declaró en quiebra dejándole una deuda de 20.000 libras (31.000 dólares).
Tardó un año en recuperarse. A pesar de todo, asegura que siempre ha ganado lo suficiente para tener un poco de dinero en el bolsillo y hasta muy recientemente financió los estudios de su hermana menor. Pero hoy sólo piensa en volver, y en cambiar parte de sus ingresos por una mejor calidad de vida.
"Ha sido la experiencia de mi vida, es un bonito país, pero después de nueve años sigo sin poder permitirme comprar una casa en Londres y no creo que me pueda quedar mucho más", dijo.
"Es triste decirlo pero el nivel de vida es mucho más alto en Polonia. Si tienes un trabajo decente puedes vivir como un ser humano. En Londres apenas puedes pagarte una habitación doble" en un apartamento compartido, agregó.
En Polonia, el sector de la construcción está en plena expansión, señaló. "Todos los polacos que conozco, yo incluido, trabajábamos para conseguir el dinero para construirnos una casa en Polonia", dijo. "Y el país ha invertido mucho para construir las carreteras e instalaciones públicas para lidiar con esto. Polonia es una enorme obra".
Aunque espera que su experiencia británica le ayude a conseguir un trabajo en una constructora cuando regrese, teme no estar suficientemente calificado comparado con los que se quedaron en su país.
"Tres cuartas partes de la gente que conozco son ingenieros. A mí me faltan estudios, o sea que estoy pensando en volver a la universidad uno o dos años", señaló.
Su proyecto de regreso se aceleró debido a una ruptura con su prometida polaca, pocos meses antes de su boda prevista para el pasado octubre. "Ya no tengo nada aquí", confesó.
Grodski no es el único que deja el país. Según Carlos Vargas-Silva, del Observatorio de Migraciones de la Universidad de Oxford, el número de inmigrantes polacos se redujo considerablemente en los tres últimos años.
El Observatorio contabilizó a los migrantes usando el Sistema de Registro de Trabajadores que hasta abril de este año obligaba a inscribirse para poder trabajar en el Reino Unido a los ciudadanos de los ocho países que ingresaron en la UE en 2004.
"Más de un millón de polacos se registraron. Sabemos que ahora tenemos unos 530.000 en el país", declaró Vargas-Silva a la AFP.
Grodski conoce por lo menos cuatro compatriotas que como él desean volver a casa. "Mi plan es montar una empresa allá en Polonia a fin de crear empleos bien remunerados para gente que como yo ha estado viviendo en el Reino Unido, porque al final, todos queremos volver", concluyó.