Los bombardeos en Faluya, a 60 km al oeste de la capital, dejaron al menos 11 muertos y cuatro heridos. Esos ataques, cuyo origen por el momento se desconoce, comenzaron el sábado por la noche y afectaron a varios sectores de la ciudad, según fuentes médicas.
Desde enero, combatientes antigubernamentales, entre ellos yihadistas del Estado Islámico en Irak y el Levante (EIIL), controlan Faluya y algunos sectores de Ramadi, en la provincia mayoritariamente sunita de Al Anbar.
La violencia comenzó tras el desmantelamiento, el 30 de diciembre en Ramadi, la capital provincial, de un campamento antigubernamental sunita que denunciaba discriminación por parte de las autoridades chiitas.
Al norte de Bagdad, insurgentes atacaron un autobus de peregrinos chiitas causando 11 muertos y 21 heridos. Otras ocho personas, miembros de la misma familia, perecieron el sábado por la noche, al ser atacados en el interior de su domicilio, en un sector mayoritariamente sunita del sudeste de Bagdad.
El resto de las víctimas mortales se produjo en ataques o violencias en otros puntos del pais. Unas 3.000 personas han muerto en Irak desde principios de año por actos de violencia, llegando así a niveles inéditos desde 2008, cuando el país apenas salía de una sangrienta guerra confesional.