Por su parte las autoridades chiitas de Irán afirmaron que harán "todo lo posible" por proteger los lugares santos del chiismo en Irak frente a la ofensiva de los yihadistas sunitas del Estado Islámico del Irak y el Levante (EIILL), que ya están a unos 60 kilómetros de Bagdad.
Estados Unidos, que durante ocho años tuvo tropas en Irak, están estudiando por su parte "todas las opciones", entre ellas ataques aéreos, para ayudar a su aliado iraquí.
La ONU ha calificado la ofensiva del EIIL, que empezó el 9 de junio, de "amenaza vital para Irak" y de "grave peligro para la región"
En un intento de escenificar su unión, responsables chiitas y sunitas de Irak aseguraron el martes que quiere dialogar para mantener la unidad del país.
De madrugada, los yihadistas lanzaron un asalto contra la principal refinería de petróleo del país en Baiji, 200 kilómetros al norte de Bagdad, indicaron responsables del gobierno.
Los rebeldes lograron entrar en las instalaciones mientras las fuerzas de seguridad, que sufrieron varias bajas, intentaban repeler el ataque. Algunos depósitos se incendiaron.
Antes del ataque, los responsables de la producción de petróleo en Irak, el segundo exportador de los países de la OPEP, habían asegurado que las consecuencias en el sector de la ofensiva yihadista serían "limitadas".
"El ataque [...] no lleva petróleo fuera de Irak y el impacto es menor de lo que nos temíamos", aseguró por su parte la analista de Interactive Investor Rebecca O'Keeffe.
Exceptuando los campos de petróleo del Kurdistán iraquí, en el norte, controlados por las autoridades locales, la mayoría de la producción de crudo en Irak está en el sur del país, lejos de la ofensiva yihadista.
- Altos cargos militares destituidos -
Desde el 9 de junio, los combatientes del EIIL, con el apoyo de partidarios del expresidente sunita Sadam Hussein -derrocado en 2003 tras la invasión estadounidense- han tomado el control de Mosul, la segunda ciudad de Irak, de gran parte de la provincia de Nínive (norte), de la ciudad de Tikrit y de otros sectores de las provincias de Saladino (norte), Diyala (este) y Kirkuk (norte).
Cuando empezó la ofensiva, la mayoría de las fuerzas del ejército y de la policía no combatieron y abandonaron sus posiciones. Por ello el martes el presidente Nuri Al Maliki despidió a varios altos cargos militares, entre ellos el responsable de la provincia de Nínive y el jefe de la tercera brigada de infantería.
Las fuerzas iraquíes siguen intentando frenar a los insurgentes y lo lograron en Baquba -una ciudad 60 kilómetros al noreste de Bagdad- y en la zona de Bachir, en la provincia de Kirkuk.
Sin embargo los yihadistas tomaron el control de la ciudad de Multaqa, en la provincia de Kirkuk, y de la mayor parte de Tal Afar, una ciudad 380 km al noroeste de Bagdad cerca de la frontera siria.
El objetivo del EIIL es crear un estado islámico en una zona a caballo entre Irak y Siria, un país en guerra civil desde hace tres años y donde los yihadistas ya ocupan varias zonas.
"La situación extremadamente peligrosa en Irak contiene las señales de advertencia de una guerra civil con consecuencias impredecibles para la región", advirtió este miércoles el príncipe Saud Al Faisal, el ministro de Relaciones Exteriores saudí, una monarquía sunita que acusa a Maliki de apoyar a los extremistas.
En el campo chiita, el presidente iraní Hasan Rohani dio de nuevo su apoyo al gobierno de Maliki y afirmó que "el gran pueblo iraní hará todo los posible para proteger los lugares santos de los imanes chiitas" en Irak frente a "los terroristas".