La iniciativa popular es un derecho de los ciudadanos suizos para proponer una modificación de ley, pero la adopción de un proyecto requiere una doble mayoría, la de los electores y la de los cantones.
Según los resultados definitivos, el texto de la Unión Democrática del Centro (UDC, primer partido suizo) fue rechazado por un 58,9% de los suizos.
En 2010, los suizos aceptaron, casi con el 53% de los votos, una iniciativa del UDC, a favor de expulsar a los delincuentes extranjeros. Pero el parlamento introdujo el año pasado una cláusula que permite a los jueces evitar en algunos casos la expulsión automática de los condenados.
Esta vez, los electores se pronunciaron sobre la "aplicación" del sistema automático y la ampliación de la lista de motivos que justifican la expulsión.
"Esta iniciativa iba contra el Estado de Derecho, habría amordazado a los jueces", explicó en la televisión suiza Cristina Gaggini, una responsable de la organización economiesuisse, que representa los sectores económicos.
El texto presentado por UDC instaba a expulsar a los extranjeros que ya hubieran sido condenados en los últimos diez años o que hubieran sido juzgados culpables de infracciones menores como "lesiones corporales simples" o de haber participado en una "riña".
El gobierno y el parlamento juzgaron la propuesta de UDC contraria a las "reglas fundamentales" de la democracia. Ningún otro partido nacional, ni los sindicatos ni los círculos económicos, apoyó la iniciativa.
Según las últimas cifras, Suiza casi alcanzó este domingo un récord de participación, alrededor del 63%, un nivel mucho más alto que la media habitual registrada en el país (un poco más de 40%). La última votación con una participación cercana a los 60% se remonta al 3 de marzo de 2002: 58,4% de los ciudadanos votaron entonces por la adhesión de Suiza a la ONU.
Albert Rösti, diputado de UDC y próximo presidente del partido, declaró que "la intensidad, la grandeza" de la movilización del campo del no les había "sorprendido".
La UDC sacudió el panorama político suizo en los últimos años, principalmente con exitosas campañas para prohibir la construcción de minaretes y contra lo que denomina "la inmigración de masa".
Esta vez hace hincapié en que siete de cada diez presos en Suiza son extranjeros. "Los extranjeros que han cometido delitos graves o los reincidentes no merecen quedarse en nuestro territorio", estima el partido.
Sus carteles electorales representan una oveja negra expulsada de la bandera suiza por un ovino blanco.
Según la Oficina Federal de Estadísticas, la revisión del Código Penal adoptada el año pasado por el parlamento habría podido conducir en 2014 a la expulsión de cerca de 3.900 personas, frente a 500 de media anual. Con la iniciativa de la UDC, esta cifra subiría a 10.200.
Los suizos celebran referéndums cada tres meses.
Este domingo dijeron sí por 57%, según resultados definitivos, a la construcción de un segundo túnel bajo el macizo alpino de Saint Gothard.
En cambio descartaron por poco, un 50,8%, un proyecto de igualdad fiscal entre las parejas que están casadas y las que no, siendo las primeras las más gravadas actualmente.
Según los resultados definitivos, el texto de la Unión Democrática del Centro (UDC, primer partido suizo) fue rechazado por un 58,9% de los suizos.
En 2010, los suizos aceptaron, casi con el 53% de los votos, una iniciativa del UDC, a favor de expulsar a los delincuentes extranjeros. Pero el parlamento introdujo el año pasado una cláusula que permite a los jueces evitar en algunos casos la expulsión automática de los condenados.
Esta vez, los electores se pronunciaron sobre la "aplicación" del sistema automático y la ampliación de la lista de motivos que justifican la expulsión.
"Esta iniciativa iba contra el Estado de Derecho, habría amordazado a los jueces", explicó en la televisión suiza Cristina Gaggini, una responsable de la organización economiesuisse, que representa los sectores económicos.
El texto presentado por UDC instaba a expulsar a los extranjeros que ya hubieran sido condenados en los últimos diez años o que hubieran sido juzgados culpables de infracciones menores como "lesiones corporales simples" o de haber participado en una "riña".
El gobierno y el parlamento juzgaron la propuesta de UDC contraria a las "reglas fundamentales" de la democracia. Ningún otro partido nacional, ni los sindicatos ni los círculos económicos, apoyó la iniciativa.
Según las últimas cifras, Suiza casi alcanzó este domingo un récord de participación, alrededor del 63%, un nivel mucho más alto que la media habitual registrada en el país (un poco más de 40%). La última votación con una participación cercana a los 60% se remonta al 3 de marzo de 2002: 58,4% de los ciudadanos votaron entonces por la adhesión de Suiza a la ONU.
Albert Rösti, diputado de UDC y próximo presidente del partido, declaró que "la intensidad, la grandeza" de la movilización del campo del no les había "sorprendido".
La UDC sacudió el panorama político suizo en los últimos años, principalmente con exitosas campañas para prohibir la construcción de minaretes y contra lo que denomina "la inmigración de masa".
Esta vez hace hincapié en que siete de cada diez presos en Suiza son extranjeros. "Los extranjeros que han cometido delitos graves o los reincidentes no merecen quedarse en nuestro territorio", estima el partido.
Sus carteles electorales representan una oveja negra expulsada de la bandera suiza por un ovino blanco.
Según la Oficina Federal de Estadísticas, la revisión del Código Penal adoptada el año pasado por el parlamento habría podido conducir en 2014 a la expulsión de cerca de 3.900 personas, frente a 500 de media anual. Con la iniciativa de la UDC, esta cifra subiría a 10.200.
Los suizos celebran referéndums cada tres meses.
Este domingo dijeron sí por 57%, según resultados definitivos, a la construcción de un segundo túnel bajo el macizo alpino de Saint Gothard.
En cambio descartaron por poco, un 50,8%, un proyecto de igualdad fiscal entre las parejas que están casadas y las que no, siendo las primeras las más gravadas actualmente.