KABUL, (AFP) - Mientras se libraban los combates, el centro de la ciudad fue desertado por sus habitantes, especialmente en torno a la plaza Pachtunistán, cerrada por la policía.
La población se encerró en sus casas, y los comerciantes se refugiaron en sus tiendas, en las calles que llevan al palacio presidencial y a los ministerios: un portavoz de los talibanes había asegurado haber enviado 20 kamikazes para tomar por asalto los edificios oficiales.
Durante toda la mañana, las explosiones -- dos de ellas muy violentas -- resonaron en el centro de la capital. El olor acre de la pólvora, impulsado por el viento, impregnaba el aire a más de un kilómetro de la plaza Pachtunistán donde se erigen el palacio presidencial, los ministerios de Justicia, Finanzas y Minas, así como el centro comercial Qari Sami.
Las sirenas de las ambulancias resonaron toda la mañana en la ciudad, adonde acudían también los camiones de bomberos, en dirección del centro comercial, pasto de las llamas.
Un chofer de la AFP, Aktar Mohammad, se hallaba a 50 metros de una plazuela, cerca del ministerio de Asuntos Exteriores, cuando estalló un vehículo conducido por un kamikaze.
"Vi soldados y policías correr hacia todos los lados. Parecían querer detener un coche", dijo Aktar Mohammad.
"Luego, vi ante mí un enorme resplandor, y luego una explosión, y humo", añadió el chofer.
El ministerio del Interior precisó que el kamikaze conducía una ambulancia. Una televisión mostró un vehículo calcinado, con los restos de un cuerpo humano.
A un kilómetro de ahí, las fuerzas de seguridad fueron desplegadas tras sus vehículos blindados para protegerse de los disparos, frente al incendiado centro comercial Qari Sami, uno de los más importantes de la capital.
El cadáver calcinado de un comerciante fue retirado del lugar por los policías, constató un periodista de la AFP.
"Vi a hombres portando un patú (manto que llevan los hombres). Los guardias se acercaron a ellos, y les preguntaron lo que querían", relata Ismail, un vendedor del primer piso del centro comercial.
"Uno de ellos levantó su patú y dijo 'Lárgate, o morirás', exhibiendo su cinturón de explosivos", añade Ismail, precisando que los hombres subieron luego al primer piso del centro. Según las autoridades, "dos o tres" kamikazes ingresaron al centro comercial.
Un periodista de la AFP también vio los tres cuerpos de talibanes -- que parecían adolescentes -- muertos tras haberse emboscado en un antiguo hotel de la plaza Pachtunistán.
Por su parte, las fuerzas internacionales apoyaban a los militares y policías afganos. Varios helicópteros de las fuerzas de la OTAN, especialmente Blackhawks norteamericanos, sobrevolaban las zonas de los combates.
Siete kamikazes murieron, según el ministerio de Defensa, dos de ellos al accionar su cinturón de explosivos y los otros cinco fueron abatidos por las fuerzas de seguridad.
Tras cuatro horas de combates, el presidente Hamid Karzai afirmó que la seguridad habido sido "restablecida" en Kabul, pero un periodista de la AFP aún podía escuchar explosiones y disparos esporádicos.
Mediada la jornada, las autoridades establecieron un balance de cinco muertos, entre ellos un niño, un policía y un soldado afganos, y 71 heridos.
La población se encerró en sus casas, y los comerciantes se refugiaron en sus tiendas, en las calles que llevan al palacio presidencial y a los ministerios: un portavoz de los talibanes había asegurado haber enviado 20 kamikazes para tomar por asalto los edificios oficiales.
Durante toda la mañana, las explosiones -- dos de ellas muy violentas -- resonaron en el centro de la capital. El olor acre de la pólvora, impulsado por el viento, impregnaba el aire a más de un kilómetro de la plaza Pachtunistán donde se erigen el palacio presidencial, los ministerios de Justicia, Finanzas y Minas, así como el centro comercial Qari Sami.
Las sirenas de las ambulancias resonaron toda la mañana en la ciudad, adonde acudían también los camiones de bomberos, en dirección del centro comercial, pasto de las llamas.
Un chofer de la AFP, Aktar Mohammad, se hallaba a 50 metros de una plazuela, cerca del ministerio de Asuntos Exteriores, cuando estalló un vehículo conducido por un kamikaze.
"Vi soldados y policías correr hacia todos los lados. Parecían querer detener un coche", dijo Aktar Mohammad.
"Luego, vi ante mí un enorme resplandor, y luego una explosión, y humo", añadió el chofer.
El ministerio del Interior precisó que el kamikaze conducía una ambulancia. Una televisión mostró un vehículo calcinado, con los restos de un cuerpo humano.
A un kilómetro de ahí, las fuerzas de seguridad fueron desplegadas tras sus vehículos blindados para protegerse de los disparos, frente al incendiado centro comercial Qari Sami, uno de los más importantes de la capital.
El cadáver calcinado de un comerciante fue retirado del lugar por los policías, constató un periodista de la AFP.
"Vi a hombres portando un patú (manto que llevan los hombres). Los guardias se acercaron a ellos, y les preguntaron lo que querían", relata Ismail, un vendedor del primer piso del centro comercial.
"Uno de ellos levantó su patú y dijo 'Lárgate, o morirás', exhibiendo su cinturón de explosivos", añade Ismail, precisando que los hombres subieron luego al primer piso del centro. Según las autoridades, "dos o tres" kamikazes ingresaron al centro comercial.
Un periodista de la AFP también vio los tres cuerpos de talibanes -- que parecían adolescentes -- muertos tras haberse emboscado en un antiguo hotel de la plaza Pachtunistán.
Por su parte, las fuerzas internacionales apoyaban a los militares y policías afganos. Varios helicópteros de las fuerzas de la OTAN, especialmente Blackhawks norteamericanos, sobrevolaban las zonas de los combates.
Siete kamikazes murieron, según el ministerio de Defensa, dos de ellos al accionar su cinturón de explosivos y los otros cinco fueron abatidos por las fuerzas de seguridad.
Tras cuatro horas de combates, el presidente Hamid Karzai afirmó que la seguridad habido sido "restablecida" en Kabul, pero un periodista de la AFP aún podía escuchar explosiones y disparos esporádicos.
Mediada la jornada, las autoridades establecieron un balance de cinco muertos, entre ellos un niño, un policía y un soldado afganos, y 71 heridos.