Maliki hizo estas declaraciones durante un encuentro con el ministro de Exteriores británico, William Hague, de visita en Bagdad, que reiteró la petición a las autoridades iraquíes de unirse frente a los mercenarios que ya han matado a más de mil personas y han obligado a huir de sus casas a cerca de medio millón.
"Deberíamos actuar en paralelo por las dos vías", dijo Maliki al jefe de la diplomacia británica según un comunicado de la oficina del primer ministro.
"La primera es trabajar sobre el terreno con operaciones militares contra los terroristas y sus aliados. En segundo lugar hay que seguir el proceso político y reunir al parlamento, elegir un presidente para la cámara y formar el gobierno", dijo el primer ministro iraquí.
Previamente, en una entrevista con la cadena británica BBC, Maliki había informado que Siria había lanzado ataques aéreos contra los yihadistas en su lado de la frontera, a la altura del puesto de Al Qaim.
Maliki se mostró favorable a los ataques de Siria, aunque aseguró que su gobierno no había pedido dicha intervención.
Los yihadistas del Estado Islámico en Irak y el Levante (EIIL) abrieron en el oeste del país una vía hacia Siria tomando el control del paso de Bukamal, frente a la ciudad iraquí de Al Qaim.
De esta manera se acercan a su objetivo de crear un Estado islámico en la frontera entre Siria -en guerra desde hace tres años- e Irak, sumido en el caos desde el comienzo de la ofensiva.
Irán, aliado chiita al igual que las autoridades de Bagdad, desplegó en secreto drones de vigilancia en Irak y también está enviando por aire material militar, según afirmó el miércoles el New York Times.
- "Hacer temblar la tierra" -
"Vamos a hacer temblar la tierra bajo los pies de la ignorancia y del extremismo", prometió el líder chiita Muqtada as Sadr haciendo alusión a los yihadistas que han conseguido tomar el control de importantes zonas del norte y el oeste de Irak.
Sadr también se mostró contrario al envío de 300 consejeros militares norteamericanos, 40 de los cuales ya comenzaron a trabajar el martes, diciendo que no aceptaría la intervención de potencias internacionales.
Las declaraciones de Muqtada as Sadr se produjeron poco después del desfile en Ciudad Sadr, un barrio en el norte de Bagdad, de voluntarios que se han comprometido a combatir a los combatientes extranjeros que amenazan con romper el país tanto ideológica como geográficamente.
Tanto Estados Unidos como varias tribus sunitas habían pedido que se instaurara un gobierno de unidad nacional sin tener en cuenta los resultados de las elecciones legislativas del 30 de abril, que consideran una farsa. Sin embargo el primer ministro Nuri al Maliki aseguró que eso equivaldría a "un golpe de Estado contra la Constitución y el proceso político".