Rebeldes libios cerca de Brega.
Interrogados por la AFP, varios habitantes de Brega afirmaron que las fuerzas rebeldes habían recuperado el control de esta ciudad e intentaban acabar con los francotiradores emboscados, fieles al coronel Muamar Gadafi, cuyo grueso de las tropas parece haberse replegado más al oeste.
Sin embargo, era imposible verificar con fuentes independientes si la totalidad de Brega, a 800 km al este de Trípoli, está en manos de los rebeldes.
En la carretera que va a "Nueva Brega", un pueblo situado en la periferia de la ciudad, un reportero de la AFP contó los cadáveres de siete combatientes ataviados con el uniforme de las fuerzas lealistas.
De un lado de la carretera había una decena de camiones del ejército quemados. Un cráter de unos cinco metros de diámetro y dos de profundidad hace pensar que una columna de vehículos ligeros fue blanco de al menos un ataque aéreo de la OTAN la pasada noche, y es que nada en el arsenal de los insurgentes puede causar daños tan grandes.
Los combates parecían haber terminado la mañana de este sábado en los alrededores de Brega, donde sólo podía escucharse el zumbido de los cazabombarderos de la OTAN.
El miércoles y el jueves se produjeron alrededor de esa ciudad violentos combates. Ocho miembros de dos familias diferentes, en la aldea de Argub, al sur de la ciudad, fallecieron, indicó el doctor Isam Abu Harba, del hospital de Ajdabiya, al este de Brega. Las circunstancias de su muerte siguen siendo oscuras.
"Lo que es seguro es que los soldados de Gadafi se esconden entre las casas para escapar a los ataques aéreos", dijo el doctor. "Ayer llamé a un habitante de Brega, y me dijo que unos pick-up llenos de soldados habían pasado la noche en una callecita junto a su casa".
A cientos de kilómetros al oeste sigue activo otro frente: el de Misrata, a unos 200 km al este de Trípoli. La ciudad está en manos de los rebeldes y es blanco de obuses y cohetes. Los disparos causaron 28 muertos en tres días, según la rebelión.
El viernes, Trípoli rechazó tajantemente las condiciones planteadas por el Consejo Nacional de Transición (CNT), órgano directivo de la rebelión, para un alto el fuego: libertad de palabra para los libios que viven en el oeste, en manos del ejército, y retirada de éste de las ciudades bajo su control.
El mismo día, la coalición internacional, bajo mando de la OTAN, efectuó ataques aéreos contra posiciones de las fuerzas lealistas en las regiones de El Joms (este) y de El Rojban (noroeste), según la televisión estatal.
Unos responsables del Pentágono confirmaron a la AFP que el ejército estadounidense empezará a retirar a sus aviones de combate y sus misiles del teatro de operaciones a partir de este fin de semana.
Estados Unidos quiere limitarse a tener un papel de apoyo, ya que la OTAN tomó el jueves la dirección de las operaciones asumidas desde el 19 de marzo por la coalición liderada por Washington, París y Londres.
Por otro lado, en pleno debate sobre si se debe armar a los rebeldes, los insurgentes hicieron un trato con Qatar para vender el petróleo crudo de las zonas que controlan. A cambio obtendrán comida, medicamentos y carburante, indicó el viernes un responsable de los insurgentes en Bengasi, su bastión en el este del país.
"El gobierno de Qatar ha dado su acuerdo, que está firmado. Venderán el petróleo crudo por nosotros", indicó Ali al Tarhoni, encargado del Petróleo y de las Finanzas en el CNT. En el marco de un "intercambio", destinado a sortear las sanciones internacionales contra Libia, Qatar venderá el petróleo y, con los fondos, dará ayuda humanitaria a los rebeldes, añadió.
Durante este tiempo, el precio del petróleo ha seguido escalando. La cotización del barril superó el viernes los 108 dólares por primera vez desde septiembre de 2008 en Nueva York, aupado por los combates en Libia.
Sin embargo, era imposible verificar con fuentes independientes si la totalidad de Brega, a 800 km al este de Trípoli, está en manos de los rebeldes.
En la carretera que va a "Nueva Brega", un pueblo situado en la periferia de la ciudad, un reportero de la AFP contó los cadáveres de siete combatientes ataviados con el uniforme de las fuerzas lealistas.
De un lado de la carretera había una decena de camiones del ejército quemados. Un cráter de unos cinco metros de diámetro y dos de profundidad hace pensar que una columna de vehículos ligeros fue blanco de al menos un ataque aéreo de la OTAN la pasada noche, y es que nada en el arsenal de los insurgentes puede causar daños tan grandes.
Los combates parecían haber terminado la mañana de este sábado en los alrededores de Brega, donde sólo podía escucharse el zumbido de los cazabombarderos de la OTAN.
El miércoles y el jueves se produjeron alrededor de esa ciudad violentos combates. Ocho miembros de dos familias diferentes, en la aldea de Argub, al sur de la ciudad, fallecieron, indicó el doctor Isam Abu Harba, del hospital de Ajdabiya, al este de Brega. Las circunstancias de su muerte siguen siendo oscuras.
"Lo que es seguro es que los soldados de Gadafi se esconden entre las casas para escapar a los ataques aéreos", dijo el doctor. "Ayer llamé a un habitante de Brega, y me dijo que unos pick-up llenos de soldados habían pasado la noche en una callecita junto a su casa".
A cientos de kilómetros al oeste sigue activo otro frente: el de Misrata, a unos 200 km al este de Trípoli. La ciudad está en manos de los rebeldes y es blanco de obuses y cohetes. Los disparos causaron 28 muertos en tres días, según la rebelión.
El viernes, Trípoli rechazó tajantemente las condiciones planteadas por el Consejo Nacional de Transición (CNT), órgano directivo de la rebelión, para un alto el fuego: libertad de palabra para los libios que viven en el oeste, en manos del ejército, y retirada de éste de las ciudades bajo su control.
El mismo día, la coalición internacional, bajo mando de la OTAN, efectuó ataques aéreos contra posiciones de las fuerzas lealistas en las regiones de El Joms (este) y de El Rojban (noroeste), según la televisión estatal.
Unos responsables del Pentágono confirmaron a la AFP que el ejército estadounidense empezará a retirar a sus aviones de combate y sus misiles del teatro de operaciones a partir de este fin de semana.
Estados Unidos quiere limitarse a tener un papel de apoyo, ya que la OTAN tomó el jueves la dirección de las operaciones asumidas desde el 19 de marzo por la coalición liderada por Washington, París y Londres.
Por otro lado, en pleno debate sobre si se debe armar a los rebeldes, los insurgentes hicieron un trato con Qatar para vender el petróleo crudo de las zonas que controlan. A cambio obtendrán comida, medicamentos y carburante, indicó el viernes un responsable de los insurgentes en Bengasi, su bastión en el este del país.
"El gobierno de Qatar ha dado su acuerdo, que está firmado. Venderán el petróleo crudo por nosotros", indicó Ali al Tarhoni, encargado del Petróleo y de las Finanzas en el CNT. En el marco de un "intercambio", destinado a sortear las sanciones internacionales contra Libia, Qatar venderá el petróleo y, con los fondos, dará ayuda humanitaria a los rebeldes, añadió.
Durante este tiempo, el precio del petróleo ha seguido escalando. La cotización del barril superó el viernes los 108 dólares por primera vez desde septiembre de 2008 en Nueva York, aupado por los combates en Libia.