"Mantenemos nuestro compromiso con salvar vidas en el Mediterráneo, pero no firmaremos el código de conducta italiano para ONG que operan barcos de rescate", aseguró MSF, que el lunes comunicó al Gobierno italiano su negativa a firmar el código de conducta.
"Seguiremos desarrollando nuestras actividades de búsqueda y rescate bajo la coordinación del Centro de Coordinación de Rescate Marítimo en Roma, y de acuerdo con todas las leyes marítimas e internacionales relevantes", añadió la ONG.
El Ministerio de Interior de Italia elaboró el código de conducta para intentar regular el trabajo de las ONG, con la aprobación del resto de los países de la Unión Europea (UE).
Lo hizo después de que la agencia de fronteras del bloque (Frontex) y fiscales italianos acusaran a las ONG de alentar a los migrantes a partir hacia Europa y de apoyar el tráfico de personas al aproximar sus operaciones de rescate cada vez más a las costas de Libia, país desde el que parten muchas de las personas que intentan cruzar el Mediterráneo.
MSF denunció que "el documento italiano obliga a desembarcar a los supervivientes en un lugar seguro en vez de ser transferidos (a otros barcos), lo que disminuirá la eficiencia y el número de rescates, con terribles consecuencias humanitarias".
La ONG, que está presente con dos barcos en el Mediterráneo, también rechaza la futura obligación de permitir el acceso a sus embarcaciones de policías armados si así lo requieren las autoridades.
"La presencia de oficiales de policía armados a bordo y el compromiso para que los trabajadores humanitarios reúnan evidencias atentarían contra los principios humanitarios fundamentales de independencia, neutralidad e imparcialidad", apuntó MSF.
De la decena de ONG que trabajan en el Mediterráneo sólo tres suscribieron el código de conducta: Save the Children, MOAS, registrada en Malta, y Proactiva Open Arms, con sede en España.
El Ministerio de Interior italiano advirtió que las organizaciones que no estén de acuerdo con el código serán "excluidas del sistema organizatorio de rescates en alta mar", sin añadir más detalles.
En lo que va de año, unos 2.400 migrantes murieron mientras intentaban cruzar el Mediterráneo para llegar a Europa, principalmente a Italia.
"Seguiremos desarrollando nuestras actividades de búsqueda y rescate bajo la coordinación del Centro de Coordinación de Rescate Marítimo en Roma, y de acuerdo con todas las leyes marítimas e internacionales relevantes", añadió la ONG.
El Ministerio de Interior de Italia elaboró el código de conducta para intentar regular el trabajo de las ONG, con la aprobación del resto de los países de la Unión Europea (UE).
Lo hizo después de que la agencia de fronteras del bloque (Frontex) y fiscales italianos acusaran a las ONG de alentar a los migrantes a partir hacia Europa y de apoyar el tráfico de personas al aproximar sus operaciones de rescate cada vez más a las costas de Libia, país desde el que parten muchas de las personas que intentan cruzar el Mediterráneo.
MSF denunció que "el documento italiano obliga a desembarcar a los supervivientes en un lugar seguro en vez de ser transferidos (a otros barcos), lo que disminuirá la eficiencia y el número de rescates, con terribles consecuencias humanitarias".
La ONG, que está presente con dos barcos en el Mediterráneo, también rechaza la futura obligación de permitir el acceso a sus embarcaciones de policías armados si así lo requieren las autoridades.
"La presencia de oficiales de policía armados a bordo y el compromiso para que los trabajadores humanitarios reúnan evidencias atentarían contra los principios humanitarios fundamentales de independencia, neutralidad e imparcialidad", apuntó MSF.
De la decena de ONG que trabajan en el Mediterráneo sólo tres suscribieron el código de conducta: Save the Children, MOAS, registrada en Malta, y Proactiva Open Arms, con sede en España.
El Ministerio de Interior italiano advirtió que las organizaciones que no estén de acuerdo con el código serán "excluidas del sistema organizatorio de rescates en alta mar", sin añadir más detalles.
En lo que va de año, unos 2.400 migrantes murieron mientras intentaban cruzar el Mediterráneo para llegar a Europa, principalmente a Italia.