"La evidencia resalta que es la manera más eficaz para frenar la deforestación y además genera oportunidades para el desarrollo económico" en las comunidades, dijo a la AFP el estadounidense Benjamin Hodgdon, director forestal de la ONG con sede en Nueva York.
El ambientalista indicó que las concesiones para que pobladores realicen una explotación controlada de la madera son "un buen negocio" para los Estados, debido a que disminuyen la deforestación, las comunidades establecen proyectos productivos y reducen los conflictos sociales.
Además, mitigan los efectos del cambio climático y colaboran con la conservación de la biodiversidad y las cuencas de agua, entre otros factores, añadió.
Hodgdon tomó como ejemplo las concesiones otorgadas a comunidades en el selvático departamento de Petén, en el norte de Guatemala, donde desde 1997 el gobierno entregó para ese fin 40% de las 2,2 millones de hectáreas de la Reserva de la Biosfera Maya.
Según la Asociación de Comunidades Forestales de Petén (ACOFOP), la explotación controlada de madera ha propiciado una reducción significativa en la tasa de deforestación del área.
El representante de Rainforest Alliance agregó que han visto en otros países el giro para la devolución de tierras para el manejo de los bosques, entre ellos la República Democrática del Congo, Perú, Honduras e Indonesia.
"A nivel global nos encontramos en un momento muy importante en cuanto al manejo forestal comunitario", apuntó el activista, quien acompañó a una delegación de líderes comunitarios e indígenas de Indonesia que visitó las concesiones de bosques en el norte guatemalteco.
De acuerdo con la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en el período 2000-2010 se registró una pérdida neta de bosques de 7 millones de hectáreas anuales en los países tropicales, la mayoría en naciones de ingresos bajos.
El ambientalista indicó que las concesiones para que pobladores realicen una explotación controlada de la madera son "un buen negocio" para los Estados, debido a que disminuyen la deforestación, las comunidades establecen proyectos productivos y reducen los conflictos sociales.
Además, mitigan los efectos del cambio climático y colaboran con la conservación de la biodiversidad y las cuencas de agua, entre otros factores, añadió.
Hodgdon tomó como ejemplo las concesiones otorgadas a comunidades en el selvático departamento de Petén, en el norte de Guatemala, donde desde 1997 el gobierno entregó para ese fin 40% de las 2,2 millones de hectáreas de la Reserva de la Biosfera Maya.
Según la Asociación de Comunidades Forestales de Petén (ACOFOP), la explotación controlada de madera ha propiciado una reducción significativa en la tasa de deforestación del área.
El representante de Rainforest Alliance agregó que han visto en otros países el giro para la devolución de tierras para el manejo de los bosques, entre ellos la República Democrática del Congo, Perú, Honduras e Indonesia.
"A nivel global nos encontramos en un momento muy importante en cuanto al manejo forestal comunitario", apuntó el activista, quien acompañó a una delegación de líderes comunitarios e indígenas de Indonesia que visitó las concesiones de bosques en el norte guatemalteco.
De acuerdo con la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en el período 2000-2010 se registró una pérdida neta de bosques de 7 millones de hectáreas anuales en los países tropicales, la mayoría en naciones de ingresos bajos.