Esta votación se produce luego de que en 2015 llegara a la Alcadía Manuela Carmena, una antigua jueza de izquierda, proveniente de una plataforma ciudadana, "Ahora Madrid" que favorece la democracia directa.
Luego de una masiva campaña de sensibilización, bautizada "Vota sí, vota no, haz historia", unos 212.000 madrileños participaron en la consulta, de los 2,7 millones de habitantes mayores de 16 años que podían hacerlo.
Para la transformación de la emblemática Plaza de España, ganó el proyecto llamado "Welcome mother nature" (Bienvenida madre naturaleza), con 54,19% de los votos, frente a una segunda propuesta, que obtuvo el 30,06%, indicó el ayuntamiento.
El proyecto prevé plantar mil árboles y cubrir de césped zonas por las que actualmente transitan vehículos, lo que permitirá reducir el paso de unos 60.000 coches al día por esta zona, además de unirlo a otros grandes parques.
Madrid debe ponerse en contacto esta semana con la oficina de arquitectos cuyo proyecto fue seleccionado para transformar la plaza, aledaña a la más conocida avenida de Madrid, la Gran Vía, sembrada de rascacielos de principios del siglo XX.
Los dos proyectos finalistas fueron selecciones de entre más de 70 propuestas iniciales, sobre las que los ciudadanos ya se habían pronunciado en una primera vuelta. El ganador en esa oportunidad, no obstante, fue finalmente descartado, toda vez que el Ayuntamiento privilegió criterios de viabilidad y desarrollo sostenible.
En la consulta ciudadana, los madrileños también votaron para que sean ampliadas las aceras de la Gran Vía, que pasará a ser en parte peatonal, y sobre otros proyectos de varios distritos.
También dieron su veredicto sobre proposiciones formuladas directamente en una plataforma de participación en internet, como un proyecto ecológico para que la ciudad use más energía renovable.
En 2016 los ciudadanos ya habían sido consultados sobre el uso de 100 millones de euros del presupuesto municipal.
Madrid se inspiró principalmente de la democracia directa en Suiza y de su sistema de iniciativas populares y referendos.
La capital española creó un departamento de "participación ciudadana", dirigido por Pablo Soto, pionero en España de software para compartir música.
Luego de una masiva campaña de sensibilización, bautizada "Vota sí, vota no, haz historia", unos 212.000 madrileños participaron en la consulta, de los 2,7 millones de habitantes mayores de 16 años que podían hacerlo.
Para la transformación de la emblemática Plaza de España, ganó el proyecto llamado "Welcome mother nature" (Bienvenida madre naturaleza), con 54,19% de los votos, frente a una segunda propuesta, que obtuvo el 30,06%, indicó el ayuntamiento.
El proyecto prevé plantar mil árboles y cubrir de césped zonas por las que actualmente transitan vehículos, lo que permitirá reducir el paso de unos 60.000 coches al día por esta zona, además de unirlo a otros grandes parques.
Madrid debe ponerse en contacto esta semana con la oficina de arquitectos cuyo proyecto fue seleccionado para transformar la plaza, aledaña a la más conocida avenida de Madrid, la Gran Vía, sembrada de rascacielos de principios del siglo XX.
Los dos proyectos finalistas fueron selecciones de entre más de 70 propuestas iniciales, sobre las que los ciudadanos ya se habían pronunciado en una primera vuelta. El ganador en esa oportunidad, no obstante, fue finalmente descartado, toda vez que el Ayuntamiento privilegió criterios de viabilidad y desarrollo sostenible.
En la consulta ciudadana, los madrileños también votaron para que sean ampliadas las aceras de la Gran Vía, que pasará a ser en parte peatonal, y sobre otros proyectos de varios distritos.
También dieron su veredicto sobre proposiciones formuladas directamente en una plataforma de participación en internet, como un proyecto ecológico para que la ciudad use más energía renovable.
En 2016 los ciudadanos ya habían sido consultados sobre el uso de 100 millones de euros del presupuesto municipal.
Madrid se inspiró principalmente de la democracia directa en Suiza y de su sistema de iniciativas populares y referendos.
La capital española creó un departamento de "participación ciudadana", dirigido por Pablo Soto, pionero en España de software para compartir música.